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Análisis de Star Trek: Strange New Worlds. Temporada 2. Episodio 3

Star Trek: Strange New Worlds parece no tener techo. El tercer episodio de esta segunda temporada es profundamente emotivo pero además recompone de manera magistral la cronología de la franquicia. La serie, creada por Akiva Goldsman, Alex Kurtzman y Jenny Lumet, es emitida por Skyshowtime para España y Paramount+ para América Latina.

Bienvenidos nuevamente, trekkies y no tan trekkies, para analizar una nueva entrega de Star Trek: Strange New Worlds, serie que no para de sorprendernos. Mañana, Mañana y Mañana, tercer episodio de esta segunda temporada, es perfecto desde el punto de vista narrativo y aunque el viaje en el tiempo ha sido ya muchas veces abordado por la franquicia, aquí sirve de excusa para acomodar un poco la franquicia después de que pasaron los noventa y no tuvimos Guerras Eugenésicas.

Además, se trata de un episodio con una intensa carga emocional y que nos entrega una gran actuación de Christina Chong. Pasemos mejor ya a analizarlo no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordarles que pueden leer aquí nuestros análisis previos.

Todo está Distinto

Este es un episodio sobre La’an y, como tal, la lectura de bitácora personal le corresponde. La vemos como jefa de seguridad atender los más disímiles y graciosos conflictos: un oficial denobulano denuncia que le ha sido robado un anillo durante el transporte; Spock recibe quejas por ruidos molestos con el laúd; Pelia es acusada por robar antigüedades y obras de arte.

Pero en medio de ello, La’an descubre en los corredores un sujeto que viste saco y corbata a la usanza de los siglos XX ó XXI y con una herida que no es de fáser sino de bala. En su agonía, le dice que hay que evitar un crimen en el pasado y que vaya al puente… Antes de cerrar los ojos y desaparecer, le entrega un artefacto desconocido de tamaño no mayor al de un tricorder.

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La’an no entiende demasiado y menos todavía cuando va a dar informe al puente y la silla de capitán no está ocupada por Christopher Pike sino por James Kirk, quien ni siquiera la conoce. Mientras tanto y desde una nave vulcana, Spock está pidiendo ayuda en la guerra contra los romulanos y se le niega argumentando imposibilidad de atender dos frentes.

En privado, La’an pone a Kirk al corriente de que ella procede de otra línea temporal. Él la mira como si estuviera loca, aunque a la vez se pregunta por qué no hay registro de ella a bordo de la Enterprise. Intenta arrebatarle el artefacto, pero ella se niega y en el forcejeo lo activan: todo cambia en derredor…

Atardeceres y Hot-Dogs

Me parece que esto no es Kansas, dijo alguna vez Dorothy y no lo era, como tampoco esto es la Enterprise. Están en la Tierra, aunque Kirk no puede reconocerla porque dice no haber estado nunca: ha nacido a bordo del USS Iowa (nombre del estado en que nació la versión de Kirk que conocemos) y hasta donde sabe la Tierra lleva siglos inhabitable, salvo en hábitats subterráneos.

A La’an le resulta familiar la ciudad (ya sabremos por qué) y la reconoce como Toronto, aparentemente a mediados del siglo XXI. No tienen idea de por qué el pequeño artefacto les ha arrojado allí pero, por lo pronto, necesitan ropas más acordes a la estética de época y a la baja temperatura. Como no tienen dinero, para hacerse con ellas provocan en una tienda una distracción con una falsa alarma.

En la calle hay personas jugando al ajedrez y Kirk ve la oportunidad. Sabemos por la serie original que es bueno en ello (solía vencer a Spock) y también parece serlo en esta versión, más con un ajedrez bidimensional que es para él solo un juego de niños.

En un par de horas ha conseguido el dinero que necesitan para obtener algo de comida y una habitación. Compra un par de hot dogs y se queda obnubilado con el atardecer pues, según dice, nunca ha visto uno. Empieza a percibirse cierta química entre los dos por más que terminen durmiendo por separado…

La’an sigue investigando el motivo de que hayan ido a parar allí, pero Kirk se muestra más fascinado con las duchas reales (superiores a las sónicas, dice) o los minibares. Además interpreta, no sin razón, que reparar la línea de tiempo de La’an implicará destruir la suya.

Se produce una interesante discusión sobre qué línea es mejor que la otra o cuál merece ser salvada y así nos enteramos que en la de él no existe la Federación sino una organización llamada Tierra Unida que no incluye especies alienígenas, lo que encaja con la poca solidaridad mostrada antes hacia los vulcanos.

