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Las cosas que nos hacen felices opinan: Los mejores videojuegos de 2017

Podemos decir muchas cosas de 2017, pero en cuanto a videojuegos fue un buen año. Seguramente todos hemos visto artículos y vídeos sobre los mejores juegos, y mi sensación es la misma: hay mucho juego japonés, algo europeo, algo canadiense y poco estadounidense. Son sensaciones personales, por supuesto, pero tengo la impresión que la cantinela de que la industria de Japón estaba fosilizada queda en entredicho y no sólo por este año.

Tenemos de todo: juegos de rol, plataformas, mundos abiertos (que sigue siendo El Género de esta generación de videojuegos, junto a los shooters) e incluso aventuras gráficas. Hablaremos de los 13 videojuegos más destacables, los cuales comentaremos por orden alfabético. Mencionaremos sin tanto detalle otros buenos juegos con el objetivo de no convertir el artículo en algo demasiado pesado (más de lo que es: nos tiraríamos días hablando de estas cosas, pero tenemos una vida alternativa al blog).

1. Cuphead, de Studio MDHR (Canadá). Disponible en PC y Xbox One

Cuphead se ha hecho famoso por un periodista que al jugarlo no pudo pasar del tutorial. Hubo un debate sobre si los periodistas del sector deben ser más o menos habilidosos jugando, además de sacar el ya viejo debate de la dificultad en los videojuegos (¿son los videojuegos cada vez más fáciles para no asustar a nadie y que compren? ¿los juegos de antes sí que eran para tipos duros y no ahora que son para gente que llora mucho? ¿porqué estoy hablando solo?). Pero más allá de eso, Cuphead entra por los ojos. Toda la estética de dibujos animados de los años 30, la música sacada del mismo sitio, las animaciones de figuras infantiles que consiguen dar miedo: es todo artísticamente maravilloso, único. Pero no sólo es: Cuphead recupera el espíritu de Ghost´n´Goblins: dificultad a carretadas, mucha agilidad mental y de dedos…aunque con un control abrumadoramente mejor, claro. El juego es difícil pero no tramposo. Cuando mueres no te han hecho trampa ni es injusto. Además, nos ahorramos mucho entretenimiento absurdo: son peleas en plataformas de 2D (con algunas sorpresas en escenarios aéreos) contra jefes finales, generalmente. Así, a pelo, sin introducción. Con transformación tras transformación de los jefes finales, como si estuviéramos en un Dragon Quest. Cada uno de ellos, por cierto, con mecánicas totalmente diferente de la de los demás. Desafiante, sencillo de manejar, estéticamente precioso y adictivo a más no poder.

2. Divinity: Original Sin II, de Larian Studios (Bélgica). Disponible en PC.

Larian Studios nos sorprendió hace años con su Divine Divinity, un juego de rol que olía muy Baldur´s Gate pero que en la práctica tenía más que ver con los estupendos pero visualmente indies Avernum. Por razones que se me escapan al entendimiento, se atrevieron a hacer un juego de rol occidental pero por turnos. Esa locura ya infectó a la gente que en su día hizo cosas tan extrañamente maravillosas como los dos primeros Fallout o una de las mejores representaciones en ordenador del sistema de Dungeons & Dragons: El Templo del Mal Elemental. Es decir, en vez de recurrir a hacer otro sandbox como Fallout 3 o Elder Scrolls (que arrasaron en ventas) va por el camino contrario: turnos. Y sale bien. Sale tan bien que no sólo lo compran los que siempre hemos jugado a esas cosas, consigue vender muy bien y recibir aplausos. Y con razón. Un sistema de combate muy pulido, una interacción con el entorno de las habilidades o hechizos que nos hace ser imaginativos en los combates, ayudar a gatitos que quieren casarse…quizás flaqueó el argumento, pero qué demonios, era divertidísimo, fácil de jugar pero complicado de dominar del todo. ¿Qué es la segunda parte? Miguel nos ha hablado con gran gloria de ello. Mucha más variedad de razas, rutas diferentes, todavía más cuidado en la misión principal y secundarias. Al final no podemos decir que sea más de lo mismo: la cantidad de novedades introducidas dan un salto de calidad cualitativo respecto a la primera entrega. Por no decir lo artísticamente bello que es. Es un nuevo clásico de los videojuegos de rol occidentales sin ninguna duda.

3. Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia, de Intelligent Systems (Japón). Disponible en Nintendo 3DS.

Hemos hablado en general de los Fire Emblem en este sacrosanto blog. Un videojuego de rol táctico, por turnos, con estética deliciosamente anime. Un ajedrez con estadísticas y subidas de nivel. Algo tan marciano (y estupendo) pasó durante mucho bajo el radar del gran público hasta la llegada de Fire Emblem: Awakening para Nintendo DS, momento en que pasó de un juego marginal a uno ampliamente conocido. Yo diré que quizás lo mejor de la saga en Occidente esté en el que salió en GameCube (Path of Radiance). Quitando el que salió para Wii, Radiant Dawn, el resto de los que llegó a Occidente son entregas que no dependen unas de otras y puede uno meterse de nuevas sin problemas. Tras el fiasco que fue Fire Emblem Fates (sobre todo con el asuntillo de su edición especial), Intelligent Systems ha cogido uno de los Fire Emblem que no salió de Japón y lo ha rehecho en gran parte. Quitando, además, algunos de los elementos mil veces vistos en la saga, como el triángulo de armas (un piedra, papel y tijera entre los tipos de armas) o metiendo partes en las que llevamos a un personaje en tercera persona para explorar castillos o mazmorras. ¿El resultado? Le sienta maravillosamente bien. El combate sigue siendo desafiante, los personajes tienen momentos memorables y la trama es la prototípica lucha contra un Mal arcano que despierta, con las clásicas historias de amistad, amor, camaradería, etcétera. Lo que innova lo hace bien, cambiando a mejor la dinámica de juego, manteniendo lo que siempre nos gustó de los Fire Emblem. Es, vamos a decirlo, una de sus mejores entregas y una entrada magnífica para jugar por primera vez a uno de la saga. Y sí, otra vez con una banda sonora, apartado artístico y diseño de personajes espectacular.

4. Horizon: Zero Dawn, de Guerrilla Games (Holanda). Disponible en Playstation 4.

Ya hablamos más extensamente del juego en este post. Dentro del casi omnipresente género del mundo abierto o sandbox puede que Horizon: Zero Dawn sea de lo mejor del año. En realidad junta elementos de los Assassins Creed, de Monster Hunter mezclándolo con una trama que tiene claros toques de Asimov y su Fundación. Todo en una ambientación muy particular, con unos dinosaurios-animales robóticos y una protagonista que usará casi todo el rato el arco con muchos tipos de flechas, como si fuéramos Ojo de Halcón o Flecha Verde. Una protagonista, por cierto, excelentemente pensada, nada estereotipada y alejada de casi todos los tópicos de los videojuegos (entre ellos, la necesidad de que haya relaciones amorosas o el tener armaduras a cada cual más sexy). Siendo un sandbox los coleccionables tienen sentido y es de las pocas veces que se siente natural estar buscándolos y persiguiéndolos: la integración en la historia principal está muy bien llevada. El sigilo, el combate, lo espectacular que es en una pantalla enorme, lo pulido que va técnicamente: todo hace que sea un escandalo visual y jugable. Es seguramente una de las más altas cotas a las que ha llegado el género, ya que sin inventar realmente nada ha conseguido que todos los aspectos del videojuego estén en sus niveles más altos.

5. NieR: Automata, de PlatinumGames (Japón). Disponible en PC y Playstation 4.

El primer NieR fue un videojuego de rol rarísimo, ultraminoritario, marciano y demás adjetivos para acabar en lo mismo. Es de esas cosas que no sabes cómo alguien puso su dinero y pensó que iba a recuperar algo intentando venderlo. Y no porque fuera un mal juego, sino por lo alejadísimo de casi cualquier convención respecto a los videojuegos de rol ya no japoneses sino occidentales. Un comienzo realmente raro, una trama fascinantemente extraña, unos posibles finales que harían delirar al mismísimo Hideo Kojima: lo jugamos dos y el del tambor, y aún así ya fue mucho. Que la segunda parte tuviera éxito de crítica era creíble pero que realmente vendiera tanto es una auténtica sorpresa. Es, como Matrix, difícil decir qué es NieR. Es un juego de rol y de acción, sí, pero de repente es un juego de disparos con naves, de repente se vuelve un plataformas, de repente te mueve la mesa y te quita el mantel y de repente estás nadando en espaguetis. La cámara aquí es una herramienta más de la jugabilidad de un modo casi nunca visto. Es el juego para todos los que creen que lo han jugado a todo y que las sorpresas solo pueden venir por locuras. Y NieR: Autómata lo es, pero con un diseño de juego extrañamente gratificante, con un trasfondo sorprendentemente existencialista y una sensación de estar constantemente ante una joya en el desierto. No es un juego para todo el mundo ni pretende serlo, pero en lo que es roza la genialidad. Es, vamos a decirlo, el típico juego del que se hablará dentro de 10 o 15 años como ese que no jugó tanta gente pero que todo el mundo hablará de él.

