InicioCineCrítica de Glass. Una película tan frágil como el cristal.

Crítica de Glass. Una película tan frágil como el cristal.

Dentro del vasto universo de los directores de cine, esos seres peculiares con aspecto corriente (nada que ver con los actores) y mente de hombre-orquesta, encontramos a los consagrados por una obra larga y perdurable, los que han dirigido alguna película destacable entre un mar de contención cinematográfica o el raro espécimen que asombró al mundo en un momento dado y, pese a encontrarse en un declive claro, el espectador sigue esperando que esa explosión de talento vuelva. M. Night Shymalan pertenece a esta rara avis. ¿Qué podemos esperar de Glass, su última película, el fin de fiesta de una atípica trilogía? Poco bueno, ya os adelanto.

Glass empieza donde terminó la taquillera Múltiple. Kevin Crumb (James McAvoy) y sus múltiples personalidades siguen sacrificando jovencitas para la Horda mientras David Dunn (Bruce Willis) intenta encontrarlo. Finalmente, ambos serán capturados por la psiquiatra Ellie Staple (Sarah Paulson), que pretende recluirlos en un hospital psiquiátrico para demostrarles que sus superpoderes no son tales. En dicha institución también se encuentra Elijah Price (Samuel L. Jackson), recluido desde hace diecinueve años tras los sucesos de El Protegido.

UN GUIÓN QUE HACE AGUAS

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La nueva película de Shyamalan prometía ser el final de una trilogía superheroica diferente. La primera entrega fue una obra maestra absoluta que diseccionaba el papel de un superhéroe en la vida real y el rol de los cómics en la cultura popular. La segunda entrega fue una entretenida película de terror sobrevalorada por la magnífica interpretación de James McAvoy y por un final que hacía referencia a la película anterior. La creación de la némesis del superhéroe en el marco de una película de terror en la que, parecía, no iba a haber hueco para la fantasía. Hasta que La Horda aparecía. ¿Qué podíamos esperar de Glass?

Desde luego, conociendo a Shyamalan y su filmografía anterior, algo diferente. Una historia que iba a servir como clímax tanto de la historia de David Dunn, Elijah Price y Kevin Crumb como de esa reflexión sobre el mundo de los cómics. Por desgracia, un interesante punto de partida se desmorona en el mismo nudo de la película.

La idea de enfrentar a los tres personajes con el psicoanálisis de Staples es muy sugerente. Al fin y al cabo, ¿Cómo puede ser posible que solo haya tres superhombres en todo el Planeta Tierra? ¿ No será que en ellos ha germinado un delirio de grandeza que les hace sentirse especiales como mecanismo reactivo a sus duras infancias?

Por desgracia, todo esto queda en nada porque las sesiones de Staples están vacías de contenido y, lo que es peor, son muy repetitivas a la hora de manejar los conceptos. Tanto que los personajes acaban por darte igual, lo que lleva a un estancamiento importante durante todo el nudo de la película. Al final se remiten a unas cuantas conversaciones que no profundizan en el carácter de cada uno de los protagonistas.

Por otro lado, la distribución de los personajes a lo largo de la película es muy irregular. Si bien Kevin es el eje de la película, los personajes de Willis y Jackson siguen el modelo de una balanza: el primero adquiere mucho protagonismo en la primera mitad para luego desaparecer en gran medida el resto de la película. Todo lo contrario que Jackson y su Elijah Price, la “Mente Maestra”.

Este concepto me lleva a otro aspecto que no me ha convencido del guión. Se supone que Dunn es el héroe, Crumb la némesis (el hombre fragmentado en personalidades frente al hombre que no puede romperse) y Price la Mente Maestra, el hombre con un plan que nadie es capaz de ver. Sin embargo, más bien da la sensación de que Crumb es un mero títere y la verdadera némesis es Price, algo que, por cierto, se hace patente ya en El protegido.

EL DIRECTOR NO ESTÁ A LA ALTURA

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Se suele decir que Shyamalan es mejor director que guionista, y no se puede negar que Glass tiene un elevado sentido de la estética, aunque esta se limite a un par de escenas (el uso del morado, la terapia conjunta). Por lo demás, no he notado la mano de Shyamalan que sí pude ver en Múltiple o La visita, por poner dos ejemplos recientes. Digamos que, siendo una película con un guión pretendidamente innovador, sorprende ver tan difuminado el particular estilo de su director.

En lo que respecta a las interpretaciones, tanto Bruce Willis como Samuel l. Jackson cumplen en sus respectivos papeles, aunque no aprecio la profundidad de caracteres que vimos en El Protegido. El que se come la pantalla es James McAvoy con la variedad de registros que aportan las diferentes personalidades que conviven en Kevin, aunque no tiene el mismo impacto que sorprendió a todos en Múltiple. No obstante, es lo mejor de la película.