Ella parece ganar la discusión con que en la línea de él no hay atardeceres y le pone además al tanto de que en la suya él también existe y su hermano está vivo. Recordemos que en la serie original, George Samuel Kirk muere en el episodio Operación Aniquilación (último de la primera temporada), bastante después de los sucesos de esta serie. En la otra línea, al parecer, ha fallecido antes…

El rostro de él acusa recibo, pero la conversación se interrumpe abruptamente por un violento estallido en el puente de la ciudad y La’an recuerda inmediatamente la frase “vaya al puente”. Sin embargo, el momento de quiebre que buscan no puede ser ese porque al hablar entre sí comprueban que el atentado ha ocurrido en ambas líneas temporales.

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En el lugar, abordan a una muchacha que está tomando fotografías y al hacer zoom en una de ellas, La’an descubre que los escombros presentan marcas relacionables con una explosión fotónica fuera de época. Viendo que la evidencia es retirada en una furgoneta, “toman prestado” un auto para seguirla mientras Kirk, para sorpresa de La’an, deja inconsciente al propietario con el pellizco vulcano: dice haberlo aprendido mientras compartía reclusión con un prisionero de ese origen en un penal denobulano. El chiste es que en la serie original, Kirk nunca consiguió que Spock se lo enseñase…

Tiberius

Y siguen los guiños: al poner el vehículo en marcha, Kirk tiene problemas con los cambios y particularmente con la reversa, tal como su otra versión en Una Tajada (serie original, 2×17). En cuanto al auto, es un Dodge Challenger bien retro que, en lo personal, me trajo recuerdos de Vanishing Point y Death Proof (aquí retro-análisis).

En una persecución callejera que rinde tributo a las mejores buddy movies, la conversación entre La’an y Kirk es de lo más jugosa. Ella se burla de su segundo nombre y él replica que Tiberius era el de su abuelo, lo cual coincide con lo dicho alguna vez en la serie animada de los setenta para después incorporarlo al resto de la franquicia (en la serie original jamás se mencionó el segundo nombre).

Para no ser menos, Kirk se mofa del apellido “Noonien-Soong” (al pronunciarlo mal, hace referencia involuntaria al creador de Data). Ella lo corrige, pero le llama la atención que a él no le suene Noonien-Singh: posiblemente en su línea posiblemente no estén anoticiados de Khan ni las Guerras Eugenésicas.

Un policía les ve pasar y deja su café para encender la sirena y salirles en persecución: en otro contexto sería cliché, pero aquí es claramente parodia… u homenaje. Acaban detenidos, pero les salva inesperadamente la muchacha de las fotografías, cuya permanente presencia sabremos pronto que no es casual. Dice estar filmando en vivo y que han detenido a un famoso abogado de derechos civiles al que se viene acosando por investigar al sindicato policial. Da resultado: el oficial los libera con una advertencia…

Ingeniero se busca

La joven sin nombre dice haberlos seguido porque era obvio que iban tras la furgoneta. Defensora de la idea de conspiraciones internacionales para tapar catástrofes y atentados provocados por alienígenas, dice que quieren sembrar discordia entre humanos para que nunca vayan hacia las estrellas y cita JFK, Chernobyl y Tunguska

Cuando le mencionan la explosión fotónica, dice que los alienígenas tienen oculto en la ciudad un reactor de fusión fría. La’an no la toma muy en serio, pero la cosa cambia cuando les muestra supuestas imágenes de avistamientos extraterrestres y Kirk logra reconocer… una nave romulana.

Es lógico que solo él la reconozca, pues en la línea temporal de La’a aún no hay contacto entre la Federación y los romulanos, lo que recién ocurre en El Equilibrio del Terror, (serie original, 1×18), uno de los más icónicos episodios de toda la franquicia. En cambio, ya hemos visto que en la otra línea hay una guerra y el contacto se ha producido antes…

Uniendo en privado cabos con La’an, Kirk dice que la ciudad entera será borrada por un reactor de fusión fría en pocos días: se trata del primer ataque romulano y punto de quiebre, pues eso no ocurre en la línea de ella. Para encontrar el reactor, dice, necesitan “un ingeniero de la edad de piedra” y La’an piensa que no muy lejos, en Vermont, puede haber alguien que califique como tal…

La Letra Escarlata

Hacen por lo tanto una visita a Pelia, quien se sorprende sobremanera de que La’an conozca no solo su nombre sino también “su secreto”, ya sea el robo de obras de arte o su origen lanthanita. No entiende tampoco por qué han ido a buscarla y cuando le dicen que están tras un ingeniero, menos todavía: parece que aún no lo es…