6. Night in the Woods, de Infinite Fall (Canadá). Disponible en PC, macOS, Linux, Playstation 4, Android e iOS.

Lo mejor que podemos hacer para entender el porqué es algo a jugar por cualquiera es leer a Marta en este blog:

Vamos conociendo a personajes muy distintos, todos memorables con sus virtudes y sus defectos que hacen de estos animales antropomorfizados personajes realmente humanos. A lo largo del juego nos encariñamos con cada uno de ellos, en mi caso, particularmente con Mae, cuya mala actitud y sarcasmo la convierten en alguien extraordinario a ratos y en alguien que se autosabotea al momento siguiente, haciendo que queramos atravesar la pantalla para zarandearla, tranquilizarla y pedirle que se centre.

Toda la devastación emocional a la que te somete el juego va acompañada por una música realmente nostálgica y un apartado visual en 2D exquisito. Es alucinante como Night in the Woods compagina escenas realmente conmovedoras, pero no por eso sentimentalistas, con el humor absurdo del grupo de amigos protagonista que no para de hacer comentarios llenos de sarcasmo y cinismo. Hay que remarcar esta forma de expresarse de los protagonistas, que tanto me recuerda a mis propios amigos, bromeando continuamente y dejando caer frases realmente tristes en clave de humor. Quizás es un retrato del modo en que nuestra generación ha convertido el humor en una forma para gestionar este vacío existencial y emocional del que nos habla el juego, de hacerlo más llevadero y quitarle importancia asumiendo que es lo que tenemos, y que hay que intentar sobrevivirlo de algún modo, ya sea riéndose de uno mismo o de las cosas malas que te pasan.

7. Persona 5, de Atlus (Japón). Disponible en Playstation 3 y Playstation 4.

Muchos no han jugado a un videojuego de rol japonés en su vida. Otros añoran la época del Final Fantasy VII, VIII y IX, rajando de las posteriores entregas de la saga. No es verdad que no haya enormes videojuegos de rol japonés desde entonces, pero la sensación en demasiada gente es ésta. A toda esta gente le tengo que decir algo: Persona 5. Desde este blog también lo analizamos extensamente en su momento, pero lo resumiremos así: lo que The Witcher 3 representa para el rol occidental (el pico más alto al que ha llegado ningún juego del género) lo representa Persona 5 para el rol japonés. Yo al primero que he jugado de la saga es a éste, y puedo decir que al acabar terminé con la misma sensación de maravilla que la que tuve al acabar Final Fantasy VII o Illusion of Time. O más. No es sólo que el combate sea ágil, variado y nada monótono a pesar de ser por turnos, es que todo lo que haces en el juego influye en todos los demás aspectos del juego. Lo que haces en tu vida de estudiante durante el día influye en el mazmorreo de las noches, y al revés. Es tan divertida e inmensamente variada una vida como la otra. La banda sonora del juego tiene que estar entre las mejores que ha tenido un juego en este siglo, así de sencillo. Sus mazmorras son totalmente diferentes no sólo en estética, también en forma de avanzar en puzles, resolviendo una de las principales taras de Persona 4. El apartado artístico espectacular no es sólo una cuestión del juego: los propios menús son una gozada visual, hasta las transicciones entre estos se han cuidado y mimado como nunca. Todo es cómodo de jugar, el interfaz está pensado a la mil maravillas y es vergonzosamente intuitivo. Hay personajes, situaciones y jefes finales que recordarás siempre y nada se ha dejado suelto. Por no hablar del valentísimo mensaje que está transmitiendo al jugador, al hablar de la impotencia de la juventud en el mundo fosilizado a propósito de los adultos. Lo único que se nos ocurre como negativo es que terminarlo puede llevar cerca de 100 horas. No lo decimos porque se haga largo o estire el chicle (el ritmo es estupendo y el final tan épico como satisfactorio), sino porque, aunque parezca mentira, hay vida más allá de los videojuegos.

