Bienvenidos al análisis de “Fe”, vigesimosegundo capítulo de la temporada once de The Walking Dead, en el que los supervivientes empiezan a hacer sus movimientos para escapar de sus captores mientras en La Mancomunidad Eugene enfrenta su juicio.
Aquí puedes ver los análisis de los episodios anteriores de The Walking dead
Recuperamos a Aaron, Lydia, Elijah y Jerry en su viaje a Oceanside. Recordemos que salieron de La Mancomunidad cuando pensaban que tenían un trato con sus gobernantes que les permitiría recuperar sus asentamientos. Ya hemos visto en el capítulo anterior lo que fue realmente de Axendria y parece que Oceanside tampoco se ha librado… El grupo se encuentra en el camino a Luke y a Jules y estos les cuentan que Oceanside ha sufrido un ataque y ha sido conquistada por los soldados de La Mancomunidad por lo que han tenido que salir huyendo de allí. Ya vemos que las promesas de paz se las llevó muy pronto el viento.
En La Mancomunidad va trascurriendo el juicio de Eugene. Esta muy pero que muy claro cómo va a acabar. No es más que un montaje para que Pamela tenga su venganza y pueda desviar la atención. Por eso Yumiko le dice a su defendido que su verdadero objetivo no es ganar un juicio perdido de antemano, lo que tienen que hacer el convencer al público y al resto de los habitantes de que Pamela miente y quiere tener a todo el mundo bajo su control. Algo que parece que están consiguiendo poco a poco. El problema es que los soldados siguen del lado de Pamela. Por eso deciden hablar con Mercer, el hermano de Max y jefe de seguridad. Pero a pesar de saber que Princesa está prisionera se niega a hacer nada.
Los supervivientes que están libre trazan un plan de acción que consiste en infiltrarse en Alexandria a través de las alcantarillas aprovechando lo bien que conocen el lugar. Se dividen en tres equipos, Daryl y Connie por un lado, Carol y Maggie por otro y Gabriel y Rosita quedándose en el exterior como apoyo y francotiradores.
Mientras, los prisioneros siguen con sus trabajos de limpieza de las vías del tren. Con ellos está Tyler Davis, el camarero que fue soldado y que tuvo como rehén a Max (en el capítulo 10 de esta temporada) y que por sus actos ha acabado también aquí. Intentan que él y otros de los suyos se unan a una posible revuelta pero el chico no acepta.
Negan se mete en líos por proteger a su esposa Annie que también ha acabado en el mismo sitio. El alcaide toma buena nota y lo llama a su despacho para tener una pequeña charla en la que le ofrece que espíe para él al resto de los prisioneros. Aunque no parece que vaya a aceptar, al final parece que no tiene más remedio. Puede que esta sea la única manera que tiene de defender a su mujer. Lo interesante es que en medio de esta conversación Negan se da cuenta de cómo trata el jefe de la prisión a sus hombres, concretamente al soldado 197, al que no duda en poner en su sitio denegándole una simple petición de traslado.
La tensión entre los prisioneros se empieza a disparar y Negan y Ezekiel tienen un enfrentamiento a cuenta de la muerte de Benjamin, por lo que el antiguo Rey le dice a su compañero que nunca le perdonará y que no merece ser padre. Ante esta situación Negan acude al alcaide parece que para delatar a Ezekiel.
En el juicio está todo visto para sentencia. Eugene hace un alegato final recordando sus tiempos en las filas de los Salvadores, cuando se mostraba dispuesto a trabajar para ellos para tener orden y paz, aunque sabía que eran unos monstruos. Finalmente se decidió a traicionarlos como todos sabemos y eso trajo consigo la derrota de los hombres de Negan. Recuerda a todo el mundo que los pequeños gestos pueden ser algo que derrumbe a los más grandes villanos y que cuando sabemos que algo está mal hay que actuar. Finalmente es declaro culpable y sentenciado a morir en una hora (la justicia postapocalíptica va mucho más rápida).