Pero sus objetos antiguos terminan ayudando, pues tiene un reloj de tritio que permite detectar la cercanía del reactor. La’an le agradece su ayuda y le dice que “quizás sea más ingeniera de lo que piensa”. A Pelia parece gustarle el halago y da impresión de quedarse pensando si no habrá encontrado su vocación…

La’an y Kirk echan entonces a andar por las calles de Toronto con el reloj y la caminata da lugar a charla íntima en la que ella le confiesa sus dificultades para relacionarse con la gente. Le cuesta decirlo, pero admite que él es especial, posiblemente por desconocer el pasado familiar que ella dice cargar como una “letra escarlata” o “marca de Caín”…

Por un momento, él parece no saber de qué le habla, pero está bromeando: en su mundo también existen Hawthorne y el Antiguo Testamento. Ella le invita a acompañarla al suyo una vez solucionado el entuerto temporal, pero él repone que probablemente no haya lugar para tantos en una sola línea. Como sea, la cosa acaba en “beso interdimensional”…

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Khan

La escena romántica es interrumpida por las manecillas del reloj, que están brillando. Siguiendo la señal, van a parar al Instituto Noonien-Singh y La’an consigue que su marca de ADN le dé acceso. Pero alguien les apunta desde atrás y allí está de nuevo la muchacha sin nombre a la que, sin querer, han guiado allí…

Gran parte de lo que ha contado es cierto, pero no ha dicho que ella, de hecho una romulana del futuro, es una de quienes buscan frenar el progreso humano, además de responsable de la voladura del puente. Acaba disparándole a Kirk, quien, agonizando, pide a una angustiada y llorosa La’an que envíe saludos a su hermano…

Quizás no estaba en los planes de la romulana matar dos pájaros de un tiro, pero ha acabado con James T. Kirk y lo que representa para el futuro. Sin embargo, aún no ha terminado su trabajo: eliminando a los guardias que le salen al paso, lleva a La’an por los corredores, pero no hacia el reactor como cabría suponer, sino hacia una puerta con el nombre de Khan… El plan es matar al infame antepasado de La’an para que la Edad Oscura no tenga lugar y la Federación, principal obstáculo para los romulanos, nunca se forme.

De hecho, la muchacha sin nombre afirmar llevar intentándolo sin éxito desde 1992, con lo que empezamos a descifrar una de las grandes sincronías que nos venían intrigando en la franquicia, pero ya volveremos sobre ello…

La’an está a punto de abrir la puerta con su marca de ADN pero, en una distracción de la romulana, forcejea con ella y le termina disparando con su propia arma para verla evaporarse un instante después. Al cruzar luego la puerta esperando hallarse cara a cara con su antepasado genocida, lo que encuentra es un niño indefenso. Khan, por lo tanto, ha sido creado genéticamente después de lo previsto. Insisto: ya volveremos…

El Pasado que no existió

Con la culpa de saber que está dejando vivir a un genocida y la pena de haber perdido a Kirk, La’an activa el artefacto y se halla otra vez en la Enterprise, donde todo es normal nuevamente. Pike ocupa la silla de capitán y hay una conversación con Pelia acerca de las antigüedades que le vienen reclamando.

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Regresando a su cuarto, La’an se encuentra sorpresivamente con una mujer que dice ser parte del Departamento de Investigaciones Temporales, organización que nos hemos cruzado en varios momentos de la franquicia, pero de la cual La’an nada sabe porque aún no existe. La agente le agradece por lo hecho y le pide guardar reserva como si no hubiera ocurrido. De manera tácita y dolorosa para La’an, ello incluye borrar a Kirk…

Se comunica con él en cuanto la mujer se marcha pero el Kirk de esta línea temporal, desde luego, no la conoce. Ella miente diciendo que llamó para constatar segundo nombre pero rompe en llanto en cuanto corta la comunicación. Y si el final remite a La Ciudad al Borde de la Eternidad (serie original, 1×29), no es en absoluto casual…

Balance del Episodio

¿Se puede en un único episodio reacomodar toda la franquicia e incluso dar en buena medida sentido a la segunda temporada de Star Trek: Picard? Pues aunque parezca imposible, Star Trek: Strange New Worlds lo logra y para esta altura es válido preguntarnos cuál será el techo de una serie que se sigue superando a sí misma.

Hemos visto un capítulo no solo coherente en su narrativa interna sino también en su relación con el resto de la franquicia, algo bastante difícil para un universo que lleva ya casi seis décadas entre nosotros.

