Bienvenidos al análisis de “Lo que se ha perdido”, vigésimo capítulo de la temporada once de The Walking Dead, en el que vemos a nuestros protagonistas tratando de enfrentarse a la corrupción que inunda cada vez más a La Mancomunidad mientras tratan de salir de allí.
Aquí puedes ver los análisis de los episodios anteriores de The Walking dead
Ya vimos al final de episodio anterior como las fuerzas de seguridad de La Mancomunidad han empezado a moverse para coger prisioneros a los supervivientes. Pero comenten un error muy grave. No pueden capturar a los dos más peligrosos, unos Carol y Daryl que escapan de sus agresores para ir a las celdas a buscar a sus amigos. Allí encuentran a un Lance que no duda en prometer decirles donde están los compañeros capturados si le liberan y le llevan con ellos. Aunque no parecen muy felices no les queda otra que aceptar, aunque en la huida se acaban separando. Carol y Lance se marchan fuera de La Mancomunidad ya que Lance dice que los prisioneros están en una localización en el exterior a la que conduce a nuestra protagonista. Daryl se queda atrás cubriendo la huida de la extraña pareja.
Mientras, Pamela hace su jugada política: proponer a Yumiko ser la encargada de juzgar a Eugene. Ella se niega en principio, pero Pamela le dice que, si no lo hace, sus compañeros sufrirán las consecuencias.
Cuando Yumiko va a dar un discurso en el acto de presentación del juicio, Pamela le informa que Connie ha sido hecha prisionera así que todo parece decidido para la abogada. Pero demuestra su carácter indómito al anunciar que en vez ser la que acuse a Eugene será quien se encargue de defenderlo ante la estupefacción de Pamela y el revuelo general.
En el exterior Lance y Carol sufren el ataque de un grupo de soldados de La Mancomunidad pero entonces llega Daryl para salvarlos. Lance les habla de un tren en el que pueden desplazarse y una vez saben eso deciden abandonarlo. De ninguna manera lo van a llevar con ellos o van a formar parte de sus locos planes. Pero Lance está desesperado e intenta atacarlos con el previsible resultado de que Carol lo mata de un flechazo.
Y en la última escena vemos que ha pasado con el resto de los protagonistas que ha sido hechos prisioneros. Les administran un sedante y les tapan la cabeza para ser trasportados en autobús con protección a una localización desconocida.
Valoración del episodio
Vamos que nos vamossssss. Ese podía ser el resumen de lo que hemos visto esta semana. Un capitulo donde la acción predomina sobre los diálogos y la exposición y se hace muy corto. Y con el mérito añadido de hacer avanzar la trama de manera lógica y rápida.
Definitivamente Pamela se quita la careta y se muestra como lo que es, una cruel manipuladora. Sigue diciendo que solo quiere lo mejor para La Mancomunidad, pero viendo como maniobra entre las sombras para seguir en el poder esta claro que solo le importa su propio beneficio. Y atención a su mirada cuando se encuentra a su hijo zombificado con la cabeza aplastada y con la moneda de Lance entre sus sesos. Es puro odio y maldad.
Y sobre el pobre Lance, pues se acabó lo que se daba. Aunque parecía prometer mucho más como villano, ese papel va a recaer sobre Pamela, quedando Lance como un pobre trepa con ínfulas de grandeza que se creía más importante de lo que realmente era. En mi opinión era un personaje que podía haber dado un poco más de si y su muerte me ha parecido un poco anticlimática, pero hay que ir cerrando tramas.
Lo que si que es un verdadero gustazo es ver a Daryl y Carol juntos en acción. Quitando a Negan (sobre todo ahora que se ha casado y va a ser padre), son los dos personajes más peligrosos de la serie. Y ellos saben que pueden confiar el uno en el otro sin reservas, por eso los vanos intentos de Lance de manipular a Carol caen en saco roto. No puedo esperar a ver como se las van a arreglar para liberar al resto de supervivientes prisioneros.
Y dejo por último la escena de lucimiento personal de Yumiko. Los norteamericanos tienen muy arraigada la idea del abogado que se enfrenta al sistema blandiendo únicamente su superioridad moral como arma. Tanto es así que incluso en una serie de zombies sale a relucir el tema. A nuestra protagonista no le importan las consecuencias que sus actos puedan tener para sus seres queridos, lo importante es la justicia, por eso no duda en defender al pobre Eugene.