La segunda temporada de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder ha entrado ya en su segunda mitad con un quinto episodio titulado Salas de Piedra que, a pesar del desigual ritmo y desarrollo de sus diferentes subtramas, levanta algo la puntería e insinúa un tímido despegarse de Tolkien que puede ser saludable si se lo sabe llevar en próximas entregas. Creada por Patrick McKay y J.D.Payne, la serie puede ser vista en Prime Video.
Bienvenidos una vez más humanos, elfos, enanos y por qué no algún orco para analizar un nuevo episodio de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder, en este caso el quinto, cuya trama se centra en cómo los anillos van corrompiendo a sus poseedores, comprobándose ello en los tres escenarios principales en que la historia se desarrolla: Khazad-Dûm, Eregion y Númenor.
Un episodio en el cual no hemos tenido noticias del Extraño ni de las niñas pelosas y apenas fugaces destellos de Lindon y Mordor, con Elrond y Galadriel respectivamente en cada uno de esos escenarios.
Pasemos pues a ver qué nos ha dejado el capítulo no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.
En lo Profundo
En Khazad-Dûm y después de los derrumbes, los enanos están cavando en busca de pozos de luz y es el propio soberano Durin III quien los termina hallando gracias al especial poder de percepción que le da su anillo. Dice que los enanos, a diferencia de quienes pueblan la superficie, no son esclavos del sol sino que pueden dominarlo y traerlo a sus dominios cuando lo necesitan. Anuncia una era de gloria para la raza y ordena cavar aun más profundo porque sabe que abajo hay oro: una historia que ya sabemos cómo acabará…
Sin embargo Disa, siguiendo el rodar de una roca especial que ha comprado a su hija para el cumpleaños, descubre una caverna en la cual percibe alguna presencia extraña: la roca no responde positivamente a su canto mientras se oyen gruñidos desde las profundidades y se agitan las aguas subterráneas…
Puesto al tanto su esposo Durin IV, va presuroso a hablar con su padre para convencerle de que detenga las excavaciones, pero es en vano. Más aún: se halla tan entusiasmado que hasta devuelve a su hijo el lugar de príncipe que le había otorgado con collar incluido. Sospechando que hay algo raro tras la forja de los anillos, Durin IV viaja entonces a Eregion para encontrarse con Celebrimbor…
Semillas y Frutos
En Eregion, Annatar (o Sauron) quiere ahora forjar ahora nueve anillos para los hombres mortales, pero Celebrimbor se niega. Annatar entiende que, allende el océano, Numenor se ha convertido en un gran peligro para todos por su inestabilidad y los nuevos anillos podrían, por lo tanto, ayudar a corregir eso. Celebrimbor, por el contrario, entiene que es riesgoso poner anillos en manos de los hombres porque estos son fácilmente corruptibles.
Annatar acepta su negativa, pero no porque se resigne a no tener los anillos sino porque los hará por cuenta propia con el equipo de herreros de Celebrimbor. En efecto, así lo hacen y Mirdania (Amelia Kenworthy), principal aprendiz del insigne herrero, se ha vuelto súbitamente invisible al probarse uno de los anillos y dice que mientras estuvo en tal estado sintió que estaba en otra forja ubicada en un lugar muy alto: desde ya que, aunque no lo nombre, habla del Monte del Destino. Además, dice habe visto a alguien “oscuro, alto y con el cuerpo en llamas”: no creo que haga falta agregar mucho…
A Celebrimbor le preocupan las noticias que Durin IV ha traído desde Khazad-Dum y pregunta a Sauron si intervino de algún modo en la forja de los anillos. Este responde negativamente, porque según él fueron ambos quienes lo hicieron. Mientras que los anillos de los elfos fueron hechos por orden del Gran Rey, los de los enanos fueron hechos merced a engaño y allí estaría el problema. De todas formas, dice, ello justifica aún más la forja de los nueve anillos para los hombres, los cuales, para enmendar el error, deberían ser esta vez hechos en total estado de pureza.
Celebrimbor se encuentra pues atrapado entre dudas, desconfianzas y culpas, sin saber con quién está tratando o quién es realmente Annatar, a quien, afecto como es a las metáforas con semillas, acusa de “sembrar semillas en las mentes de las personas para que estas crean luego que los frutos son suyos”.
Cacería de Brujas
En Númenor, Pharazôn (renombrado como Ar-Pharazôn desde que es rey) ha iniciado una purga en la administración y está separando a todos aquellos que hayan sido en el pasado leales a Míriel, lo que incluye a Elendil, quien no siendo ya capitán, descubre además con consternación que quien comanda la limpieza en nombre del monarca es Eärien, su propia hija. A a vez esta, y dada su amistad con Valandil (Alex Tarrant), esta se ofrece a interceder por el joven para hacer una excepción y excluirlo de la purga, pero el mismo se niega.