Una de las incongruencias que más venían preocupando a los fans en los últimos tiempos no tenía que ver con errores de guion o continuidad, sino simplemente con el paso del tiempo: se suponía, según la serie original, que las Guerras Eugenésicas comenzaban en los noventa, pero esa década llegó y no tuvimos noticias. Ello obligó a correrlas hacia adelante pero, al hacerlo, se alteraba la cronología. Pues bien, este episodio que acabamos de ver soluciona ese entuerto de modo admirable…

La razón por la cual las Guerras Eugenésicas no se iniciaron en los noventa es que la llegada de los romulanos desde el futuro alteró los acontecimientos y todo se desplazó hacia adelante. Este episodio, por lo tanto, reacomoda la franquicia y la cronología de un modo que honestamente no se me hubiera ocurrido.

Mañana, Mañana y Mañana es una entrega que no solo rinde homenaje a episodios clásicos de la serie original como La Ciudad al Borde de la Eternidad, El Equilibrio del Terror o Semilla Espacial, sino que además lo hace sin violentar el canon y todo es perfectamente coherente.

El dilema moral de La’an, por otra parte, está planteado de manera magistral: debe permitir un genocidio para que su línea temporal continúe y la Federación exista.

Y en el plano sentimental, su relación con Kirk ha transcurrido dentro de una “burbuja” que le ha permitido liberarse, pero al precio de un dolor de por vida que es imposible no asociar con el que sufre Kirk al perder a Edith en La Ciudad al Borde de la Eternidad. Es bastante común en el universo trekkie jugar al “espejo” y este es un caso: aquella vez era Kirk quien sufría la pérdida, mientras que ahora la pérdida es él…

Pero si el episodio funciona del modo en que lo hace, no podemos dejar de lado a los actores: el desempeño de Christina Chong es definitivamente inmenso y no menospreciemos a Paul Wesley, de quien en su momento he manifestado que no me resultaba muy creíble como Kirk y ahora me hace cambiar cambiar de opinión: eso sí, más cercano al Kirk de Chris Pine que al de William Shatner. Y ni hablar de la enorme Carol Kane, que ya ha convertido a Pelia en un personajazo…

Una última observación al margen: dos veces durante el capítulo fueron mencionados los denobulanos y si mi memoria no me engaña (espero que me lo digan si es así), es esta la primera vez en que se lo hace fuera de Star Trek: Enterprise (recordemos que el médico Phlox era uno de ellos) y alguna mención aislada en las últimas series animadas.

En definitiva, hemos visto una entrega perfecta. Y volviendo a la pregunta sobre cuál será el techo de esta serie, ojalá lo sean las estrellas mismas…

Hasta la próxima y sean felices. Larga vida y prosperidad…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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11 COMENTARIOS

  1. Tengo que reconocer que al principio de ver el episodio pensé que que pereza, otro episodio ambientado en el siglo XXI, creo que en todas o casi todas las series de Star Trek tuvimos uno ambientado en la época en la que se rodaron esos episodios, pero luego al ver de que iba la cosa cambié de opinión. Muy buena la forma en la que consiguen justificar el retraso en la “creación” de Khan y así ajustar la historia. Deberían hacerlo también con el primer contacto.
    Otro detalle para muy frikies, jeje, es el reloj de tritio, “el poderoso tritio” que nombraba el Doctor Octopuss en Spiderman 2.

    • Hola Joseluis: gracias por comentar! Sensaciones compartidas: me pasó lo mismo en cuanto vi que veríamos el clásico episodio ambientado en época más o menos actual y también fui perdiendo el temor a medida que avanzaba. Ojalá, como dices, reordenen en la cronología el primer contacto como aquí lo han hecho con Khan; ya hemos visto que todo es posible si se hace con criterio. Y buen detalle el del doctor Octopus y el tritio. Gracias por el aporte! Larga vida y prosperidad!

    • Hola Franco: gracias por comentar. Para ser honesto, no había reparado en que La’an dejara el arma en la habitación, por lo cual tuve que volver a ver la escena: estaba convencido de que la había recogido al marcharse. No lo tomé como que lo hubiera hecho a propósito, sino como que se desentendió del arma y la olvidó al ver que Khan era un niño. ¿Tú lo ves como que sí lo es? ¿Te refieres a que la dejó para que algún otro lo mate o para que el propio niño se suicide? Gracias por el aporte. Larga vida y prosperidad!

      • La verdad se me hizo raro. Quien deja un arma en el cuarto de un niño? (Error de produccion?). Sobre todo sabiendo en quien se convertirá este niño!

  2. Buenas, Rodolfo. Un alegría compartir leerte.

    Vengo de ver el último capítulo ayer… en cada capítulo disfruto como el niño de 10 años que miraba TNG. Pero ajustado por el paso del tiempo SNW es mejor en todo. Tiene un casting increíble, cada episodio agrega cosas nuevas mientras respeta todo lo hecho. Me encanta. Vengo de emocionarme con Ortegas, en este sufrí con La’an.

