El emotivo final de Star Trek: Picard ha sido no solo una despedida de la serie, sino de toda una etapa dentro la franquicia a la vez que anuncio de una nueva. Procedemos a analizar un cierre que toca en sus fibras más íntimas al mundo trekkie. La serie, ya completa, disponible en Prime Video.
Bienvenidos nuevamente, trekkies y no tan trekkies, esta vez, duele decirlo, para analizar el último episodio de Star Trek: Picard que no es solo cierre de una serie sino de toda una etapa del universo Star Trek, haciendo confluir las series y películas que nos han llevado a este punto. El propio título La Última Generación es suficientemente sugerente…
Se me hizo difícil el visionado sabiendo que estábamos despidiendo a entrañables personajes que han sido parte de nuestras vidas y a veces hasta lo pausaba para que no acabara tan rápido y tener tiempo de procesar tantas emociones…
Aun así, buscaré ser lo más objetivo posible, pues no todo se ha cerrado de modo tan satisfactorio y hay algunas deficiencias, particularmente en la resolución de la trama borg. Pero ello no quita que el balance haya sido altamente positivo y que no podamos olvidar fácilmente esta despedida…
Pasemos pues a este difícil análisis advirtiendo que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA y recordando (ay) por última vez que pueden leer aquí los previos.
No se acerquen a la Tierra…
Mientras Picard y los suyos vuelven a navegar la reciclada y querida Enterprise D, en la Tierra se preparan para una batalla final. Nunca mejor dicho lo de “final”, pues el panorama no pinta alentador: en un sentido discurso, el presidente de la Federación dice tristemente que los jóvenes se han vuelto contra los adultos y las defensas planetarias hacen lo que pueden, pero no se sabe por cuánto tiempo…
Llama además a que “no se acerquen a la Tierra” (guiño a Star Trek IV: Misión salvar la Tierra) y cita a su padre con que “la esperanza nunca se pierde”… Puede ser delirio de mi parte, pero el tono del discurso me remite mucho al de Salvador Allende a horas del golpe de estado en Chile.
Pero la mayor referencia es que quien habla es Anton Chekov, hijo de nuestro querido Pavel Chekov (el padre a quien cita) y cuya voz, para más impacto, es interpretada por el propio Walter Koenig que diera vida a este último en la serie original…
El nombre Anton, además, homenajea al fallecido Anton Yelchin, que lo interpretara en las películas del ciclo Abrams y, no sé si será casual o deliberado, pero también, con ortografía ligeramente diferente, al célebre dramaturgo ruso Antón Chéjov. Uff, cuánta referencia y van solo un par de minutos…
Lo que empezó hace Treinta y Cinco Años…
En la Enterprise, detectan una señal procedente de Júpiter y, en efecto, allí se dirigen para encontrar un cubo borg y un conducto transwarp en plena mancha roja. Beverly reconoce en la señal a Jack, a quien, al parecer, están usando como nexo…
La única forma de desasimilar a la flota es cortar esa conexión a cualquier costo: “lo que empezó hace treinta y cinco años termina esta noche”, sentencia Picard y la frase adquiere para nosotros doble significación, pues sabemos que lo que comenzó hace treinta y seis también…
A bordo de la Titan y al frente de un grupo, Siete logra recuperar el puente. Más asimilados son enviados, pero Raffi logra aislarlos enrutando el transportador. “Has inventado el transportador portátil”, la felicita Siete…
Ha sido un Honor servir con Ustedes
Data comprueba que el cubo borg de Júpiter se halla al treinta y seis por ciento de su potencial por usar la mayor parte de su energía en transmitir la señal. Necesitan saber dónde se halla la baliza, pero no encuentran forma…
Deanna percibe que Jack está allí, aunque totalmente consumido por el Colectivo. La señal, por otra parte, es tan poderosa que bloquea los sensores, así que no queda otra que entrar al cubo y desactivarla desde adentro. De pronto y sorpresivamente, los escudos del mismo se bajan y Picard interpreta que es una invitación…
El ordenador encuentra una forma de energía con patrón humano que solo puede corresponderse con Jack, así que Picard pide a Beverly que lo guíe hacia él: “Lo trajiste hasta aquí. Déjame ahora traer a Jack a casa”.
