La sombra del fenómeno Juego de Tronos es alargada. Tras productos como The Witcher, Sombra y Hueso, House of the dragon o la esperada El señor de los Anillos, Amazon Prime Video ha tirado la casa por la ventana con La rueda del tiempo, adaptación de la aclamada, vendida y larga serie de novelas de Robert Jordan, finalizada por el gran Brandon Sanderson. ¿Queréis saber qué me han parecido estos tres primeros episodios?
Crítica de la primera temporada de The Witcher
Vamos a ello.
Lo primero de todo. No he leído las novelas originales, lo que me parece un punto de partida interesante para poder acercarme a la serie como un neófito y ceñirme a la calidad de la serie en sí misma más que a sus méritos como adaptación.
Ambientada en un extenso y épico mundo en el que existe la magia y únicamente algunas mujeres pueden acceder a ella, la historia sigue a Moiraine, miembro de una organización femenina increíblemente poderosa llamada ‘Aes Sedai’, cuando llega a la pequeña ciudad de Two Rivers. Allí se embarca en un peligroso viaje por todo el mundo con cinco jóvenes, uno de los cuales ha sido profetizado como “el dragón renacido”, que salvará o destruirá a la humanidad.
Ya hemos tenido la oportunidad de contemplar tres de los ochos episodios que conformarán esta primera temporada de La rueda del tiempo. Y las sensaciones no son del todo buenas. Ni nuevas. Habrá quiénes no le guste la serie porque estén esperando una nueva Juego de Tronos. Y claro, hablamos de una saga de fantasía totalmente distinta en forma y fondo a la realista trama política de George R. R. Martin (por otro lado, publicada posteriormente a las primeras novelas de La rueda del tiempo). Sobre eso no tengo queja y, de hecho, agradezco que se apueste por una fantasía distinta a la que nos ofreció la adaptación de HBO. En este sentido, agradezco series como la infravalorada The Witcher o Sombra y hueso.
El problema es que la serie, de momento, apenas tiene una identidad definida por sí misma. Lo que sorprende tratándose de una gran apuesta financiera de Amazon Prime Video.
Sí, tenemos todo lo esperable de una gran superproducción televisiva. Un amplio reparto donde destaca una estelar Rosamund Pike (inolvidable protagonista de la Perdida de David Fincher) o el español Álvaro Morte (La casa de papel). Un aspecto visual cuidado. Violentas escenas de acción cargadas de extras. Múltiples y variados paisajes rodados en Europa central. Y así un largo etcétera.
Todo muy cuidado, pero sin resaltar. Falta lo esencial. No hay garra, ni sentimiento ni nervio. Ni siquiera épica. El reparto carece de atractivo. Ni un solo personaje destaca por su carisma. Los detalles visuales de este gran mundo no sorprenden y suenan a ya vistos en otras producciones audiovisuales. Las batallas no impactan. Y los paisajes, nuevamente, huelen a refrito.
En resumen, la serie es obvia. Hay muchos detalles que nos hacen arquear las cejas. En el primer episodio, los trolocs, seres mitad trolls mitad orcos que parecen los villanos de una parodia del cine de fantasía. También está la posada donde ocurren encuentros importantes, aldeas a lo Hobbiton tranquilas y atacadas por el maligno, villanos semejantes a los Jinetes Negros…
Una acumulación de clichés que lastra el interés de una serie destinada a hacer historia. Es loable el intento de dotar a los personajes femeninos de más enjundia, tanto en el papel de las magas como en el de una de las protagonistas, que elige apostar por su don en lugar de su amor por el chico que le atrae. Y también tiene momentos rozando el terror, especialmente en el segundo episodio, que demuestran el potencial de la serie.
En definitiva, los tres primeros episodios de La rueda del tiempo decepcionan a aquellos que buscarán una serie de calidad ambientada en un mundo de fantasía. Sí, se ha apostado financieramente por ella, pero parece que esto no se ha traducido en una apuesta creativa. Si se rebajan las expectativas, estamos ante una serie destinada a hacernos pasar un rato entretenido ante el televisor. Pero su falta de épica y de elementos que la diferencien de otros productos de fantasía no dejarán poso en nosotros.
Un saludo y sed felices!
Nos leemos en Las cosas que nos hacen felices!
