Bienvenidos de nuevo. Una semana más, una nueva reseña de The Expanse. En el capítulo de esta semana, titulado Rock Bottom, Miller sigue cabreando al personal y se enfrenta a una situación peliaguda mientras que la tripulación del Rocinante se preparara para partir hacia la estación Eros en una nueva misión. Recordad, a partir de aquí hay Spoilers.
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Si el capítulo de la semana pasada se centraba en el desarrollo de los personajes, Rock Bottom continua por la misma línea, aunque se permite dar un paso adelante y ofrecernos algo de acción. El ritmo habitual sigue ahí y sin lugar a dudas este episodio nos brinda situaciones muy interesantes pero trastabilla un poco debido a las tramas que se solapan entre sí. En esta ocasión además de los tres puntos de vista típicos de la serie (Miller, Holden, Avasarala) tenemos la trágica historia de Diogo (el chaval al que Miller pilló en Ceres robando agua y dejó escapar) y su tío Mateo que añade un punto de interés al capítulo pero tampoco nos dice nada que no supiésemos ya.
Parece que Miller se nos ha acercado demasiado a la verdad del caso Julie. Tras ser secuestrado le espera una amarga sorpresa, un vis-a-vis con Anderson Dawes. De la paliza no se libra pero gracias a su habilidad especial, cabrear a la gente, consigue conservar el chip de datos que consiguió el capítulo anterior. Dawes le recrimina lo que ya intuíamos: Miller se ha enamorado de Julie Mao y además le cuenta la trágica historia de cómo tuvo que matar a su hermana pequeña para que su familia pudiese sobrevivir. Como ya sabemos, las condiciones de vida en el cinturón justifican la existencia de la OPA, pero sus métodos dan que pensar, métodos como intentar tirar al detective por una de las escotillas de la estación. Solo gracias a Muss, que deja fiambre a los matones, Miller vive para contarlo.
Muy lejos de Ceres, Holden y Fred Johnson se encuentran en pleno duelo de ingenio por el control del Rocinante. Johnson necesita la corbeta marciana para sus fines, pero Holden y Cía no están dispuestos a dejar que les arrebaten su nuevo hogar. Tras una serie de negociaciones, ambos llegan al acuerdo de que será Holden el que lleve el Rocinante (disfrazado como transporte de combustible) a la estación Eros para encontrar a “Lionel Polanski” el último superviviente del Scopulli y la única persona capaz de aclarar todo el meollo.
Cuando Holden desvela que fue él el que respondió a la señal de socorro del Scopulli y se siente responsable de todo lo ocurrido, el grupo se divide. Mientras Holden y Naomi estrechan lazos, Alex y Amos se van de copas y entre trago y trago nos desvelan algún atisbo de su pasado. Al final, todos deciden que lo mejor es seguir juntos y partir unidos hacia Eros. Dicen por ahí que las situaciones peligrosas unen a las personas, así que no es de extrañar que la tripulación del Rocinante se sienta ya como una pequeña “familia” y este capítulo nos lo demuestra de forma exquisita. Johnson por su parte sigue siendo una figura difícil de colocar, no sabemos si fiarse de él es una buena idea o no. Desde luego, el hecho de que descubre y se queda para si el disco de datos que el fallecido Lopez llevaba encima no es que inspire demasiada confianza.
En la tierra, Avasarala sigue moviendo los hilos para mantenerse al tanto de la situación. Amenazando de forma despiadada a uno de sus antiguos contactos, consigue que este le “preste” su espía en la estación Tycho para poder tener a Fred Johnson bajo su mira. Si Chrisjen nos parece un personaje de lo más despiadado es porque tiene razones para serlo, resulta que su hijo fue asesinado por la OPA, así que no es de extrañar que se tome el asunto como algo personal. Desde luego viendo lo visto, no es que ande para nada desencaminada.
Como colofón final, de vuelta en Ceres Miller ha conseguido por fin desentrañar el puzle. Dawes envió a Julie y la tripulación del Scopulli en una misión para interceptar el cargamento de una nave que provenía de Phoebe, una de las lunas de Saturno. El cargamento parece ser un arma biológica de lo más peligroso, algo tan importante que ha hecho que alguien haya decidido provocar la mayor guerra de la historia solo para ocultarlo. Tras desvelarle esta información a su superior, la Capitana Shaddid, Miller es inmediatamente despedido y se da cuenta en ese mismo instante que es Dawes y por extensión la OPA quien realmente mueve los hilos en Ceres.
Nuestro sabueso ha metido la nariz en el asunto más peligroso de su vida, una conspiración que podría afectar al futuro de la humanidad.
Descubrí esta serie hace ná y como el que no quiere la cosa me está pareciendo fantástica. De lo mejorcito que he visto últimamente. Muchisimas gracias por las review, me ayudan a comprender mejor todo lo que rodea la trama. Seguiré leyendoos.
Muchas gracias Ender, nos alegramos de que te gusten. Seguiremos con las reseñas hasta el fin si podemos, es una de nuestras series preferidas de siempre.
Un saludo 🙂