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Crítica de Los asesinatos de Valhala, puro noir escandinavo en Netflix

Algunos ya la han calificado como “la serie de la cuarentena de Netflix“. Y no les falta razón. De forma algo tímida ha llegado la primera co-producción de la plataforma con la televisión islandesa pero ya está haciendo ruido. Se trata de Los asesinatos de Valhala, una historia que te encantará si eres amante de lo que se conoce como noir nordico, o género negro escandinavo.

Muertos en Islandia.

La historia de Los asesinatos de Valhala cuenta la investigación llevada a cabo por dos detectives de la policía de Reikiavik, los inspectores Kata (la actriz Nína Dögg Filippusdóttir) y Arnar (encarnado por Björn Thors), sobre una serie de asesinatos en serie que guardan relación con unos sucesos acaecidos treinta años atrás, en el orfanato Valhala. Como no quiero desvelar la trama, no contaré mucho más acerca del argumento porque, si os gusta la novela negra, sabréis que una de sus virtudes es ir desvelando el misterio a medida que vamos leyendo y en este caso es igual. En verdad, la trama casi es lo de menos. Incluso podríamos acusarla de ser algo simple y poco original pero, si solo fuese eso, no estaríamos hablando de la serie.

Porque ver Los asesinatos del Valhalla.

Pues porque es puro noir escandinavo. Toda la serie. Para entenderlo hay que hablar un poco del género, caracterizado por rasgos como el realismo y la simpleza en la trama y en la narración, por cuanto está despojado de elementos innecesarios y de metáforas y florituras literarias. Por lo general, se centra más en los personajes, en su personalidad y en la sociedad que los rodea. Suele ser más importante la investigación, cómo la realizan y cómo afecta a los protagonistas que no el saber quién lo hizo, lo que seria el típico whodunit de las novelas de Agatha Christie. Todo esto se traduce en mucho diálogo, frases secas y personajes atormentados. Y no se puede entender el noir escandinavo sin tener en cuenta que es un reflejo de la sociedad en la que se circunscribe.

Eso se ve perfectamente en Los asesinatos de Valhala. La trama, la investigación acerca de un asesino en serie y su relación con los presuntos abusos cometidos en un orfanato, puede parecer que ya la hemos visto varias veces. De hecho es así pero eso da igual. Lo importante son los personajes, como Kata y Arnar, atormentados por sus fantasmas, siempre más predispuestos a coger la botella para ahogar sus penas que a cometer heroicidades. Ni siquiera llevan pistola. En este sentido, el más memorable es el personaje de Arnar, que lleva a cuestas un pasado que podría haberle llevado por el mal camino y, aunque se ha sobrepuesto a él, de tanto en tanto acaba por asomar, ya sea en el alcohol, ya sea en bares de ambiente, ya sea en la complicadísima relación con su hermana y su cuñado.

Valhalla 2

Adquiere mucha importancia el contexto en el que tiene lugar la historia y que, para quien lo desconozca, puede resultar sorprendente e inverosímil. ¿Por qué una ciudad como Reikiavik, capital de Islandia, se sorprende y atemoriza por los asesinatos como si nunca hubiese presenciado nada igual? Pues sencillamente porque nunca ha presenciado nada igual. Islandia es un país escasamente poblado, con una densidad de población muy baja (3 habitantes por kilómetro cuadrado), un país tranquilo, con una capital muy provinciana en la que sus habitantes pasan más tiempo en casa que en cualquier otro lado. De ahí las calles prácticamente desiertas, esa comisaria con escasos efectivos y con menos medios, sin contar con un departamento de asuntos internos o con una base de datos genética y que se ve obligada a pedir ayuda a la vecina Noruega. Esos elementos, que a nosotros pueden chocarnos dada la sociedad en la que vivimos, impregnan a la serie de un aura de realismo y ya los hemos visto en, por ejemplo, las novelas de Henning Mankel dedicadas al inspector Kurt Wallander. En la primera de la serie, Asesinos sin rostro, llama mucho la atención como Wallander se sorprende por el asesinato de una pareja de ancianos en su domicilio, preguntándose constantemente quién en su país es capaz de cometer semejante salvajada y el porque han llegado a eso, cuestionándose continuamente la sociedad que lo ha permitido. Al igual que Kata y Arnar, Wallander lleva a cabo la investigación pacientemente, desconociendo cosas que en las series americanas todo el mundo sabe sin necesidad de consultar la wikipedia.