Elendil busca convencer a Míriel de provocar una revolución aprovechando que todavía tiene a su favor a la Guardia del Mar y a los Fieles, tal como se conoce a los numenoreanos continuadores de la tradición de los Valar y partidarios de la amistad con los elfos. Ella, sin embargo, prefiere mantener la paz, pues desde que Pharazôn ha asumido la corona, la Palantír está mostrando para Númenor un destino distinto del que antes dejara ver. Entiende que quizás su coronación haya sido lo mejor para el reino y no convendría marchar en contra.
Kemen (Leon Wadham), el hijo de Pharazôn, no está del todo convencido de seguir a su padre, pero este logra sin embargo ponerlo de su lado con golpes bajos como evocar a su madre y a una supuesta profecía marcándole un oscuro destino que él podría ayudarle a evitar.
Con su guardia, entonces, Kemen invade a puro destrozo el santuario de los Fieles y termina trenzado en lucha con Valandil, quien está a punto de matarlo de no ser detenido por Elendil. Mal hecho: Kemen, sin código, atraviesa de todos modos a Valandil desde atrás con su espada…
Enemigo de mi Enemigo…
Elrond, por su parte, ha regresado a Lindon con noticias sobre el avance de los orcos y pone al Alto Rey al corriente de que están marchando hacia Eregion, por lo que habría que enviar fuerzas para defender dicho reino. Para su sorpresa, sin embargo y con absoluta frialdad, Gil-Galad dice que no moverá un dedo al respecto porque ahora el enemigo es otro y quizás Adar y sus orcos puedan ser de utilidad, cuando no un buen aliado para derrotarlo.
En las Tierras del Sur, mientras tanto, los orcos llevan enjaulada en un carromato a Galadriel. Cuando la sacan del mismo (insólitamente sin atar después de todo lo que les costó antes someterla), ella saca a relucir un cuchillo oculto que apoya sobre el cuello de Adar mientras lo toma como rehén. Sin embargo y con tono tranquilo, él le ofrece ser aliados al tener ahora un mismo enemigo…
Balance del Episodio
Es increíble cómo repunta la serie cada vez que volvemos a Khazad-Dûm, tanto que a veces me pregunto si no hubiera sido mejor hacer más bien una miniserie de pocos episodios y dedicarla únicamente a ese arco, por lejos el mejor logrado. Aun cuando ya se sepa el final, todo cuanto allí ocurre logra tenerme intrigado e incluso ponerme nervioso: hasta tenía ganas de gritarle a Disa que dejase de cantarle a las rocas y saliera rápido de esa gruta…
Es que a diferencia de otras subtramas a las que también les conocemos el desenlace, la de los enanos es rica en personajes, cruces y contrapuntos. Y por mucho que sepamos que la codicia de cavar más profundo acabará llevando al reino a la ruina, nos interesa conocer la evolución de personajes tan bien retratados como los Durin (Peter Mullan y Owain Arthur) o Disa (Sophia Nomvete), hasta aquí sin duda el más interesante de los no canónicos introducidos por la serie. Las magníficas actuaciones, desde luego, ayudan mucho en tal sentido.
Y en un episodio que no ha abusado tanto del guiño y la autorreferencia como el segundo y cuarto, mentiríamos si dijéramos que no nos saltó el corazón del pecho al reconocer la Puerta Oeste de Moria que Celebrimbor entrega a los enanos en señal de amistad y por la que sabemos que un día cruzarán Frodo y los suyos buscando un atajo entre las montañas.
Más allá de ese cruce entre arcos, es cierto que la subtrama de Eregion no vuela tan alto como la de Khazad-Dûm , pero al menos nos presenta ahora una interesante evolución en Celebrimbor (Charles Edwards) al mostrarlo atormentado por sus culpas y conflictos internos. Lo que es una pena es que Sauron (Charlie Vickers) no funcione igual en cuanto antagonista…
A pesar de ello, se está viendo que, para Sauron, el talón de Aquiles se llama Galadriel y allí podría haber un punto interesante a ser explorado en lo que queda de la temporada o en una hipotética tercera. Si pensábamos que olvidaría a la elfa después de que esta se negase a acompañarle, estábamos equivocados y para muestra alcanza ese gesto zalamero y manipulador que tiene con Mirdania al decirle que le recuerda a Galadriel.
En cuanto al arco de Númenor, sigue igual de desconectado y la intriga política igual de pobre, pero se dibuja un escenario con algo más de acción y el hecho de que el reino sea objeto de preocupación para Sauron nos hace suponer que las subtramas comenzarán quizás a interconectarse e incluso, si todo va como creemos, tendremos pronto a Sauron haciendo presencia en Númenor. Sigue siendo el peor arco, pero hay posiblidad de repunte…
Este redactor reclamaba a la serie una mayor osadía para soltarle un poco la mano a Tolkien y aunque no se puede decir que ello haya llegado con este, sí vamos viendo un interesante giroy es que el problema de los anillos no está tanto en la codicia de los portadores como en la misma forja, algo que, salvo para el caso del Único, no aparece tan claro en los libros. Ojalá sea el inicio de algo interesante…
En fin, no es que la serie no siga teniendo problemas, pero este episodio ha dado al menos un par de señales saludables, además de una historia apasionante en Khazad-Dûm. Recordábamos en el análisis anterior que la primera temporada había remontado de manera clara en los últimos tres episodios y esa es exactamente la cantidad que le queda a esta segunda. Ya veremos si la leve mejora mostrada en este capítulo acaba confirmando un rumbo.