Riker y Worf se ofrecen a acompañarlo y también Data, aunque terminan pidiéndole que permanezca a bordo donde será más útil ante eventuales reacciones del cubo. El mando le queda a LaForge, interpreto que porque Data carece de rango en su nueva versión.
“Ha sido un honor servir con ustedes”, dice Picard a los suyos en tono de despedida y claro guiño a los músicos de Titanic . La tristeza nos invade y tememos lo peor: ¿están pensando cargarse a Picard? Se nos hace un nudo de solo pensarlo…
Ni Derrota ni Despedida
En el cubo borg no hay sonidos ni movimientos y sí cuerpos horriblemente consumidos, aparentemente para mantener a algo o alguien. “Este sitio es una tumba”, sentencia Riker en evidente referencia a El Señor de los Anillos (casi textual al entrar la compañía en las ruinas de Moria).
Desde la Enterprise, Beverly capta que la señal de Jack procede de un nivel más abajo, por lo que Picard anuncia a sus acompañantes que ha llegado el momento de separar caminos: ellos irán por la baliza y él por Jack, pues ya no es capitan sino padre, lo cual Riker entiende perfectamente por su historia personal con Thad. Otra vez la despedida nos llena de angustia, pero Worf nos brinda cierto alivio de esperanza al replicar que hay dos palabras que un klingon nunca entiende: derrota y despedida…
Bien dicho, guerrero…
Evolución
Beverly comunica a Picard que puede guiarlo hasta el nivel en que Jack se encuentra, pero después deberá continuar por su cuenta por la interferencia. Vuelve el clima de despedida: lejos de aquellas recriminaciones por ocultarle su paternidad, él le reconoce haber hecho absolutamente todo bien al proteger a Jack…
Jean-Luc encuentra a su hijo, atestado de cables y perdida la vista mientras fríamente recita la típica cantinela borg. Le dice que ha venido a llevarlo a casa, pero resuena entonces una estremecedora risa y es la reina borg, con el rostro horriblemente monstruoso y demacrado: replica a Picard que Jack ya está en casa y también ahora él: Locutus…
Cuenta que hasta hace poco no quedaba nada del Colectivo, salvo ella y Jack, de quien dice ser su madre; afirma que el futuro de los borg ya no está en la asimilación, sino en la evolución: ahora pueden procrear, reproducirse. Tal el sentido de la alianza con otra raza con suficientes motivos para odiar a la humanidad: los cambiantes, quienes les han ayudado a introducir su “código máquina” en un código genético.
Somos todo lo que queda
En la Titan, sorprendidos, identifican una señal de la Enterprise-D en proximidades de un cubo borg. Descubren además que la flota está interconectada por una línea de visión y la forma de mantenerse desconectados es permanecer invisible: el mecanismo de ocultamiento del Bounty sigue siendo útil…
Siete da un encendido discurso y nos vuelve a asaltar la acojonante sensación de que alguien va a morir: llama a dar sus vidas no por nada, sino por sus familias e hijos: “Aquí y ahora somos todo lo que queda de la flota”.
Valiéndose entonces del ocultamiento y bajándolo solo para disparar, la Titan maniobra por entre la flota y logra huir, pero les salen a la caza.