Valhalla1

Otro rasgo del noir escandinavo en poner en tela de juicio esa idílica sociedad en la que se enmarca, donde el estado del bienestar parece que les confiere paz, prosperidad y seguridad sin parangón. Los detectives escandinavos acaban por levantar la alfombra y sacar a la luz toda clase de basura, salpicando a los más poderosos y haciendo que el resto de la sociedad se mire al espejo y no le guste lo que ve. En Los asesinatos de Valhala no iban a ser menos y todos acaban salpicados con una crudeza que es más real de lo que parece.

En resumen y para acabar, si os gusta la novela negra en su variante nórdica, os encantará Los asesinatos de Valhala. Quien alguna vez haya leído a Mankel o a otros autores como Jo Nesbo, Jens Lapidus e incluso el multiventas Stieg Larsson, reconocerá todas las características del género en cada una de las imágenes, con esa nieve perpetua y esos paisajes inhóspitos en los que es difícil encontrarse un alma. Quien no, puede que la encuentre algo lenta, simple y carente de garra, pero desde luego no es mi caso y espero que tampoco el vuestro. Un saludo, sed felices y ánimo.

Pedro Pérez S.
Pedro Pérez S.
Aficionado también al cine, las series de televisión, la literatura fantástica y de ciencia ficción, a la comida, la cerveza y a todas las pequeñas cosas que nos hacen felices.
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5 COMENTARIOS

  1. Hola, Pedro:
    Gran análisis, felicitaciones. Coincido en eso de ver a las sociedades nórdicas como tranquilas y, en apariencia, inalterables, hasta que ocurre algo puntual que rompe con todo y, de algún modo, lo hago extensivo a lo que fueron los orígenes del género policial en la literatura hacia fines del siglo XIX. El historiador Eric Hobsbawm hacía un análisis muy interesante entre el policial y la “belle epoque”, esa etapa de Europa en la cual todo parecía estar calmo, pero a la vez era una gran ilusión. Creo que esa calma, hoy en día, ya no es tan fácil de encontrar en esas sociedades en las que el género nació (Gran Bretaña, Francia) y se ha trasladado más bien al norte, con lo cual no es raro que el noir haya calado tan profundo en esas latitudes. Y el contenido, al igual que entonces, sigue siendo una gran advertencia: cuidado, porque las cosas pueden no estar tan tranquilas como a primera vista parece.
    Un saludo y no dejes de escribir. Que estés bien!

    • Gracias por el comentario, Rodolfo. Conocí hace años a varios emigrantes suecos y me hablaron en primera persona de lo que supuso para ellos el asesinato de Olof Palme en 1986, como había sacudido hasta los cimientos de la sociedad en la que creían estar a salvo. Ese hecho les marcó profundamente y al mismo tiempo insistían en que muchos habían seguido mirando hacia otro lado, como si con ello pudiesen evitar ver la realidad. Hay mucho de eso en esas novelas de las que hablamos y en la serie, ese taparse los ojos, ese ignorar las señales. Es un tema recurrente en casi todos los libros que he leído. Un abrazo.

    • “Deadwind” no la he visto, por lo que no puedo opinar. Después de esta he cambiado de registro y he empezado a ver “Broadchurch”, que aunque es policiaca es totalmente diferente a esta y ya tiene unos años. Es muy recomendable; por lo que me han comentado, la primera temporada es la mejor. Yo estoy en la segunda. Un saludo, Jos, y gracias por leernos.

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