A ver qué nos depara el próximo, que seguramente nos traerá de vuelta al Extraño, a las pelosas y quizás a Tom Bombadil, de quien esperamos ver más. Hasta entonces y sean felices…
Visto hasta el momento el quinto capítulo de esta segunda temporada. Aunque sí veo una leve mejoría en el ritmo de la serie (ya no se siente esa sensación de interminable prólogo que pasaba en los cinco primeros capítulos de la primera temporada) y a Galadriel ya le rebajaron su actitud de “enojada con todos”, nomás no dejo de ver algunos agujeros de guion que me sacan bastante de lo que estoy viendo.
¿Cómo es posible que a estas alturas de la trama Celebrimbor no sepa que Halbrand/Annatar es Sauron? Yo sé que lo justificaron porque mataron a los mensajeros que Gil-galad, pero ¿Qué los poderosos elfos de la Tierra Media no tienen más forma de comunicarse? En la película de Las dos torres vemos que Elrond y Galadriel se comunican telepáticamente para mandar ayuda a la gente de Helm. Además ¿Qué los mismos elfos que habitan en Eregion no tienen iniciativa propia para avisar a Gil-galad y los demás que algo raro está pasando en ese lugar? ¿No se les hace raro que un humano haya llegado a esa ciudad, mágicamente se transforme en Annatar y Celebrimbor le deje pasearse como juan por su casa y use la forja como si nada? Además ¿Por qué los elfos no les avisan a los otros pueblos de la Tierra Media que alguien tan peligroso como Sauron ha vuelto, y que tengan mucho cuidado con Halbrand? ¿Por qué no les dicen nada a los enanos o a los humanos o incluso a los otros reinos élficos?
A eso hay que sumarle el tramposo manejo de las distancias y traslados de los personajes por la Tierra Media muy a conveniencia del guion. Digo, yo no soy un experto en la geografía tolkeniana, pero en algunos viajes no les encuentro mucha lógica. Al principio de la temporada, Halbrand deja las Tierras del sur (o sea Mordor) para irse hasta Erigion y parece que sale en la mañana y llega en la noche ¿Qué un recorrido así no tendría que llevar muchos días o semanas? Sauron podrá tener muchos poderes, pero que yo sepa, el poder de la supervelocidad de Flash no es uno de ellos. Y lo mismo se aplica con la reunión en este capítulo que tiene Durin III con todos los representantes de los siete reinos de los enanos ¿Qué un encuentro así no tendría que llevar semanas de planificación, primero, entre que mandan mensajeros para avisar a cada uno de los reinos y después en lo que cada emisario haría de camino para llegar a Khazad-Dum? Pero aquí parece que los enanos ya manejan la teletransportación y, solo porque el guion lo necesita, todos llegan a Khazad-Dum de manera casi instantánea.
Supongo que no hay que pedirle peras al olmo, la primera temporada sí fue muy decepcionante en su guion, y por lo menos, en esta parece que sí se está tratando de levantar de alguna forma la historia. Y desde luego, algunos aspectos de la producción como la música, el maquillaje (los orcos se ven geniales), fotografía o recreación de escenarios están bastante bien.
Desde luego, un gran saludo a Rodolfo Del Bene, de quien me da bastante gusto que haya vuelto a retomar sus estupendas reseñas de esta serie, que, por supuesto, he leído todas y seguiré leyendo hasta que terminé la temporada.
Hola Javier: gracias por comentar y por tan extenso y valioso aporte. En lo personal, no coincido en que la segunda temporada sea mejor que la primera, pero sí en muchas de las apreciaciones que haces, algunas de las cuales no había tenido en cuenta. En cuanto a por qué Celebrimbor no se da cuenta que es Sauron, interpreto que es porque ya no obra por voluntad propia debido a la influencia del anillo, lo cual, ojo, si lees mi siguiente análisis, no es tampoco que me deje muy conforme. Lo que sí había advertido pero hasta ahora no señalado es el tema de las distancias: no quise meterme demasiado allí porque, como tú mismo dices, tampoco tengo mucha seguridad acerca de cuáles son las mismas en la Tierra Media, pero sí me parece que fueran mayores de lo que aquí pareciera dejarse entrever.
Gracias por el concepto en cuanto a mis reseñas además de por tus aportes y seguiremos aquí hasta que termine la temporada y a la espera de si se confirma otra. Creo que sí, pero me hace chirriar un poco que, según se dice, tengan programadas cinco. Al ritmo que llevamos, me parece mucho: con una tercera estaría bien.
Un saludo!
Gracias por contestar Rodolfo Bene. Y coincido contigo, para como van las cosas una tercera temporada es más que suficente. Saludos de regreso.