El Instinto de Data
En el cubo, Worf y Riker encuentran la baliza y comienzan a enviar las coordenadas, pero son atacados por borg que parecían muertos. Worf abate a un par con su espada. “No sabía que pesara tanto”, se queja Riker al intentar alzarla del suelo cuando en un momento se le cae al klingon. Este le muestra un phaser oculto en la empuñadura y Riker no puede creer que haya combatido sin usarlo; Worf dice preferir la diversión…
Sabiéndose atacado, el cubo borg “despierta” y abre fuego contra la Enterprise. Los escudos resisten, pero no por mucho tiempo más y no queda otra que destruir las torretas. LaForge no ha tenido tiempo de trabajar en las armas, lo cual significa que habrá que operarlas manualmente: Beverly toma entonces el control de la nave y en “rasante” sobrevuelo, atraviesa el fuego borg y destruye las torretas. “He aprendido cosas en estos veinte años”, explica cuando la miran anonadados…
Comienzan a recibir las coordenadas, pero lamentablemente la baliza se halla en el corazón del cubo: imposible navegar hasta allí. Momento de Data: para estupor del resto, se hace ahora él con el control y pide que confíen en su “instinto”: palabra nueva en su léxico…
Zigzagueando por entre la estructura del cubo con una agilidad de maniobra que desconocíamos en la Enterprise, logra hacerlos llegar a la baliza, pero se llevan la decepción de que se halla interfasada con la subestructura de la nave. En español: si le disparan, provocarán una reacción en cadena que acabará con el cubo completo.
Se genera pues un debate ético, de esos tan caros a la franquicia: disparar a riesgo de matar a quienes se hallan en su interior o bien no hacerlo y condenar a toda la galaxia…
¿Un Buen Día para morir?
Por mucho que lo intenta, Picard no logra que Jack “despierte”. Involuntariamente, la reina le deja la solución en bandeja al decirle que solo él puede decidir salir de donde está. Jean-Luc toma entonces un cable y se conecta al Colectivo. Una vez más, confrontación psíquica: como la de Data con Lore o la del propio Picard con su padre, pero esta vez con su hijo…
Jack dice sentirse bien allí: no hay sufrimiento, dolor ni soledad. Jean-Luc le explica que la aparente perfección es solo muerte y que también él se sintió en el pasado diferente y abandonado hasta encontrar su familia en la flota, adonde ingresó justamente por no tener una. “Tú eres la parte de mí que nunca supe que me faltaba”…
En la Enterprise y sin más tiempo, dan orden de disparar y solo hay un minuto para que puedan salir quienes están en el cubo, que se sacude mientras la reina se inquieta y Worf dice que es “un buen día para morir con honor”.
Picard anuncia a Jack que tampoco él saldrá de allí, pues ha cambiado su vida para siempre y permanecerá a su lado hasta el final. Mientras lo abraza, desfilan imágenes del pasado y volvemos a preguntarnos si veremos a Jean-Luc morir. Para estupor de la reina, sin embargo, Jack “despierta” y se arranca uno a uno los cables…
Riker, en tanto, se despide de Deanna con un “te amo, Imzadi” y le dice que la esperará junto a su hijo. Otra vez angustia: ¿serán entonces él y Worf los que mueran? Pero a Deanna le ha llegado el mensaje y ahora sabe dónde están. En un nuevo despliegue de inédita maniobrabilidad, ahora es ella quien pilota la Enterprise hasta llegar al lugar y transportar a los cuatro a tiempo para el escape warp. La reina se consume en llamas y el cubo estalla…
Reglas que deberían romperse
A bordo de la Titan, los asimilados intentan recuperar el puente, pero la destrucción de la baliza hace que la asimilación cese. En la Enterprise, Geordie se emociona de saber a sus hijas recuperadas y Jean-Luc da al suyo la bienvenida a bordo.
Beverly, ascendida a jefe de la sección médica, logra contrarrestar la infección borg con el propio transportador, a la vez que detectar irregularidades y capturar a los últimos cambiantes. Afortunadamente, han quedado con vida muchos de sus blancos asimilados, entre ellos Tuvok que, en su verdadera identidad y restablecido, cita a Siete para informarle que se ha decidido perdonar a la tripulación de la Enterprise, pero se ha tomado una determinación con respecto a ella y su insubordinación de desobedecer una orden y secuestrar una nave (otra vez Star Trek IV).
