Llega la hora de la verdad, Call of Duty World War II está en su recta final previa al lanzamiento y podemos probar por tiempo limitado lo que han estado haciendo los chicos de Sledgehammer durante estos 3 últimos años. ¿3 años para desarrollar este juego? Perdonad que discrepe, pero eso de “este juego nos ha llevado 3 años de desarrollo” me suena igual que “Destiny durará 10 años.
Pero antes que nada, no, estas primeras impresiones no va a ser una retaila de comparaciones del juego con Battlefield 1. Cada uno es grande y bueno en su cancha. He jugado a Call of Duty una gran parte de mi vida y Battlefield la restante hasta ahora. He probado todos los CoD y he visto su decadencia porque, al fin y al cabo, Call of Duty es un producto que sale un año sí y el otro también para no dejar a los fans con las ganas. ¿Es bueno? No, sacar juegos como churros con la intención de amasar dinero de manera fácil es absurdo (e inteligente), pero aquí estamos para hablar de lo bueno y lo malo de la beta abierta de Call of Duty World War II.
Los prejuicios mandan y a muchos se les va el dedo directamente al botón de no me gusta en YouTube o deja de leer cuando sale la palabra Call of Duty. Vamos a darle un voto de confianza a este World War II. ¿Es perfecto? No, está lejos de ello y se nota ya el paso de los años más y más. El tiempo que Call of Duty se reinventaba y sorprendía con cada título ya pasó, pero World War II es la mejor apuesta de la compañía en años, un movimiento arriesgado, pero comprensible.
La vuelta a la Segunda Guerra Mundial significa sacrificar mucho de lo que ha sido la compañía estos años. Call of Duty deja de lado los saltos y un futurismo que no le sentaba nada bien para volver a los orígenes, donde nació la saga. Todo ello deja paso al sistema clásico de juego, uno en el que la verticalidad y los saltos y piruetas imposibles no existían.
SledgeHammer se ha centrado en perfeccionar el diseño de los mapas, grandes damnificados del anterior sistema de juego. Ahora, hay un mayor interés en que el jugador juegue a ras de suelo. Vuelven los 3 pasillos en los que se dividían todos los mapas, conectados con vías alternativas para poder bordear y coger la retaguardia del enemigo. Están lo suficientemente bien diseñados para no encontrar ninguna excusa para no pillar al enemigo desprevenido y poder tornar a vuestro favor la partida. Además, cuentan con el clásico estilo redondeado para, hagas lo que hagas, no te alejes demasiado de la acción. Esto se contrapone a los diseños de Treyarch donde primaba los mapas eminentemente cuadrados.
Se percibe como un Call of Duty. Esta frase no es necesariamente mala. Call of Duty fue rompedor gracias a un sistema de juego rápido y ágil, que obligaba al jugador a no dejar de moverse y a pensar para poder ganar la partida. La vuelta la Europa de los años 40 del siglo pasado se presuponía mala entre los fans más jóvenes, pero el sacrificio de esa excesiva y tonta velocidad de los últimos títulos por un sistema igualmente ágil, pero que permite cierta pausa para pensar, es una delicia.
No reinventa la rueda eso seguro. Tenemos los clásicos duelo por equipos, dominación, buscar y destruir… Pero hay uno curioso y que se sale de lo típico de la saga: el modo Guerra. Este modo es similar al propuesto por DICE para Battlefield 1. Aquí, los jugadores se dividirán aleatoriamente en dos equipos, uno atacante y otro defensor. Ambos cuentan con los mismos puntos de control que defender o atacar y ganará el que consiga hacer retroceder al enemigo o lo mantenga a ralla. Es un modo interesante y que dota su multijugador de un componente táctico y menos frenético que el resto.
Pero si algo destaca sobre todo es la ambientación. La vuelta a la Segunda Guerra Mundial siempre es bienvenida. No sabemos por qué, pero esta época tiene algo que nos vuelve locos. World War II no cuenta con el diseño de niveles y escenario más rico y potente (visualmente) del mercado moderno, pero es sorprendentemente bonito. Hemos podido probar pocos mapas pero todos mostraban un aspecto diferente de esta cruenta guerra: tenemos un mapa en una ciudad alemana asolada por los tiroteos, otro en tierra de nadie con trincheras y búnquers…
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y este sigue siendo un producto más. ¿Destacable? Sí, sobre todo si lo comparamos con el resto de títulos de la saga, pero dista de tener personalidad. Las armas son simples y no distingues unas de otras. Prácticamente todas hacen el mismo ruido y en muchos casos (excepto las escopetas) el mismo daño. He estado horas jugando y no os miento si os digo que no me acuerdo del nombre de ninguna de ellas. Se ha perdido esa antigua magia donde ibas de cabeza al AK, la Thompson, el M1 Garand… Aquí todas parecen lo mismo pero con un acabado diferente.
El apartado visual y sonoro es otro que tiene lo suyo. No se del todo si me gusta o no. Sí que es cierto que en cuanto a lo visual se nota una cierta puesta a punto por parte de los chicos y chicas de Sledgehammer por dotar de frescura este apartado, pero sigue siendo poco llamativo. Tengo mis sentimientos encontrados porque el juego sabe crear estampas que se te quedan en la retina, pero en ocasiones es algo simplón. Aquí hago una de las pocas comparaciones con el juego de DICE y es que Battlefield 1 es bonito y espectacular de ver. Cuenta con una paleta de colores más amplia y que dota a cada mapa de cierta belleza y los hace independiente del resto. En World War II (a falta de ver el juego completo) los colores apagados hacen muy similares los mapas entre sí y no hay ninguno que destaque por encima del resto.
Por otro lado el sonido es otro de esos aspectos que me cuesta decidir si me gusta. Desde Advanced Warfare, Call of Duty ha ido utilizando un sonido mucho más rico e interesante en todas sus entregas. Aquí no he notado ese aspecto tan pulido. Podemos achacarlo a que es una fase beta y que lo mismo el juego final rompe mis esquemas, pero tiene momentos muy interesantes y otros de cierto silencio que me sacan del juego.
Para acabar, hablemos de lo que no es puramente el juego. Ahora, todo lo administraremos en los barracones. Estos barracones son una especie de punto de encuentro al igual que ya se hizo en Destiny. Aquí el jugador podrá gestionar su equipamiento, emblemas, armas… Dota al juego de un carácter más profundo, no todo son 4 menús que te llevan a la campaña o al multijugador. Este punto de encuentro es un añadido muy interesante y con amplias posibilidades de ser explotado por los desarrolladores.
El sistema de recompensas y niveles sigue siendo todo lo bueno que se podía esperar. No están cargados de información como en Titanfall, son directos, simples e intuitivos. Contamos con un sistema típico de mejora en el que iremos avanzando dependiendo de la clase que elijamos y podremos comprar equipación gracias a un sistema de recompensa en forma de chapas.
Call of Duty: World War II tiene mucho que demostrar aún. Queda algo más de un mes para tenerlo en las tiendas, pero la vuelta a la Segunda Guerra Mundial era el giro que necesitaba la saga pero que todos estaban desoyendo. ¿Battlefield 1 ha tenido que ver en esto? Cualquiera del equipo de Sledgehammer te dirá que no, pero el jugador más avispado sabe que sí. Battlefield 1 dejó de lado la guerra moderna y apostó por un periodo poco visitado del mundo de los videojuegos. ¿Triunfó solo por eso? No, pero la novedad vende.
