Llegamos al corte de mitad de temporada de The Nevers con un episodio que, para bien y para mal, nos cambió casi todo lo que pensábamos. El título es True (Verdadero) y es el sexto de esta primera temporada que emite HBO.
Wow! Vaya sorpresa… Ups, perdón, con el asombro casi olvido saludar. Bienvenidos a un nuevo análisis de The Nevers, la serie creada por Joss Whedon que, con este sexto episodio, ha llegado al corte de temporada. Muchos nos preguntábamos si llegarían a este punto dándonos alguna respuesta o, por el contrario, aumentando nuestra confusión: la verdad es que han hecho ambas cosas en una entrega que se salió por completo del libreto que teníamos en la cabeza.
Hay mucho para contar y analizar, así que pasemos ya mismo a hacerlo, recordándoles que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores y advirtiéndoles que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA.
El episodio que hoy nos ocupa tiene la particularidad de estar dividido en cuatro capítulos que se titulan, respectivamente, Stripe, Molly, La Loca en el Támesis y True, dando este último también nombre a todo el episodio. Lo bueno es que me ahorra el trabajo de pensar subtítulos, pero lo importante es que cada segmento da cuenta de una etapa diferente en la vida de Amalia… O quizás debamos empezar a llamarla Zephyr si es que, como supongo, han visto el episodio y por eso siguen leyendo.
Stripe
Debo confesar que, transcurridos los primeros minutos, debí echar pausa para comprobar si realmente estaba viendo The Nevers y aun cuando comprobé que así era, dudé si HBO no habría subido otra serie por equivocación. Déjenme adivinar: les pasó lo mismo…
Es que no podíamos esperar que un episodio en el que habíamos depositado tanta expectativa por ser corte de temporada, se iniciara con una escena de mundo apocalíptico en la cual descienden paracaidistas sobre una ciudad envuelta en llamas y cenizas.
No solo no identificamos lugar ni tiempo: tampoco a ninguno de los personajes que, según parece, integran alguna fuerza especial que obedece a una organización llamada Coalición de Defensa Planetaria y que están en guerra contra lo que llaman Ejército Vida Libre que, a través de altoparlantes, les llama a renunciar a sus nombres.
A pesar de nuestra confusión inicial, hay algunas señales de que estamos en la serie correcta: hay una muchacha a la que llaman Knitter (Tejedora) que es idéntica a Harriet, la tocada que transforma las cosas en cristal con su aliento, mientras otra que, según parece, dirige el grupo (Claudia Black), tiene las mismas expresiones y gestos que Amalia True, incluyendo el golpeteo de los dedos y los fugaces flashbacks o flashforwards.
La confirmación nos llega cuando mencionan al galanthi que, según dicen, es el último superviviente de una especie alienígena llegada a la Tierra con el fin de ayudar a la humanidad y que ha arrojado esporas para convertir a algunos humanos en sus traductores: tal el caso de Knitter y, presumiblemente, también de Myrtle. La líder del grupo, en cambio, es una stripe, especie de súper soldado cuyas características no llego aún a definir.
Según se aprecia, la Coalición está buscando al último galanthi para salvarlo mientras que el Ejército quiere eliminarlo como ya hizo con sus semejantes y, de hecho, lo están sometiendo a torturas en el edificio abandonado en que el equipo de la Coalición lo encuentra. El objetivo de la tortura, reflexionan, no es obtener información sino matar la esperanza, palabra- guía que, hemos notado, se repite bastante en la serie.
No sabemos época, pero salta a la vista que es el futuro; tampoco el origen de los galanthi, salvo que alguna anomalía espacial abrió una brecha que los arrojó a nuestro mundo. ¿Por qué el Ejército Vida Libre es tan hostil hacia ellos si se supone que son benefactores de la humanidad? Es una pregunta todavía sin respuesta, aun cuando podamos pensar en xenofobia o en algún tipo de complejo Lex Luthor.
El equipo logra rescatar al galanthi, pero las cosas se complican. Knitter muere, en tanto que la stripe ingiere alguna droga para producir su propia muerte aunque, según hemos oído, se trata de muertes fingidas. La brecha se abre y el galanthi escapa por ella, pero llevando consigo lo que parece ser la conciencia de la stripe.
Molly
Ese es el nombre con el que Maladie aludía a Amalia, ¿recuerdan? Pues el segundo segmento, así titulado, nos lleva a un escenario que ya conocemos: la Londres de finales del siglo XIX, justo antes de la llegada de la nave o, como ahora sabemos, del galanthi.