8. PlayerUnknowns Battlegrounds, de Bluehole. Disponible en PC y Xbox One.

En otro de los grandes artículos de Alberto podíamos entender lo obvio: todo el mundo quiere copiar a PlayerUnknowns Battlegrounds. Es el shooter del momento, el que arrasa, el que lo hace con muchos menos recursos que los demás competidores del género predominante en los videojuegos occidentales. Un todos contra todos con una jugabilidad sencilla, directa, frenética y tendente a poner en dificultades a los que miran y esperan que los demás pasen por su punto de mira. Miguel ya lo diseccionó aquí muy bien. Y poco más vamos a añadir. El juego que más vende del género que más vende, el centro de todas las discusiones y todo con una forma de jugar vergonzosamente simple (hasta el punto que tengo conocidos que juegan al absurdamente realista Arma 3 que lo consideran una especie de herejía o entrega de las masas a lo facilongo).

9. Resident Evil 7, de Capcom (Japón). Disponible en PC, Playstation 4 y Xbox One.

Hemos hablado por aquí de la trayectoria de los Resident Evil (1 y 2). Los debates con Resident Evil son difíciles. Yo soy de los que se jugó la primera parte que nos llegó a España. Sí, esa en la que estaba en inglés audios y textos, sin internet ni niño muerto que te ayudara si te atascabas. Así de viril era yo. Y aún pasándome aquello cuatro veces y la segunda parte otras cuatro creo que es bueno, como todo evolucionar. En ese sentido la cuarta parte fue un acierto y gran juego, pero las dos siguientes fueron un poco bastante un horror reptante. Ya no era tanto que hubiera mucha acción, sobradas y ningún susto: es que como videojuegos eran poca cosa. Malos controles, cámara que te traiciona, sistemas de coberturas ridículo, dinámica de juego absurda y mucho más. La supuesta traición a los principios (de la que habría que hablar mucho sobre si es real o no) era lo de menos. Pero las ventas acompañaban, a pesar del aluvión de críticas de muchos aficionados. Parecía imposible que la siguiente entrega fuera, otra vez, una nueva película de Mila Jovovich jugable. Pero lo fue. Tras leer y leer sigo sin entender cómo pasó (¡si les llovía la pasta!) pero pasó. Desde Capcom cogieron cositas de Outlast y Amnesia sin descuidar lo que hacía especiales a los Resident Evil clásicos (es decir, las tres primeras entregas más el Zero y el Code Veronica). Aunque por primera vez en la saga lo jugábamos en primera persona, algo herético. Pero, al jugarlo, todo el aroma a Resident Evil clásico está ahí, con jugabilidad más moderna y actual, accesible a todo el mundo desde el principio al no cargar con historias previas (aunque hay detalles que nos recuerdan partes de la saga). Es increíble que Capcom diera marcha atrás a una saga que vendía muy bien a pesar de las críticas de muchos, lo hiciera cogiendo cosas que funcionaban en otros juegos, rompiera con elementos clásicos de la saga y a pesar de todo se sintiera como uno de los juegos clásicos. Es decir, un videojuego divertidísimo y estupendo en su género. Es todo un ejemplo de cómo actualizar algo y cambiar muchas cosas para transmitir sensaciones parecidas, haciéndolo muy bien en el proceso. Así sí, Capcom.

 