    Abrazo

    • Hola Fabián: gracias por leer y por el concepto. Yo también he visto ya el episodio nuevo. En la semana estará subido seguramente el análisis. Somos muchos los que estamos disfrutando de esta serie: es lo mejor que la franquicia produjo en muchos, pero muchos años. Ojalá haya para rato y, sobre todo, mantengan el nivel. Un abrazo. Larga vida y prosperidad!

  3. Maso, el episodio tiene buen ritmo, pero siempre, siempre me molesta que salgan manejando los autos cuando no tocaron uno en su vida, y de repente son Fangio.
    Y el romance tan súper ultra rápido en 2 días…. Una apuesta en ajedrez que arranca desde cero (díganme quien se anima a aceptar jugar por dinero sin que le muestren la pasta antes) y además les alcanza para un súper apartamento! Creo que hubo demasiadas conveniencias en el episodio. Si hubieran bajado un cambio con todo eso, habría estado ok.
    El resto de lo que se comenta en la review igualmente, coincido en gran parte. Creo que las propuestas de las historias son buenas, los personajes son buenos. Solo que hay detalles que no me cierran.

    • Hola Diego: gracias por comentar! Coincido en algunas de las apreciaciones, pero no en todas y muy especialmente en la de los autos. Se supone que Kirk ha conducido autos en el pasado y desde niño, pues eso fue lo que nos mostraron en las películas de Abrams con respecto a su infancia. En la primera de ellas, es perseguido por una patrulla-robot y casi se mata en un precipicio, justo antes de anunciarse como “James Tiberius Kirk”. Es cierto que las películas de Abrams dan lugar a una realidad nueva que es el Universo Kelvin, pero esa escena del auto ocurre antes del incidente que cambia todo y, como tal, hay que tomarlo como canon.
      En lo que coincido ciento por ciento es en lo de ganar dinero con el ajedrez. Y no es solo el hecho de que no muestres el dinero antes de jugar, sino que además me parece muy difícil de creer que puedas en Toronto apostar en la vía pública. Probablemente me falte mundo, pero no se me ocurre que eso pueda suceder…
      Y lo del romance en dos días es subjetivo, pero yo no lo calificaría de imposible. En la vida real los hay que les alcanza con uno y además, en este caso, la idea es que es la primera vez que La’an siente que no se la está viendo por su pasado familiar y se supone que ello debe afectarle especialmente. Pero creo que, sobre todo, la idea fue hacer un homenaje al romance de Kirk con Edith Keeler en La Ciudad al Borde de la Eternidad que también era bastante repentino y, en ese sentido, no lo he visto tan mal, pero bueno, te vuelvo a decir que ahí entramos en la subjetividad y, obviamente, es cuestión de gustos.
      Muchas gracias por el valioso aporte. Larga vida y prosperidad!

      • En el universo de este Kirk no tiene mucha experiencia con los autos, nació en una nave (creo que dice Ohio pero no recuerdo). De todas maneras estamos frente a personas muy capaces de volar naves espaciales… digamos que un auto para ellos es como un triciclo para nostros jaja

        Cuando me posiciono como espectador, o lector, frente a la ciencia ficción generalmente suspendo mi incredulidad por ese rato. Compro lo de viajar a velocidades superiores a la luz así que claramente puedo pensar que ese día justo se juntaron en Toronto varios apostadores compulsivos a jugar al ajedrez, me parece muuuuucho más probable que viajar en el tiempo jaja

        Me encanto la decisión de que fuera Toronto y no Nueva York: tantos shows que se filman en Canadá y nunca lo explicitan en el show.

        Y a lo que dices de Kirk con Edith en La ciudad al borde de la eternidad agrego la especie de simetrìa que hay con ese capìtulo: ahí se sacrifica a Edith por la continuidad y aquí se sacrifica Kirk por ese mismo futuro. Hay poesía ahí.

        • Hola Fabián: buen punto lo que dices sobre el Kirk alternativo. En efecto, nació en una nave; no lo pensé al momento en que condujo el auto. No tenemos forma de saber cómo ha sido su juventud o dónde ha transcurrido, solo que en la Tierra no. Igualmente no estoy seguro de que conducir una nave espacial te habilite para un auto; yo sé conducir un auto y no andar a caballo por ejemplo.
          Lo de la simetría entre los sacrificios es realmente poético como dices y un gran homenaje. Gracias por el aporte. Larga vida y prosperidad!

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