Molly es una mujer a la que la vida no le sonríe: sobrevive como puede vendiendo panes por unos pocos peniques mientras su esposo carnicero le enrostra el haber perdido dos embarazos y el hombre al que verdaderamente ama está casado y por ser padre.
Ese mal presente explica aquella escena del inicio de la serie, siendo Molly, precisamente, la mujer que intentaba suicidarse en el Támesis antes de que la nave irrumpiera en el cielo y ella emergiera de las aguas revivida y renovada.
Damos entonces por sentado que Molly falleció y su cuerpo fue ocupado por la conciencia de la stripe, explicándose así aquello de que el rostro que le veíamos no era el suyo, como también su lamento por vivir en un cuerpo ajeno con el cual no se encuentra a gusto. Sin embargo, algunos flashbacks nos harán dudar si está muerta del todo o sus recuerdos sobreviven de algún modo.
La Loca en el Támesis
Aquí nos encontramos con que quien antes conociéramos por Molly y en el futuro por Amalia, está internada en un psiquiátrico luego de haber sido encontrada en el río hablando insensateces y sin saber demasiado sobre sí misma. Es allí donde conoce a Sarah (luego Maladie), quien se convierte en su amiga y confidente por ser Amalia la única que le cree su historia sobre la “libélula” en el cielo.
También conoce a los doctores Cousens y Hague: en el primer caso, entendemos el origen de esa relación con Amalia que nos arrojaran en el episodio anterior sin aviso ni anestesia. También vemos como, curándole a Amalia una herida, se le despierta el don que le conocemos: sanar a otros sin medicina alguna.
En cuanto a Hague, se presenta como el doctor afable que pregunta sobre la nave y ofrece su ayuda a las personas afectadas. Creyendo ingenuamente que eso le puede servir a su amiga, Amalia anima a Sarah a ir con él y ya sabemos el final: ahora entendemos por qué Maladie le reprochaba el haberla abandonado a inhumanos tratamientos que condujeron a su psicótica locura.
También es en el asilo donde Amalia conoce a Lavinia Bidlow, quien, seguramente atraída por sus habilidades, la saca de allí para que le ayude en la dirección de su orfanato.
Fugaces destellos nos muestran a Amalia tomando lecciones sobre lenguaje y modales de la sociedad inglesa de la época para poder encajar en ella.
True
Llegamos a la Amalia “actual”, la que habíamos dejado en el episodio anterior planeando llegar al galanthi con el taladro de Penance. Aun cuando no esperaban hallar soldados en el lugar (por estar asignados a la seguridad en la ejecución de Maladie), su equipo libra, a la entrada de la cueva, un enfrentamiento con algunos de ellos, lo cual termina con Amalia cayendo a un profundo foso y acabando junto al galanthi, insólitamente sin vigilancia.
Le expresa su frustración por no tener ya una misión y haber dicho a todos que él les salvaría, al tiempo que le recrimina por lo ocurrido con Mary, Lucy y Sarah (de quien aún no sabe que está viva) exigiendo que le hable, cosa que el galanthi no hace, pero parece comunicarse con ella a través de flashbacks y visiones que remiten a la infancia de Molly, al Rey Pordiosero o a Myrtle hablando un inglés perfectamente inteligible, pero siempre enigmático, mientras se cruzan frases como “¿crees ser la única que se fue de viaje?” o “es mejor que lo olvides”.
Un instante después, aparecen en el lugar los cyborgs enmascarados con los que vuelve a cruzarse en lucha. Acorralada, llega hasta un elevador que no consigue poner en marcha sino con la ayuda inesperada de una de las obreras zombies del lugar que no es otra que Elisabetta, la operaria capturada y descerebrada por Hague un par de episodios atrás. La serie parece insistir en que recordemos rostros de personajes que hemos visto por pocos minutos.
Una vez arriba, se reencuentra con su equipo a las puertas de la abadía y regresa al St. Romualda´s para hacer lo propio con Penance en la misma escena que viéramos al cierre de la entrega anterior.
Nos enteramos que esta útima ya está al tanto de que Amalia procede del futuro, así como del destino que se avecina pero, optimista y soñadora como es, confía en poder cambiarlo.
Amalia, en tanto, afirma que ha llegado la hora de contarle la verdad a los demás y, para terminar de confirmar su intención de sincerarse, le dice a Penance su verdadero nombre: Zephyr Alexis Navine.
La escena es rematada por un prototipo de dirigible que falla apenas levanta vuelo mientras Penance maldice. Algo me dice que los acontecimientos futuros tendrán que ver con un dirigible.
