¿Preparados para una nueva reseña de cómic? En esta ocasión vengo a hablaros de Garoden, la única obra de Jiro Taniguchi que trata sobre artes marciales, basada en la novela homónima de Baku Yumemakura. Una vez más, los responsables de traer esta obra a España no pueden ser otros que Ponent Mon. Su catálogo sigue creciendo sin descanso y aquí hemos reseñado obras de gran calidad como Convictos, Subterráneos, Wannsee o Kersten, médico de Himmler. Pero volvamos a la obra que nos atañe y su autor…
Para aquellos que conozcan a Jiro Taniguchi, obras como El almanaque de mi padre o Barrio lejano son de sobra conocidas. Sin embargo, otras publicaciones como Garoden pueden haber pasado algo desapercibidas para el público (al menos en mi caso así era, desconocía por completo que este manga fuera parte de la obra del autor). Por tanto, si este cómic cae en vuestras manos, antes de abrir sus páginas debéis tener en cuenta que no vais a encontrar al Taniguchi intimista y contemplativo sino algo muy diferente.
¿Sobre qué trata esta obra? El argumento de Garoden nos narra la historia de Bunshichi Tanba, un luchador callejero que busca la excelencia en la práctica de las artes marciales. Para ello, nuestro protagonista viaja por diferentes lugares de Japón buscando contrincantes a los que desafiar y probar sus propios límites. Así es como conoce a Kajiwara, un joven luchador que se convierte en su obsesión a raíz de un combate que los enfrenta. Pero Garoden nos depara muchas más sorpresas aparte de esta rivalidad entre campeones.
El guion no es solo una historia sobre artes marciales. Nos habla sobre el honor en la victoria y la humillación en la derrota, la superación de los límites físicos, el prestigio del luchador, el respeto hacia el contrincante, la revancha, la violencia de la yakuza, la venganza o la ausencia de ella al llegar el momento que uno lleva esperando demasiado tiempo… Garoden no rehúye la violencia explícita ni el juego sucio de las peleas callejeras. Karate, kickboxing, kempo o pro-wres se dan cita en sus páginas. Un carrusel de golpes sin fin que nos dejará con la boca abierta.
El dibujo de Jiro Taniguchi raya a gran altura como de costumbre. La representación de la anatomía humana brilla con luz propia: los rostros, la musculatura de cada parte del cuerpo, las proporciones… El maestro despliega todo su potencial en cada viñeta a nivel anatómico buscando además un realismo que se agradece. Taniguchi consigue que los movimientos de los luchadores durante los combates estén representados perfectamente. El lector podrá recomponer la acción entre una viñeta y la siguiente sin problemas gracias a la excelente elección de los momentos clave del enfrentamiento. Y qué decir de la representación de los golpes, es simplemente sublime, nos salpicará el sudor de los contendientes.
Os recomiendo darle una oportunidad a esta obra. Taniguchi demuestra su destreza en un registro totalmente diferente. No tiene reparos en mostrar sangre, golpes brutales, sudor, llaves de toda índole, sumisiones en el suelo, luxaciones y todo lo que podríamos esperar de un combate de artes marciales mixtas. Pero más allá de estos aspectos, el autor sabe buscar y encontrar su espacio también para mostrar esa pausa en la narración e introspección tan especial en su obra. Una sorpresa en toda regla de principio a fin, su lectura se vuelve hipnótica sin darnos ni cuenta y las páginas volarán en un suspiro. Otra obra de arte del maestro, quien no vuelve a decepcionar.
Respecto a la edición, Ponent Mon publica esta obra con una encuadernación rústica con solapas, manteniendo el sentido de la lectura del manga japonés. Este formato resulta muy acertado al respirar la historia esa atmósfera oriental que le insuflan las artes marciales. Además incluye al final del tomo una entrevista a Keisuke Itagaki, autor que también ha adaptado Garoden al manga.
Espero que os haya gustado el artículo y, si habéis leído esta obra, dejad en los comentarios vuestras impresiones.
Nos vemos en la próxima. ¡Un saludo y sed felices!