¡Buenas! Bienvenidos al penúltimo análisis de Raised by Wolves (Criados por Lobos), serie que, como sabéis, se puede ver en TNT o Movistar+. La raza humana fue aniquilada por las guerras entre ateos y religiosos. Solo un grupo de supervivientes serán los encargados de continuar con la reproducción de la especie. Nada será sencillo en este nuevo universo de ciencia ficción. Será un viaje hacia el futuro lleno de angustias, deseos y anhelos que se irán desvaneciendo cada vez más, pero de ellos depende la última esperanza humana.
Este noveno episodio de Raised by Wolves que lleva el nombre de “Umbilical”; la empatía humana que tanta falta hace en estos tiempos en el planeta Tierra, llegó a Kepler-22b. Los ateos se mostraron muchos más humanos, cooperando y ayudándose entre ellos. Nos vuelven a mostrar la antinomia entre religiosos y quienes no creen en un ser superior.
Es interesante cómo, en este episodio, volvemos a tocar el tema del credo: siempre con las contracaras expuestas de forma determinante. Es aquí donde nos preguntamos: ¿un fanático Mitraico hubiera ayudado a Madre con su embarazo, un androide ateo? Del otro lado vemos a los religiosos que van hasta la piedra mística en búsqueda de explicaciones, pero el Dios Sol parece haberlos abandonado.
Es tal el fanatismo al que han llegado y han sometido a los niños, que hasta Hunter, el más religioso de los chicos, reprograma a Padre para poder escapar y así unirse a Paul, Campion y los demás. Como venía diciendo, el androide no había sido restaurado completamente y se notaba que llevaba aún la vieja configuración. Un acierto el darle vida nuevamente a este personaje que deambulaba en los últimos episodios sin sentido alguno y perdiendo gran peso en la trama.
Marcus, por su lado, ya está totalmente perdido: el Dios Sol lo abandonó totalmente, ya no escucha su voz y no sabe qué hacer. Para colmo de males, su escuadrón de Mitraicos están hartos de él, de sus decisiones arbitrarias y egoístas; ya nadie confía en su palabra y dudan de que sea verdaderamente un religioso por sus equivocaciones en las ceremonias y rezos.
Como era de esperarse, algo que comienza mal termina mal. Marcus decapita a uno de sus soldados porque pone en duda su condición de líder, haciendo notar sus decisiones egoístas. Esto termina, por propia decantación , en pelea y posterior intento de asesinato de parte de Lucius. Es obvio que el personaje de Travis Fimmel no va morir: sobrevivió al ataque del androide más poderoso del mundo; por lo tanto, una simple pelea no va acabar con él.
Ya lejos de la misteriosa piedra, todo gira alredeor del embrión que lleva dentro Madre. Todos se han reencontrado en una cueva en donde, adrede, fueron llevados. Está a las claras que no son los únicos habitantes en Kepler-22b, ha habido una civilización antes y ahora también o, de lo contrario: ¿cómo explicar todas esas señales que siempre nos mostraron?
Los últimos en llegar a esa cueva son Hunter y Padre, quienes le robaron la nave a los Mitraicos. Parece que todo está listo para el gran final: la sensación es que, del mismo modo en que todo comenzó, va terminar esta primera temporada, con la única diferencia de que ahora hay entre ellos una doctora para atender al bebé que lleva Madre en su vientre.
Se da un ida y vuelta interesante entre Madre y Sue, donde la mujer deja en claro que ayuda al robot porque tiene la empatía de que ellos carecen. La androide conoce todo el pasado de ella, pero no le dirá a Paul que no es su madre biológica. Entiende que los padres no son los que los paren, sino quienes los crían y generan esa conexión que solo con el amor verdadero se puede lograr.
Conclusiones
Solo nos queda un episodio para terminar esta buena primera temporada. La gran pregunta es ¿qué criatura nacerá del vientre de Madre? Estoy seguro de que no será una persona y no se tratará de ningún salvador ni nada que se le parezca.
Hablando de salvador, el que ahora oye las voces es Paul; seguramente el Dios Sol nos traerá una novedad y el niño más ingenioso de la aldea tendrá alguna sorpresa para nosotros.
Saludos y sed felices.