En Alexandria el alcaide saca a todos de sus camas declarando que sabe que hay un traidor entre los prisioneros. Todo parece indicar que se trata de Ezekiel, pero la jugada de Negan ha sido otra. Se ha autoinculpado para salvar a todos los demás, en especial a su mujer, por lo que va a ser fusilado ante todo el mundo. Pero el alcaide no quiere mártires y quiere verle sufrir así que decide que Annie también sea fusilada ante la desesperación de su marido.
Negan pide ayuda al soldado 197 ya que sabe que es un hombre de familia que no tiene nada que ver con el alcaide. Aunque le hace dudar no da el paso necesario para salvar a Negan. El que acude en su ayuda es Ezekiel, que se pone delante de los soldados y al que siguen enseguida el resto de nuestros protagonistas y algunos otros prisioneros. Ezekiel pide a los soldados que tengan piedad, que hay que tener esperanza en que el mundo puede ser un lugar mejor.
Sus ruegos tienen efecto y los soldados bajan las armas. En ese momento, viéndose acorralado, el alcaide toma rehén a Kelly. Daryl aparece por sorpresa y lo mata con su cuchillo. Mientras, Maggie y Carol dan con Hershel pero sin encontrar al resto de los niños. Rosita interroga al alcaide sobre su paradero, pero él se ríe y le dice que lo va a perder todo, así que Rosita hace un caminante le muerda la cara.
El grupo que iba hacia Oceaside tiene muy complicado llegar por la fuerte presencia de soldados. Pero Lydia tiene una idea. Recuperan los métodos de los Susurradores para meterse dentro de una inmensa horda de caminantes cubiertos de vísceras y acercarse con ellos al asentamiento.
Finalmente, en La Mancomunidad, Eugene es llevado al patíbulo donde le está esperando un Mercer que dice que con cara de mala leche que es hora de acabar con todo…
Valoración del episodio
Ya sólo quedan dos episodios para el final de la serie y eso se nota. La historia ha cogido velocidad, dejando atrás esos tiempos donde las tramas se alargaban semanas y semanas sin ir a ningún sitio, algo que es muy de agradecer.
Puede ser que toda la historia del juicio de Eugene se ventile con algo de prisa, pero es cierto que no deja de ser emotivo y como ya dije, un recuerdo u homenaje a las películas de juicios donde el acusado en su alegato final logra conmover al jurado. Aquí el jurado importa un bledo, hay que hacer que la gente despierte y parece que el objetivo se ha logrado.
Porque, a fin de cuentas, el verdadero enemigo es el régimen de poder absoluto que Pamela ha instaurado en La Mancomunidad. Contra ese enemigo no será suficiente la valentía y la fuerza de nuestros protagonistas. Es necesario que haya un levantamiento que les ayude. Por eso es tan importante esa escena final con Mercer en la que parece que por fin se ha cansado de ser un títere de Pamela.
Si en el capítulo anterior la idea central era la de FAMILIA, en este es la de ESPERANZA. Los supervivientes tienen esperanza en lograr un futuro mejor si logran derrotar a Pamela, es la única opción que les queda. En este sentido tiene especial relevancia la conversación entre Carol y Maggie cuando la madre de Hershel le dice a su amiga que a veces se arrepiente de haber traído un niño a este mundo tan cruel. Pero Carol le dice que son los niños los que tienen que darles fuerzas para hacer del mundo un lugar mejor para ellos. Por eso tendrán que luchar y tendrá que seguir buscando al resto de pequeños desaparecidos.
También pivota sobre esta idea el discurso de Ezekiel a los soldados cuando están a punto de fusilar a Negan. La esperanza de un futuro mejor es lo que tiene que mover a las personas, no el miedo, no las consecuencias que puede tener desafiar al poder.
En resumen, estamos ante un buen capítulo que empieza a sentar las bases del enfrentamiento final entre nuestros protagonistas y las fuerzas de Pamela en La Mancomunidad. Lo único malo es que aún hay varios frentes abiertos y sólo quedan dos capítulos, no se si dará tiempo a que se cierren todas las tramas de manera satisfactoria.