En definitiva, Glass es una película fallida con una idea que pretendió volar muy alto y, como Ícaro, se quemó las alas y cayó en picado. Un guión desastroso tanto a nivel de interacción de personajes, resolución de conflictos y desarrollo de trama principal; una alarmante falta de ritmo durante todo el segundo acto, una dirección y banda sonora insulsa (¿Dónde ha quedado la magnífica composición de James Newton Howard?) terminan de lastrar una obra que no debió haberse estrenado. El mayor ejemplo de que una idea interesante puede desembocar en un pequeño monstruo cinematográfico, tan frágil como el cristal.

Fernando Vílchez
Fernando Vílchez
Comecocos. Intento aprender como si viviera para siempre y vivir como si hoy fuera mi último día...con las cosas que me hacen feliz.
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9 COMENTARIOS

  1. Hola Fernando. Aun no veo la pelicula, estoy leyendo opiniones para todos los gustos, pero tan decepcionante es?. En lo personal Split/Multiple tampoco era nada del otro Jueves pero se dejaba ver muy bien. Pero claro, es Shyamalan, toda su obra es siempre muy divisoria, o te encanta o te resulta indiferente, no hay termino medio. Probablemente lo mas razonable sea esperarme a visionarla en Movistar visto lo visto. ¿Quien sabe?, puede que me sorprenda. Un saludo.

    • Esta es la peor de las tres. El guion, como bien dice Fernando, hace aguas por todos lados. El personaje de la doctora y sus argumentos, que se supone, son el pilar fundamental de la película, son patéticos. Pero a un nivel vergonzoso. Y me da pena, porque las dos anteriores me gustaron y esta tenía cierto potencial en su planteamiento, pero está llevada a cabo desastrosamente.
      Un saludo.

      • No deja de sorprenderme la expectación que genera Shyamalan en todos sus estrenos, cuando queda claro que su mejor nivel quedó atrás hace muchos años.

  2. No coincido para nada. La peli me gustó mucho, solo me disgustó el final pero no es ni un fracaso de peli ni nada de lo que se dice

    • Para gustos colores. Desde luego, la crítica española la ha valorado muy bien. Así es el cine. Para mí hace aguas por todos lados. Un saludo!

  3. Lo que pasa es que la doctora debería haber sido quien nos permitiera conocer más a los personajes y moviera la trama con su rol de “siquiatra de personas que creen ser superhéroes”. Lo malo es que esa premisa se siente pésima, casi caricaturesca. Le faltó poco menos decir “me especializo en personas que se creen superhéroes de DC, y tengo un magíster en Flash”… vale decir, ¡ridículo!

    Además, es precisamente esa parte de la película la que traba el normal flujo de la historia. El segundo cuarto de la cinta (más o menos el segundo acto) es el más aburrido y repetitivo, y es precisamente por eso: diálogos sosos, que no nos dicen mucho de la sicología de los personajes ni profundizan en sus siquis. Y lo poco que lo hace podría haber sido resumido en menos minutos.

    Ahora, por otro lado, y si obviamos eso, la película creo yo se deja ver muy bien. Tiene un juego muy especial entre los tres personajes principales, e incluso entre sus “patiños” respectivos (el hijo de Dunn, la mamá de Price y la amiga de Crumb) y, como todo buena historia de superhéroes y de Shyamalan, tiene sus revelaciones. No es nada original ni del otro mundo (mal que mal, se rige por los archiconocidos códigos de las historietas), pero funciona al nivel que funcionaron en la primera entrega.

    Para quienes le gustó Unbreakable y disfrutaron con Split (aun cuando se siente la más ajena de la trilogía) este es un cierre necesario, si bien es discutible ciertas decisiones que tomó el director con respecto al guión y al destino de sus personajes. Pero eso ya es decisión de Shyamalan y hay que respetar su visión.

    • Desconfío mucho de los cierres tardíos. Me explico. Cuando Coppola terminó El padrino, ya tenía el guión de la secuela preparada. La tercera entrega, siendo una buena película, se hizo 16 años después y, según refirió el director, la hizo por dinero. Lo que quiero decir es que, para Shyamalan, El protegido no era parte de una trilogía, si no una película que funciona bien por sí misma: vemos al héroe, a su villano definitivo, ya que es rival y fuente de su creación como héroe y a la visión que el director quería imprimir. En mi opinión, como ya comento en la crítica, la relación entre los tres chirría muchísimo porque no identifico lo que Shyamalan pretende con su guión que identifiquemos. Para mi gusto, no cuenta con la épica y buen gusto de la primera entrega. La escena de Dunn levantando pesas en el sótano es más epica que todas las escenas de Glass.

  4. Pero es que nadie piensa en los niños ??????

    jajajaja

    Fernando, como siempre muy bien enfocada la critica. Se entiende perfectamente que no es un peliculón ni menos, pero aun con todo me causa cierta curiosidad. Aunque las expectativas eran altas ya sabíamos a que atenernos, luego del articulo de enrique.

    Un ABrazo.

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