En julio, ECC ediciones publicó el primer volumen de Wonder Woman dentro de la aclamada linea editorial de DC comics llamada Tierra uno, a cargo del fantástico equipo creativo formado por Grant Morrison y Yanick Paquette. Después de disfrutar con el nuevo enfoque de la génesis de Superman, Batman (aquí las reseñas de los dos volúmenes del Caballero Oscuro) y Los jóvenes titanes, ahora llega el turno de conocer el origen de la princesa guerrera desde un prisma que mantiene intacta la idiosincrasia del personaje creado por el profesor William Moulton Marston hace más de 70 años, pero con algunos matices, como no podía ser de otra manera, estando el genial guionista escoces de por medio. Y es que, incluso siendo un icono cultural tan longevo, que cuenta con miles de paginas con sus aventuras y decenas de autores que han ido perfilando su historia, la Wonder Woman de Grant Morrison y Yanick Paquette resulta una verdadera genialidad desde el primer momento que abrimos las paginas del tomo.
Un breve repaso sobre la creación de Wonder Woman:
La revista All-Star Comics sería la cuna que acogiera la primera aparición de la princesa Diana de Themyscira en el mundo editorial. Marston firmó aquella corta historieta bajo el seudónimo de Charles Moulton y el veterano ilustrador de prensa Harry G. Peter fue el encargado de darle forma en el papel. Concebida casi sin pretenderlo, Marston tuvo la idea de crear un superhéroe diferente de entre todo el descomunal desborde creativo que por aquel entonces inundaban los kioscos, y es que estaban de lleno en la época dorada del cómic Americano, donde las injusticias eran combatidas por el Superman de Siegel y Shuster, los criminales empezaban a temer a la oscuridad de la noche gracias a Batman de Kane y Finger, el Capitán América de Simon y Kirby luchaba contra el eje del mal y The spirit sorprendía en los suplementos dominicales con el transgresor estilo de Will Eisner.
Pero la tónica general de aquellos maravillosos personajes consistía en el predominio del sexo masculino. Moulton por aquel entonces ya había expresado en una entrevista las propiedades pedagógicas de los cómics, llamando la atención del editor Max Gaines, quien lo contrató como consultor educativo en las revistas National Periodicals y All American Publications que más tarde se convertirían en la editorial DC comics. Pero fue la esposa de Moulton, quien le sugirió que, ese nuevo personaje que estaba preparando, fuera una mujer. Moulton vio en esa idea algo realmente nuevo y emocionante, transgresor y potencialmente ilustrativo para la generación de mujeres de los años 40, y Gaines, accedió sin rechistar.
Y así, en diciembre de 1941, Wonder Woman irrumpía como un torbellino en la cultura popular de aquella época convulsa. logrando un éxito tan rotundo que provocó su propia publicación bajo el título Sensation Comics en enero de 1942. Moulton se encargó de los guiones hasta su muerte, en 1947.
Los guionistas Robert Kanigher, Denny O´neil, Roy Thomas, George Perz, William Messer-Loebs, John Byrne, Greg Rucka, J. Michael Straczysky y Brian Azzarello continuaron el legado de Moulton hasta llegar aquí, donde Morrison coge el testigo de tan ilustres creadores, acompañado del no menos superlativo artista canadiense Yanick Paquette, en pleno apogeo del personaje, con una gran superproducción de Hollywood preparada para 2017.
Wonder Woman: tierra uno regresa a los orígenes plasmados por Moulton pero añadiendo ciertos matices y sorpresas, cambiando la situación provocada en el momento del accidente del piloto Steve Trevor en la playa de Themyscira y colocando la acción en la época actual, diferenciándose del contexto histórico que conocemos. Morrison no confiere al cómic un tono extremadamente complicado, se vale de su astuta habilidad para dotar de energía las diferentes combinaciones de clasicismo, homenaje y aporte personal, para contar la génesis de Wonder Woman y llevarla al mismo lugar que su creador, pero con suficientes aires de renovación como para resultar una lectura novedosa, elegante y entretenida. Con grandes dosis de humor, y simpatía, este remake no sería tan genial sin el aporte gráfico del dibujante elegido para recrear la maravillosa historia de Diana Prince, Yanick Paquette.
Y es que, lo verdaderamente abrumador del cómic, son los lapices del canadiense, o mejor dicho, la combinación y equilibrio que consiguen un buen guion y un pletórico dibujo. La recreación de Isla Paraíso (seguramente muchos de vosotros reconoceréis cierto parecido con el Krypton creado por John Byrne), el diseño de los edificios, vehículos, las armaduras, los cuerpos y contornos de las amazonas, son una verdadera demostración de que estamos ante uno de los mayores talentos del 9º arte en el mundo.
Morrison se desmarca de la imagen belicosa de la princesa para tratarla de forma más delicada, ofreciendo un perfil sensible, humano y compasivo, pero tratando siempre de marcar bien su personalidad y condición de guerrera, evocando a un espíritu conciliador y menos beligerante. No es un cómic donde predominen los momentos de acción, y aunque los hay y bastante buenos, quedan solapados con otras virtudes mucho más interesantes que lo alejan del típico producto convencional. Mucho humor, como he dicho anteriormente, y también algo de ironía sobre el machismo en la sociedad actual plasmado en divertidas situaciones, y otras veces siendo especialmente cruento. Morrison, conocedor del medio como muy pocos, abre una serie de lineas que difieren sobre la clásica versión ideada por Moulton para introducir su propia cosecha, pero tan genuina que apenas se notarán las diferencias. Es como si el guionista, se apropiara del material con tanta sutileza y condescendencia hacia el creador, que las novedosas transiciones parecen adheridas de forma natural. Supongo que esa cualidad sólo está al alcance de unos pocos, y Morrison hace tiempo que fue bendecido con ese don.
No estamos ante un guionista célebre que sólo está para dar categoría a la portada, y aunque desde luego no sea una de sus mejores versiones, el Morrison que encontraremos llega a superar la media de otros trabajos anteriores y denota un especial cariño personal por el material que tiene entre manos. Recordaremos la verdad sobre su concepción divina, sus inquietudes, llegaremos a conectar con su ávido deseo de conocimiento, el potencial que atesora y su poder más allá de su invencibilidad. Y también habrá sensualidad, mucha sensualidad. Gracias a esa inocencia que se esconde detrás de su escultural figura, tenemos algún instante picante siempre desde un respetuoso y divertido cariño, y es que Morrison, según avanza la historia, mejor perfila y distribuye los caracteres de nuestra querida princesa. Todo envuelto en las fabulosas ilustraciones de Paquette, esplendoroso a la hora de perfilar los esculturales cuerpos de las amazonas, rozando la perfección en casi todas las viñetas, innovando en cada pagina, buscando el encuadre más preciso y un sentido de expresión que hace que recorras cada pagina hasta la extenuación, estamos ante una verdadera compra y lectura obligatoria para los incondicionales del equipo creativo, fans de Wonder Woman y en definitiva para todos los amantes del cómic mainstream de calidad.
Una nueva Wonder Woman con sabor añejo, por obra de un equipo de artistas en plenitud de forma. Esperando con gran ilusión el segundo tomo de este magnifico cómic. Disfrutadlo.
Como siempre, paz y amor.
