La caída, estrenada hace poco en Amazon Prime Video, es una película que trata un tema complejo y lo hace relativamente bien, pero cuyo desarrollo deja algo que desear y que ha pasado desapercibida ante el aluvión de oferta que inunda las plataformas. De la cineasta veterana Lucía Puenzo, este producto sigue los pasos de una deportista olímpica sometida a una situación extrema y difícil. Desde luego, se trata de una cinta con buenas intenciones, pero quizás no esté a la altura de las mismas.
La caída
La protagonista de La caída es una saltadora de natación cuya compañera para los próximos Juegos Olímpicos se ha lesionado. Por ello, deberá competir junto a una aspirante de catorce años que le recuerda a sí misma de joven. Pese a sus reticencias iniciales, acabará desarrollando una relación agradable con la muchacha, pero una revelación acabará haciendo que su sueño de participar en las olimpiadas se convierta en una pesadilla.
La madre de la chica plantea a la Federación que el entrenador de ambas nadadoras podría estar abusando de la joven, algo que este niega tajantemente, al igual que la chica. Sin embargo, aunque la protagonista elige no creerse esto en un principio, irá descubriendo indicios perturbadores de que la madre podría estar en lo cierto, lo que la obligará a revisitar momentos traumáticos de su pasado.
Competente pero decepcionante
La caída acierta en su planteamiento, con un primer acto que nos presenta a un personaje principal en horas bajas y cuyo éxito deportivo no se corresponde con una vida personal sana o satisfactoria. Karla Souza hace un gran papel, dando vida a una deportista que debe mostrar a todo el mundo un rostro amable pese a su sufrimiento, y cuyo pasado se nos va revelando poco a poco. Su arco resulta conmovedor, y el dolor al que es sometida a lo largo del metraje contribuye a que el espectador empatice con ella cuando finalmente hace frente a sus demonios.
El filme también refleja de manera competente el horror de los abusos en el ámbito del deporte y la connivencia entre el entrenador y el resto de compañeros, así como la dificultad que supone para las víctimas el reconocer lo sucedido. En este sentido, La caída hace un retrato muy meritorio del entrenador, que comienza mostrándose como un hombre comprensivo pero que acaba revelándose como un tipo patético y repugnante que recurre a la manipulación emocional cuando las circunstancias se vuelven en su contra.
La película maneja muy bien la ambigüedad de estas situaciones: aunque al final tenemos muy claro quién es el culpable, nunca se sabe del todo hasta qué punto el resto de personajes sabían de sus acciones, si las ocultaron de manera consciente o decidieron no creerlas. Con claros paralelismos con la vida real, hasta el propio abusador trata de convencerse a sí mismo de que sus crímenes fueron un simple error.
Sin embargo, pese al buen retrato que se hace de estos dos individuos, el resto de personajes parecen formar parte del decorado, con unos roles muy limitados y unos diálogos que se olvidan prácticamente al instante. La duración de hora y media de la película debería haber sido suficiente para desarrollarlos un poco más y darles una personalidad distintiva, pero su presencia resulta meramente testimonial. Aunque no son necesarios para contar la historia de manera razonablemente eficaz, sí podrían haber separado una obra correcta de una memorable.
Asimismo, el final resulta increíblemente anticlimático: después de haber hecho frente a sus traumas, la protagonista toma una decisión que promete desarrollos interesantes… que no acaban sucediendo. ¿Qué consecuencias tiene su acción, qué logra al final, cómo hace frente a los problemas que le acarreará? Nunca lo sabremos. La película habría mejorado mucho con un tercer acto más dilatado: pese a que la performance final tiene su simbolismo y su importancia, queda coja sin una conclusión real.
Conclusión
La caída es una película con buenas intenciones que parece quedarse a medio gas después de un planteamiento muy interesante, y cuyos personajes no cuentan con el carisma necesario para levantar una historia con un tercer acto decepcionante. Aunque se trata de una cinta realizada de manera competente que se deja ver sin problemas, no ofrece nada que no se haya hecho mejor muchas otras veces.