Balance de Mitad de Temporada
Con este episodio, The Nevers me ha sorprendido: dio al traste con mis especulaciones acerca de que Amalia y quizás también Maladie fueran alienígenas dentro de cuerpos humanos. Y seamos sinceros: ¿pensábamos en Amalia como viajera del tiempo? Siempre es saludable que, de tanto en tanto, nos derriben los esquemas que creemos sólidos.
El problema, justamente, es que haber jugado a la sorpresa tiene su contraparte negativa al presentar toda una situación novedosa (prácticamente un mundo), con muchos personajes nuevos, en poco menos de media hora. Yo mismo venía reclamando flashbacks, pero nunca pensé que fueran a arrojárnoslos todos juntos: demasiada información para absorber de un tirón y me quedo dudando si estaría pensado así o la interrupción por pandemia habrá obligado a hacer cambios de último momento para dejar un cliffhanger.
En mi opinión personal, hubiera sido mejor que los flashbacks vinieran dosificados a lo largo de la temporada y dando una información lo suficientemente escueta como para generarnos intriga sobre las conexiones entre el moribundo siglo XIX y el futuro apocalíptico, pero, como siempre, hay que hablar de la serie que se hizo y no de la que no se hizo.
Es saludable que hayan dejado descansar algunos personajes (con la mitad del episodio dedicada a presentar una trama nueva, lo contrario hubiera sido demencial): tales los casos de Massen, Mundi o Swann que no aparecieron. También que, a diferencia de las entregas anteriores, haya habido un eje vertebrando todo, pues los cuatro capítulos del episodio estuvieron orientados a contarnos la historia de una sola persona: Amanda True… o Zephyr Navine, como tendremos que empezar a llamarla. En ese sentido, el trabajo de Laura Donnelly ha sido descomunal al ir mostrando sus cambios y evolución: creo que aquí terminó de justificar por qué tiene el papel protagónico en la serie.
Pero también nos sirvió, de manera tangencial, para comprender mejor otras historias personales, como la de Maladie. No sé a ustedes, pero a mí ahora su personaje me produce una profunda lástima: la empatía que no sentí durante la supuesta ejecución. Lavinia, en cambio, sigue siendo un gran misterio: seguimos sin entender en qué bando juega, cuál es su interés particular en el galanthi, por qué sacó a Amalia del asilo o cómo compatibiliza su acción filantrópica y su sociedad con el doctor Hague.
Nos quedan también muchas preguntas acerca de los galanthi: ¿A qué se debe el odio del Ejército Vida Libre? ¿Fue casual que la brecha condujera a esa época y lugar o tuvo algo que ver la colección de objetos de la Inglaterra victoriana que había en el edificio en que lo tenían cautivo?
Tampoco sabemos aún si Zephyr es la única agente del futuro en la Londres decimonónica, pues algunas referencias dan a pensar que también pueda haberlos del bando rival y habría que ver, entonces, qué papel cumplen Massen, el Rey Pordiosero o la propia Lavinia. Algo que no he entendido y que no sé si nos explicarán es por qué hay en el futuro una versión idéntica a Harriet, al punto de ser también interpretada por Kiran Sonia Sawar.
En fin, creo que hemos tenido una mitad de temporada bastante irregular e insisto en que el mayor problema ha estado en el manejo de los personajes y sus tiempos en pantalla, algo que esta última entrega también confirma. Como positivo, rescato que toda sorpresa es buena y que, siquiera, han conseguido que quedemos expectantes para lo que venga, veremos cuándo. Por lo menos, ahora tenemos una historia…
De momento, gracias por haber leído estos análisis y espero que nos reencontremos en el reinicio de temporada. Hasta entonces y sean felices…
Estoy empezando a verla, y me confunden ciertas cosas por la cantidad de personajes que entran y salen, y que parecen de relleno. Aún así creo que es interesante y estoy deseando llegar a ese capítulo final, aunque por lo que te he leído lo mismo acabo más confundida. Gracias!!
Hola Lucía, gracias por comentar! Es así como lo dices, jaja… hay un exceso de personajes y a veces algunos que parecían de relleno terminan por ser importantes siendo que habían aparecido poco. De todas formas y si bien es cierto que ese problema persiste, en el episodio 6 (luego de confundirte de entrada aún más) la historia toma de pronto algo más de forma y ahora al menos, hay una y se puede empatizar con algunos de los personajes, cosas que hasta aquí me venía costando bastante. Aun a pesar de todos los problemas que tiene, te recomiendo seguirla; el corte de temporada, por lo menos a mí, me ha dejado intrigada. Luego me cuentas! Un saludo y gracias nuevamente por el aporte.