Anticipándose, ella presenta su renuncia, pero él, en emotivo momento, le muestra el reporte que sobre ella diera Shaw en vida destacando su valentía y lealtad más allá de no acatar las normas, pues “sus normas son quizás las importantes y las que rompe son las que deberían romperse”. Cierra recomendando su ascenso a capitán y, consecuentemente, Tuvok informa a Siete que se rechaza su renuncia…
Lo Difícil de ser Humano
Worf encuentra a Raffi llorando y, aclarando que él nunca lo ha hecho (los klingons carecen de sacos lagrimales), dice esperar que sea de felicidad. En efecto, ella ha recibido un mensaje de su hijo Gabe invitándola a conocer a su nieta; su rostro está en todos los noticieros y Worf dice que quien haya filtrado la información ha de ser un “honorable inconformista”. O “un gran amigo”, acota Raffi dando por descontado quién ha sido. Le insta a continuar siendo un guerrero por la paz y se funden en un abrazo…
Data se está sometiendo a terapia con Deanna. Dice que a veces se siente dichoso y otras melancólico, habiendo hasta llorado al ver a un alférez alimentar a su gato. La transición le es difícil y el equilibrio también: está entendiendo que ser humano es complicado…
Los Nombres importan
Un año después, la Enterprise vuelve a ocupar su lugar en el Museo de la Flota. “Si alguna vez hubo evidencia de que el pasado importa, está aquí”, dice Picard en el puente de mando junto a Riker y LaForge. Mirando en derredor con los ojos llenos de nostalgia, caen en la cuenta de que sus vidas hubieran sido diferentes sin esa nave, pero no mejores: las nuestras también…
LaForge ordena secuencia de cierre y Picard le encarga que la cuide; él responde que lo hará como los cuidó a ellos y mientras las luces se apagan, se nos humedece la vista de saber que dejamos la Enterprise-D por última vez. ¿Será así?…
Jack ha ingresado a la flota por “vía rápida”, lo que su madre ve como un honor y él como nepotismo. “Los nombres no significan nada”, repone Jean-Luc, quien, a medida que la lanzadera se aproxima a la nave asignada a su hijo, comprueba que es la Titan. Sorpresa: ahora, en su honor, es la Enterprise NCC-1701-G… “Los nombres sí importan”, replica Jack ante un padre conmovido a más no poder…
Ya en el puente, Jack nos engaña dando órdenes como capitán hasta que aparece Siete para poner las cosas en su lugar y reclamar su silla mientras Raffi, su número uno, se le ubica a la diestra. La nave se apronta a partir y hay suspenso por la palabra que elegirá Siete para dar la orden… “La primera línea de su legado”, dice Jack para justificar la importancia del momento y seguramente en referencia a lo que viene. No oímos la palabra de Siete al partir, pero ya lo haremos porque está claro que hay allí una nueva historia por contar…
Póquer del Adiós
Los ex tripulantes de la Enterprise-D se reúnen en el 10 Forward. No vemos a Guinan, pero dicen que les está vigilando. Riker y Troi programan sus vacaciones y Picard tiene a su cargo las palabras finales: citando y parafraseando al Julio César de Shakespeare, dice que “nos mantenemos a flote en la marea y debemos decidir si la corriente nos arrastrará o nos llevará a la aventura”.
