El principio del fin ha llegado. Por fin HBO Max ha estrenado la cuarta y última temporada de la mejor serie en emisión del momento. Sentaros en el sofá. Encended la televisión. Los Roy han vuelto. Bienvenidos a Succession.
Enlace a artículos de Succession.
A partir de aquí, spoilers del tercer capítulo de la cuarta temporada, titulado La boda de Connor.
Está claro que para Succession las bodas son fuente de desgracia. Ya ocurrió con la muerte del camarero en la boda de Shiv y la gran victoria de Logan Roy frente a sus hijos en la boda de la matriarca de la familia. En la boda de Connor, un suceso inesperado supone el gran giro argumental de toda la serie y una de las mejores decisiones dramáticas de la historia de la televisión.
UN POCO MÁS DE AGRESIVIDAD, LEÑE.
En los primeros compases del capítulo, vemos como Logan sube a su avión acompañado de su séquito para reunirse en Estocolmo con Matson, dueño de Gojo, con quien debe renegociar los términos del acuerdo si no quiere quedarse sin la venta.
Por lo visto hasta ahora, Logan había recuperado el vigor perdido en los negocios con el control en la ATN y sus esperanzas de limpiar la empresa expulsando a Gerry (a través de Roman) y a Shiv.
Y, de repente, ocurre la desgracia.
Tanto por el título como el hilo de la trama desde su inicio, sabíamos que Logan Roy iba a morir. Pero jamás nos podíamos imaginar que su muerte iba a suceder tan pronto, a falta de siete capítulos para el final de la serie. Su desaparición es una jugada maestra por dos motivos.
Primero, por la forma en la que esta ocurre.
Hasta ahora, y con esto incluyo a todo un tótem de la televisión como Juego de Tronos, las muertes de personajes protagonistas se rodeaban de un aire fatalista y épico que daba sentido a lo que estaba ocurriendo. Se buscaba sorprender al espectador y se conseguía.
Pero en Succession es muy diferente. En plenos preparativos de la boda, una llamada. Logan está mal. Es Tom, el personaje menos fiable de toda la serie. Jesse Armstrong, guionista de la serie, consigue que los espectadores sientan lo mismo que los hijos del patriarca: desconcierto, incredulidad. No vemos el rostro de Logan mientras lo reaniman. Todo parece irreal…y, sin embargo, Logan Roy ha muerto.
La reacción de los cuatro hijos es bien distinta. Los tres menores, los que han acaparado los focos, están devastados. Desde Roman, cuyas últimas palabras fueron casi un atisbo de oposición a la decisión de su padre de despedir a Gerry, a Shiv o el incontenible Kendall. Los tres deben caminar ahora sin los límites, conscientes o inconscientes, que les imponía su propio padre.
De ellos, el que parece postularse como sucesor más probable es el que todos sospechábamos. En medio de tanta tristeza, Kendall es el único que plantea la posibilidad de que los hijos controlen sus actos de cara a quedarse con la empresa en un futuro.
Luego está Connor, el miembro más patético de la fratría y, sin embargo, el más honesto consigo mismo. Dadas las circunstancias, decide cancelar la boda y su conversación con Wylla es lo más parecido a un final feliz en este capítulo.
Hemos hablado de la forma de retratar la muerte de todo un protagonista como Logan Roy. Brusca, irreal e inane. Como toda muerte.
Ahora nos falta por tratar la decisión en sí de cargarse al leitmotiv de toda la trama a falta de siete capítulos. Succession, al igual que Juego de Tronos, podría haber finalizado con la muerte de Logan y la elección de su sucesor en el último episodio de la serie. Igual que la mítica serie fantástica finalizó con la elección de un nuevo monarca en los Siete Reinos.
Sin embargo, Succession es bien diferente y cada una de sus cuatro temporadas están cuidadas al detalle en lo que respecta a la trama. Sí, el próximo jefe de la empresa familiar es la meta, la cima de la colina. Pero tan importante como eso es ver cómo van a reaccionar sus hijos, seres humanos rotos pero constreñidos bajo la férrea autoridad de un mal padre. Una figura que ha desaparecido de golpe. Se avecina una guerra sin límites.
¡Un saludo y sed felices!
¡Nos leemos en Las cosas que nos hacen felices!