The Umbrella Academy es uno de los escasos cómics creados por celebridades ajenas al medio que cuentan con algún interés para los aficionados. Esta creación del cantante Gerard Way y el dibujante Gabriel Bá no solo funcionó bien en ventas sino que también ofreció una historia original con una estética única y unas ideas con un potencial enorme que no siempre se supo aprovechar. Su serie en Netflix, con dos temporadas hasta el momento, estrenó su tercera entrega la semana pasada. ¿Está a la altura de las expectativas, tras casi dos años de espera? Pidamos una habitación en el hotel Obsidian y descubrámoslo.
The Umbrella Academy… ¡nunca más!
Los integrantes de The Umbrella Academy consiguieron salvar el mundo en los años sesenta, pero a un alto precio: al regresar a su época y a su hogar, se encontrarán con que Sir Reginald Hargreeves nunca los reclutó en la nueva realidad que sus acciones han creado. Por el contrario, cuenta con unos nuevos pupilos conocidos como la Academia Sparrow, unos superhéroes de gran popularidad pero con unas personalidades más disfuncionales aun que las de sus contrapartes.
Las tensiones entre ambos grupos, sin embargo, serán el menor de sus problemas. Pronto, se darán cuenta de que su mera existencia ha provocado una paradoja que amenaza con devorar al universo entero. Los siete hermanos deberán ignorar las rencillas acumuladas a través de los años e investigar qué ha sucedido y cómo pueden evitar el apocalipsis por tercera y, con suerte, última vez.
Han vuelto para salvarnos
Después del chasco de Obi-Wan Kenobi, una serie que parece escrita por un consejo de administración y que entra como un té aguado de mala calidad, The Umbrella Academy entra como un chupito de absenta. Vuelven los títulos de crédito impactantes y originales, los personajes atormentados, las situaciones ridículas y el delicioso desenfado de los protagonistas ante el apocalipsis. Aunque no llega a las cotas de calidad alcanzadas por su primera temporada, esta tercera entrega supera ligeramente a la segunda, aún con las reservas que iremos comentando. A los responsables de Loki debería avergonzarles que, en una sola escena con el muro de Berlín, se hayan aprovechado mejor los viajes temporales.
Tras haber salvado al mundo, nuestros protagonistas se encuentran con que su sacrificio ha sido inútil, y que su nuevo hogar no solo les da la espalda sino que podría acabar desapareciendo por culpa suya.
Los personajes siguen siendo tremendamente divertidos (especialmente ese Número Cinco depresivo y pasado de vueltas) y en esta ocasión deberán hacer frente a numerosos dilemas que, al contrario de lo que sucede en otras series de superhéroes, no siempre llegarán a su fin con una resolución altruista. Todos los integrantes del grupo son en esta temporada más humanos que nunca, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. En ese sentido, las infantiles peleas entre hermanos del primer acto son desternillantes.
Se le pueden poner muchas pegas al argumento y si The Umbrella Academy nos hubiera intentado convencer de que los héroes son un equipo de fríos profesionales, habríamos criticado la estupidez de gran parte de sus decisiones, lo apresurado de cierta relación amorosa o el egoísmo que muestran algunos protagonistas. Pero cada uno de sus actos concuerda con los de una familia que lleva toda la vida intentando escapar de la sombra de su padre, aquí más alargada que nunca. Colm Feore como Reginald Hargreeves sobresale en el papel de Monóculo, que va revelando paulatinamente su naturaleza siniestra y manipuladora, engañando tanto al espectador como a sus hijos adoptivos.
Este arco llega a su punto álgido en el mejor episodio de la temporada y quizás de la serie, Boda en el fin del mundo, donde contemplamos la reacción de cada uno de estos estúpidos y atolondrados personajes ante el inminente apocalipsis. Este capítulo agridulce nos hace reír y llorar, y lo hace gracias a unos diálogos brillantes que, sin embargo, no habrían tenido el mismo impacto si no quisiéramos tanto a estos desdichados superhéroes.
Un final decepcionante
Sin embargo, la calidad de este enorme capítulo nos hace plantearnos si ha sido inteligente terminar la temporada en un cliffhanger. Los arcos de personajes han llegado a un final redondo: Klaus se ha desengañado por completo de su padre y ha aprendido a controlar sus poderes, Número Cinco ha decidido retirarse, Luther ha encontrado a alguien que le acepta tal y como es… y, sin embargo, habrá al menos otra temporada más. ¿Hasta cuándo podrán estirarse las tramas sin que parezca forzado? ¿A qué amenaza se enfrentarán los hermanos en la cuarta entrega, si aquí ya han hecho frente a la destrucción del universo entero?
Los dos últimos capítulos son mucho más chapuceros que el resto de la tanda, con momentos que parecen improvisados, unos antagonistas penosos y un uso obsceno del deus ex machina. Sin embargo, si se hubiera renunciado a algunas subtramas que no acaban aportando nada (como la del hijo adoptivo de Diego o la comuna amish), podrían haber supuesto un buen final para la serie. Quedan incógnitas que seguramente se resuelvan en el futuro pero que dejan un sabor amargo después del modélico episodio 8.
Por si esto fuera poco, y dada la lentitud de Gerard Way como escritor, ya no existen apenas elementos que rescatar del cómic y, de hecho, ya hemos conocido a la Academia Sparrow mucho mejor en la serie que en las viñetas. Los guionistas tendrán que sacarse muchas ideas originales de la chistera para igualar lo que hemos visto hasta ahora.
Conclusión
The Umbrella Academy nos ha dado una tercera temporada a la altura de las expectativas, pero la fórmula comienza a agotarse. Al igual que con Cobra Kai o Stranger Things, confiemos en que el buen criterio se imponga a la codicia de Netflix y la serie llegue a su final antes de que perdamos el interés.
Pues a mi me ha parecido mala mala. Desde mitad de temporada va cuesta abajo y sin frenos. Tiene unos agujeros de guion gordos. La historia del hijo q luego no era su hijo no aporta absolutamente nada. Si el padre era un robot, xq estaba enpastillado? El agujero negro ese q se comía toda la materia orgánica, vale, podemos decir q a los umbrella no xq ellos eran la anomalía q lo había creado, vale, pero a los sparrow? Ellos estaban en su línea temporal, y Lila? Entonces, comía selectivamente? Y la madre de Harlan se muere JUSTO el día q nacen los los umbrella, j***r! q casualidad. Y ya lo de los samuráis del final…. ahí coincido, los 2 últimos capítulos hacen aguas por todas partes, aunque el final me pareció bien, salvamos el mundo por 3ª vez y ya no tenemos poderes, bien, perfecto, cada uno a vivir su vida y san seacabó. Una 4ª temporada la veo innecesaria totalmente, para hacer un Matrix resurrections no hagas nada mejor. A mi me llama cero absoluto verla.