Riker agradece las olas que han surcado juntos mientras las copas se alzan y hay brindis. Picard exhibe un as de picas y todos entienden que hay partida de póquer. Riker le pregunta si se siente con suerte y responde que siempre se ha sentido con “las estrellas a su favor”. Los naipes y fichas comienzan a volar sobre la mesa y suena el tema con el que siempre identificáramos a Star Trek: The Next Generation. Difícil imaginar final más emotivo…
Visitante Inesperado
Momento: hay escena post-créditos. Jack se está instalando en su cuarto con un retrato de sus padres y un modelo a escala de la querida Enterprise-D cuando alguien aparece abruptamente de la nada y solo puede ser…
¿Pero qué hace allí Q, cuando lo hacíamos muerto al final de la temporada anterior?: hasta Jack se lo pregunta… “Esa es una forma muy lineal de verlo”, replica el aparecido y cuando Jack le recuerda que el juicio contra la humanidad ha concluido, repone que solo el de Jean-Luc, pero ahora comienza el suyo…
Balance Final de la Serie
Uff, qué duro llegar a esta parte tras despedir para siempre y de este modo a Picard, Riker, Geordie, Worf, Data, Deanna y Beverly.
Es extraño, porque a algunos ya habíamos dado por sentado que no les veríamos más, pero el tenerles de vuelta y juntos (impensable un par de años atrás) hace que despedirlos sea doblemente difícil y conmovedor. Y ni qué hablar de cómo han jugado con nuestros corazones ante la incertidumbre de que alguno de ellos pudiera morir de un momento a otro…
Ojo: este episodio final ha tenido sus incongruencias. En el análisis anterior me preguntaba si habría tiempo para cerrar debidamente la trama y dar a las despedidas el justo lugar. Habiéndolo visto, la respuesta es no: han sacrificado claramente lo primero en aras de lo segundo…
La trama borg, especialmente, se ha cerrado demasiado rápido y no de modo satisfactorio. Hubiera sido preferible que, como en algún momento reclamáramos, no estiraran como chicle la revelación de la identidad de Jack y nos mostraran antes a los borg, lo cual habría redundado en un mayor y mejor desarrollo del enfrentamiento…
Por otra parte y si bien fue divertido ver cómo se iban pasando el pilotaje de la Enterprise, no la ubicábamos con semejante capacidad de maniobra, más propia de un viper de Battlestar Galactica o del mismísimo Halcón Milenario…
Y la referencia a Star Wars no es azarosa: el cierre de la trama borg ha sido más propio de esa franquicia que de Star Trek. No es menosprecio: son franquicias distintas y lo que en una se resuelve en base mayormente a la acción, en la otra lo hace sobre la lógica, razón, diálogo e ingenio. Contrariamente, fueron muchas las ocasiones en que nuestros personajes allanaron el camino con sus acciones y no es que no me encante la épica: por el contrario, la celebro y en su justa medida es también parte del universo trekkie, pero hubiera preferido alguna forma ingeniosa de acabar con las torretas o llegar al corazón del cubo, por ejemplo…
Ahora bien: la emoción tiene mucho peso y por mucho que pongamos de relieve esas flaquezas, los últimos veinte minutos, sumados a todos los otros golpes emotivos del episodio y la temporada, acaban poniendo a la serie (muy apropiadamente) por lo alto.
¿Pero deficiencias en el guion más carga emocional no terminan haciendo la misma ecuación que las temporadas anteriores? Hmm, no: la mayor parte de esas deficiencias aparecieron en este episodio final y si hay quien afirma que “no hay que quedarse solo con el final de la película”, no veo por qué no vaya a correr lo mismo para una serie. El componente emotivo, además, ha volado bastante más alto en esta temporada…
Se cierra una etapa: lo que en Marvel llamarían “fase”. Las generaciones se renuevan cada veinticinco o treinta años y así como en su momento la tripulación de Kirk debió dejar relevo, ahora toca a sus continuadores hacer lo propio con los nuevos. En ese sentido, este episodio final ha sido despedida y a la vez presentación, pues por fortuna el universo trekkie continúa y ya publicaremos en próximos días todo lo que se halla esperando a ser estrenado.
Sería un error ver esta tercera temporada de Star Trek: Picard como la octava de TNG. Más bien podría decirse que es la trigésimo segunda de todas las series live action y aun así nos quedaríamos cortos por la cantidad de referencias a las trece películas de la franquicia.
