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Crítica de Quien a Hierro Mata. El peso del pasado siempre tiene consecuencias

Paco Plaza es un director de sobra conocido por el público por sus películas de terror. Ha tenido mucho éxito con la saga de REC o más recientemente con Verónica, sin olvidar las rescatables El Segundo Nombre o Romasanta. Pero también es un profesional que no le hace ascos a probar otros géneros, siendo el ejemplo más bizarro OT: La película. Por eso no es de extrañar que ahora se atreva con Quien a Hierro Mata, un thriller ambientado en el mundo del narco gallego protagonizado por un soberbio Luis Tosar.

Esta es la primera película que Paco Plaza dirige sin haber escrito el guión, un libreto que corre a cargo de Juan Galiñanes y Jorge Guerricaechevarría y que mezcla elementos del thriller, con sus típicos giros argumentales, con la tragedia personal de unos personajes que tienen una gran carga dramática y que en general están bastante bien interpretados.

El protagonista de la cinta es Mario, una persona que parece vivir una vida muy cómoda. Tiene su trabajo como enfermero jefe de una residencia de ancianos de Galicia y está esperando un hijo con Julia, su pareja. Pero todo se tuerce con la llegada a esa residencia de Antonio Padín, un anciano narco que tiene una enfermedad terminal.

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Antonio Padín y Mario, los dos grandes protagonistas de la película

Desde ese momento la tranquila existencia de Mario se desmorona y asistimos a su descenso a un infierno personal que viene de un duro pasado que poco a poco vamos conociendo y que el protagonista nunca ha llegado a olvidar. Su hermano fue una víctima más de la riada de droga que inundó Galicia en los años 80 (tal y como se ve en la magnífica serie Fariña). Y ese jaco asesino llegó a su vida de la mano del anciano que ahora está en la residencia.

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Los hijos del narco son de armas tomar

El trabajo de Tosar para dar vida a Mario es impecable, como siempre. Es un personaje que podría dar pie a una interpretación exagerada, pero el actor se muestra siempre contenido, haciendo a Mario alguien con el podamos empatizar. Los secundarios también están a buen nivel, sobre todo Xan Cejudo encarnando a Antonio Padín. Tiene mucho mérito ya que consigue trasmitir toda la maldad y oscuridad del personaje incluso cuando casi no puede ni hablar ni moverse. María Vázquez toma el papel de Julia, la mujer de Mario, cumpliendo bastante bien, mientras que Enric Auquer e Ismael Martínez son Kike y Toño, los hijos de Antonio Padín. La interpretación de estos dos actores sí que está un poco pasada de vueltas (sin llegar a ser mala) y sus personajes parecen un cliché que hemos visto en mil series y películas de narcos (como la citada Fariña).

La película funciona muy bien por el gran trabajo de Paco Plaza a la hora de dosificar la información y mezclar varias tramas distintas: la situación de Mario y Antonio en la residencia y lo que el enfermero decide hacer, el trato de drogas en el que trabajan los hijos de Padín y la relación de pareja entre Mario y Julia. Incluso hay tiempo para ver la relación del patriarca del clan narco con sus hijos, una relación complicada por el carácter de un hombre que no respeta para nada a sus descendientes.

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Todo forma parte de una trama conjunta que se va desenredando poco a poco, con un ritmo lento y pausado que el director maneja a la perfección. En este sentido, a pesar de ser un thriller, esta narración funciona como una película de terror, siempre in crescendo, aumentado la tensión poco a poco. Al fin y al cabo Paco Plazo tiene amplia experiencia en ese género. Incluso se permite el lujo de usar herramientas clásicas que ya son su firma como el uso de escenas filmadas de manera rápida y confusa que aquí utiliza para dar pinceladas sobre el pasado del protagonista.

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Mario y Julia están a punto de tener un hijo

A pesar de estar ambientada en el mundo del narco (o precisamente a causa de ello), el tema principal de la película es el contraste y paralelismo entre la vida y la muerte. Antonio Padín se muere mientras que Julia y Mario van a tener un hijo. Al malvado no le queda mucho mientras que las buenas personas van a traer una nueva vida al mundo con toda la felicidad que eso conlleva. Pero no todo es blanco y negro. El odio y el no ser capaz de dejar atrás el pasado tiene graves consecuencias que quedan subrayadas en el poderoso final de la cinta. Un cierre que hace que Quien a Hierro Mata no sea apta para personas sensibles a pesar de ser un gran thriller dramático.

Juanjo Avilés
Juanjo Avilés
Licenciado en periodismo, apasionado de los comics, las (buenas) series de televisión, el cine, los videojuegos y los juegos de mesa... vamos, soy un frikazo total, siempre a vuestro servicio.
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2 COMENTARIOS

  1. Me ha gustado mucho aunque es dura de ver, hay que ir con la cabeza muy despejada, jajajaja. Es que las escemas de la residencia de ancianos son muy melancólicas y tristes. Y después ese final, madre mía, sale uno con un desazón de la sala. A destacar las interpretaciones y la historia muy intrigante con ese in crescendo que comentas.
    Me ha encantado la crítica. Saludos

    • Muchas gracias Carlos. Me parece que es un buena película, aunque es cierto que para verla hay que ir con un estado de animo saludable. El final deja con un poco de mal cuerpo

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