Ha sido muy fuerte ver a Patrick Stewart, Jonathan Frakes, Brent Spiner, Michael Dorn, Marina Sirtis, LeVar Burton o Gates McFadden ponerse nuevamente en la piel de personajes que ya integran nuestra familia. Otro tanto para Jeri Ryan volviendo a interpretar a Siete, Tim Russ a Tuvok o John DeLancie a Q, cuya reaparición final nos ha dado menuda sorpresa…
Por contraste, nos han quedado en deuda con la capitana Janeway, a quien ponía todas las fichas para este último episodio, así como el querido O’Brien, por alguna razón no invitado a la reunión. Y ciñéndonos específicamente a esta serie, me hubiese gustado saber algo de Jurati, que no hubiera desencajado en una guerra civil entre borgs, quizás más creíble que la resolución que hemos tenido. Pero bueno: no se puede evaluar la serie que no fue, sino la que fue…
¿Y qué pasó con Laris y su incipiente relación con Picard? Estaba seguro de que volveríamos a verla en este último episodio, pero ni rastro… Cierto es que no tiene demasiado lugar ahora que él tiene una familia, pero: ¿seguirá esperando en Chaltok IV como dijo que haría?
Si tengo que rescatar momentos emotivos de este episodio final, me quedo con el mensaje póstumo de Shaw, la despedida en el puente de la Enterprise y la partida de póquer, sin perjuicio de que volver a oír la voz de Walter Koenig o ver a Tuvok en su verdadera esencia hayan sido también momentos cargados de emoción.
Y por supuesto la música, que siempre acompañó desde lo referencial y en este último episodio más todavía al pasearse permanentemente por las distintas bandas sonoras de la franquicia.
Hemos tenido una gran despedida y aunque tengamos todavía húmeda la vista, sabemos que el universo trekkie siempre consistió en mirar adelante. Como tal, por suerte y después de seis décadas, sigue vivo…
Gracias por haberme acompañado con sus comentarios, aportes o simplemente leyendo. Ya nos reencontraremos en algún lugar adonde nadie haya llegado jamás. Hasta entonces: larga vida y prosperidad…
Con los ultimos dos episodios, sentí que volvia a tener 15 años!
Hola Francisco: gracias por transmitirnos tu sensación que, por cierto, es compartida, aunque en mi caso más que a los 15 me retrotrae a los veintipico. Es el tipo de cosas que este universo genera y la verdad es que este increíble homenaje nos ha dejado con la emoción muy alta a todos. Un saludo y gracias nuevamente!
Saludos, he salido encantado. Si bien es un punto y a parte dado como acaban los personajes no les impide seguir haciendo cameros por ahí de tanto en tanto. El final de los borg conversación padre e hijo se veía venir de lejos, no queda mal es lo que toca pero cero sorpresas. Y el final si muy star wars total destrucción Estrella de la muerte.
Y al final la segunda temporada que es la que me llegó a aburrir y casi no la acabo no ha servido para nada, se podría borrar de la ecuación. Miras la primera y la tercera y listos.
Hola Eddie: gracias por comentar y las sensaciones son compartidas. Tienes razón con respecto a lo que dices sobre la segunda temporada. A mí no me ha disgustado pero viendo esta, es difícil encontrar los nexos que llevan a ella; solo un pequeño guiño en el nombre de la unidad médica que menciona Jack al principio cuando están en problemas junto a su madre. Y Laris, que aparece al principio, es borrada automáticamente sin que vuelva a verse. Esperaba al menos una reaparición de Jurati, pero nada. Y a Q, que lo habíamos dado por muerto, ahora resulta que lo tenemos vivo: más en tu favor acerca de que se podría haber saltado. Un saludo y muchas gracias por leer y por el aporte!
Seguro me van a matar pero la verdad esperaba algo mas que lo sucedido. Ya desde el anterior que tenía en mente una critica poco amigable y fue que el tema Borg ya me había saturado un poco, y este final fue un poco mas de los mismo con mejores efectos en general. Concuerdo que estiraron mucho la aparición del enemigo final, dejando de lado demasiado a la trama de los cambiantes, que se me antojaba algo más interesante.
Creo que la historia termina siendo igual que First Contact, End Game y algún otro episodio que se pelea contra los borgs.
No voy a negar que hubo momento interesantes (La dra tirando armamento, algun chiste de Worf, y Data en general), pero lo senti muy estático para los protagonistas, que fueron teniendo mejores situaciones en capítulos anteriores.
Todo el fan service estuvo a pedir de boca, no lo niego, aunque creo que gastaron todo en ese rumbo.
Insisto que hasta el episodio 8 era toda una trama mas compleja e interesante.
Esperemos ver que hacen con el tridente 7-Jack-Raffi, Jack me gusta mucho, tiene una impronta muy Kirk, creo que esa onda sexy lover que nunca llegaron a cuajar ni Riker, Bashir, o Paris, que eran los que solían tener ese tipo de situaciones, a Jack le sienta mejor si es que se da. Y parece tener fuerza también para la acción y el drama. Ojalá salga algo bueno. 7 también tiene un buen personaje y lo mantiene bastante vivo. Raffi maso pero bueno, no se puede todo.
El balance general, como dije, fan service que se disfrutó, los puntos que no quedaron cerrados como Laris, o la no intervención de los Borg de Jurati, se echan en falta. Lamento la pérdida de Shaw, era un personaje sumamente interesante. Ahora a esperar Strange New Worlds, y la película de Sección 31 con Yeoh, que quien sabe cuando saldrá.
Hola Diego: gracias por comentar. Nadie te va a matar porque esto se trata de opiniones y, además, como habrás leído, coincidimos en varias cosas. Es cierto que apostaron todo al fanservice, pero yo creo que eso se vio particularmente en estos dos últimos episodios, desde que supimos de los borg. A partir de allí esa trama fue acelerada y como al descuido. Ocurre que toda la parte emotiva fue tan fuerte que para mí compensa fallos y defectos. Creo que en el balance final ha terminado siendo la mejor temporada de la serie y ha habido algunos diálogos realmente brillantes: el de Riker y Deanna cuando están encerrados en la Verdugo me pareció increíble.
A mí también me dio pena Shaw y me gusta el trío si lo saben llevar. En cuanto a Strange New Worlds, la segunda temporada llega en junio y seguramente allí nos encontraremos. De Sección 31 todavía no hay fechas.
Un saludo y gracias por el gran aporte. Larga vida y prosperidad!
Me gustó el episodio pero esperaba algo mas “épico” digamos. Parecía que iban a morir todos y al final se han salvado y solo hemos perdido al Capitan Shaw y a unos tripulantes de la Titan. Eso si, de quitarse el sombrero el homenaje a Alton Yelchin poniendo el nombre a Anton Checov con la voz de Walter Koening y ese “no se acerquen a la tierra” de Star Trek IV como dices. Tuvok me pareció un poco frio, no sé, mas habiendo navegado con Siete en la Voyager varios años, yo también hubiera esperado al menos a Janeway, pero supongo que será por no haber llegado a un acuerdo. Por lo demás todo bien.
Hola Joseluis: gracias por comentar. Yo estuve con el corazón en la boca pensando quien iba a morir. En cuanto a lo épico, creo que no alcanzaba una hora de episodio para equilibrarlo con la parte emotiva y nostálgica. Por eso sigo sosteniendo que la trama borg debería haber despegado antes de lo que lo hizo. Los homenajes a Chekov, coincido, impagables. Y lo de Janeway una pena: ignoro cuál habrá sido el motivo, pero es llamativo que la mencionaran tanto para luego no incluirla.
Gracias por leer y por el gran aporte. Que estés bien. Larga vida y prosperidad!
Hola a todos y muchas gracias por compartir.
Coincido en muchas de vuestras opiniones y como Treki hasta la médula comprendo lo complicado que es dar un cierre redondo a un universo tan amplio y complejo. Es netamente imposible cubrir todos los matices de la trama de la serie Picard en concordancia con sus anteriores temporadas y cumplir con las ilimitadas exigencias que tenemos todos los seguidores de la Nueva Generación y otras sagas de la franquicia.
Entendiendo que esto no es posible, voy a subrayar con lo que me quedo y en ese sentido coincido con la carga de emotividad.
Siempre se nos pone la carne de gallina cuando vemos el Enterprise y en esta serie se echaba de menos tanto las batallas espaciales como la nave insignia de todos nuestros sueños. Partiendo de esa base, este episodio final y la temporada final de Picard va directa al corazón de los Trekis.
Los temibles Borg, cierto que pasajeros en este episodio y cierre de temporada, pero ha sido toda una sorpresa que ellos estuvieran detrás de toda la trama.
El Enterprise C y su apagado en el museo de la flota con su tripulación original presenciando y honrando el “entierro”.
Data y su cierre del viaje filosófico que le ha llevado de ser una criatura única en la búsqueda de la esencia del ser humano, hasta completar su viaje recibiendo terapia de la consejera Deana.
Puedo seguir así un rato, simplemente quiero subrayar que la emotividad del episodio final es abrumadora. Es algo que sólo nosotros podemos entender, una experiencia que ningún otro aficionado a la ciencia ficción podría entender. Sería como en una misma sala ver a 4 personas que le encanten la ciencia ficción viendo el último episodio, si dos son seguidores de Star Trek y otros 2 no, sabríamos quién es quien sólo viendo los ojos vidriosos de los 2 Trekis.
Han sabido esconder el homenaje a La Nueva Generación hasta la última temporada y hasta los últimos episodios. Ha sido una increíble experiencia para “enterrar” los sueños de una etapa dorada de Strar Trek y presentarnos un relevo que promete con 7 de capitana.
No me extiendo más.
Un saludo desde España
Hola Arruzor: gracias por tu extenso comentario y por transmitirnos tus emociones que, desde ya, son compartidas. Cada uno de esos puntos que enumeras hacen a una carga emotiva que, a la larga, termina por ser lo que más nos queda. Esta serie y, particularmente esta temporada, ha estado llena de guiños y referencias reconocibles y entrañables para todo trekkie que hacen que algunas debilidades de la trama puedan ser dejadas a un costado. Gracias por tu valioso aporte y espero que nos volvamos a encontrar en el análisis de alguna otra serie de este maravilloso y, por suerte, inextinguible universo. Desde ya, quedas invitado. Un saludo y gracias nuevamente por el aporte: larga vida y prosperidad!
Hola. Algo tarde concluí ya la tercera temporada. De todo lo compartido y discutido, me parece que tampoco se resolvió conocer mucho mejor quién o qué era esa especie de humo cadavérico que dictaba órdenes a la cambiante en jefe. ( La que terminó flotando en el espacio).
Hubiera sido también sobrecogedor guiños a DS9 o algún icónico personaje con algunos segundos de presencia. Tristeza que no apareciese la capitana de la Voyager.
Con suerte y mucha fe, más pronto que nunca, podamos saber más de las aventuras de la flamante capitan 7 de 9. 🌟✨
Hola Christian: gracias por comentar. Y llevas razón: lo del humo es una de esas cosas que quedan sin una completa respuesta y ojalá Star Trek: Legacy ayude en tal sentido. Lo de Janeway es una verdadera pena: después de tanta mención durante la temporada, yo ponía todas las fichas a que la veríamos en la última entrega. En fin…
Gracias por el aporte, Christian, que estés bien y nos encontraremos seguramente en alguna otra serie. Un saludo. Larga vida y prosperidad…