10. Super Mario Odyssey, de Nintendo (Japón). Disponible en Nintendo Switch.

Nintendo representa en el mundo del videojuego lo que Disney en el cine. Sí, no todo es igual, pero representan a nivel popular las mismas ideas: su principal obsesión es entretener, cuidan sus productos hasta niveles enfermizos, repiten esquemas hasta la saciedad y tienen una legión de gente obsesionada con su infantilización y puritanismo. Esto último es cierto, pero ninguna de las dos es el peor exponente de la infantilización ni del puritanismo en sus medios: al fin y al cabo sus públicos objetivos son los que son, sin ninguna pretensión de no ser otra cosa. Nintendo saca entregas de Mario haciendo de doctor, de futbolista, de conductor de coches, en juegos de pelea y, dejando de lado la estética que a muchos echa para atrás, lo hace casi siempre bien o muy bien. Los Mario Kart es una de esas cosas tontorronas, simples y absurdamente divertidas que todo el mundo debería haber jugado, por ejemplo.  ¿Y qué es Super Mario Odyssey? Otro juego de Mario en 3 dimensiones, más de lo mismo, más refinado, más disfraces y el añadido de que podemos poseer a otros personajes del juego, abriendo muchísimas posibilidades a la hora de jugar. Como siempre, tomando una base sólida forjada con los años meten novedades jugables para tener aún mejores juegos. En tiempos de debates sobre las cinemáticas o sobre si los videojuegos deben acercarse al cine Nintendo lo tiene clarísimo: ellos siguen haciendo videojuegos sin ningún complejo ni pedir perdón, centrándose en lo jugable. Y haciéndolo, casi siempre, muy bien. Otra vez.

11. The Legend of Zelda: Breath of the Wild, de Nintendo (Japón). Disponible en Nintendo Switch y Wii U.

Hablamos del que casi seguro que acaparará los premios de mejor videojuego del año. Suele pasar con la serie: cuando uno sale bueno opta siempre a todo. Desde al menos Ocarina of Time es así. Porque The Legend of Zelda: Ocarina of Time es, vamos a decirlo, un meme. Es como Casablanca o Ciudadano Kane en el cine: lo que muchísima gente dice que es el mejor de su medio. Puede que esté entre lo mejor, pero a mi siempre me ha costado decir que algo es el número 1 de algo. En fin, que hablamos en este caso de otra entrega más, pero, cuidado, de mundo abierto. Los The Legend of Zelda nos iban limitando los sitios por donde podíamos ir, y a ahora nos iban a soltar en un mundo abierto. Había muchísimos miedos, pero olvidamos a menudo qué es Nintendo. Y Nintendo, pasen los años que pasen, son conscientes que no hacen películas que hacen juegos. El resultado es lo que universalmente se ha considerado uno de los mejores juegos de la saga y del año. A pesar de, vamos a decirlo, que sus mazmorras o puzles no son tan buenos como las de otras entregas, pero que queda totalmente compensado por el perfecto equilibrio en los exteriores, en el combate, en el finísimo control y las diferentes rutas para llegar a un sitio. En esto último, elegir una ruta u otra hará que el juego sea más fácil o más desafiante. Nintendo se ha metido en un terreno relativamente desconocido para ellos y una vez puestos han creado una auténtica barbaridad de juego de los de soñar con él, de recordar su estética perfectamente cuidada o el gustazo de llevar a Link.

12. Thimbleweed Park, de Terrible Toybox (EEUU). Disponible en Playstation 4, Nintendo Switch, iOS y Android.

El retorno de los señores de las aventuras gráficas viejunas (Ron Gilbert y Gary Winnick), pero siendo conscientes de que son viejunos hablando de cosas viejunas. Es decir, un ejercicio de honestidad bien entendida más que de nostalgia sacacuartos. Obligado para todo fan del género. Marta, otra vez, lo contó muy bien en este blog:

¿Qué pesados estos señores, no? Parecen dos viejos sentados en la terraza de un bar comentando que antes se vivía mejor. Hacen exactamente lo mismo que hacían hace veinte años. Pues no, hacen eso y más. Es cierto que no he parado de elogiar el hecho de que Thimbleweed Park sea un juego más old school pero no se limita a reproducir los elementos que funcionaban en una época pasada sino que los actualiza. Jugué a esta aventura gráfica con mi madre (recomiendo encarecidamente la experiencia aunque vuestras madres no sean tan modernas como la mía, lo disfrutarán igual) sentadas en el sofá, pasándonos el mando a ratos y a ambas nos encantó. Y, en cierto modo, el juego es eso, dos épocas que no chocan, sino que conviven. Es el final de los ochenta (época en la que se desarrolla la trama) visto desde 2017, es autoconsciente; no es un viejo en monopatín, es un señor mayor sentado en su jardín recordando como era ir en monopatín (…). Pero, ¿qué es Thimbleweed Park? Es un pueblo donde aparece un cadáver anónimo y al que acudirán dos agentes, a los que en realidad les da igual el caso, a investigar. Hasta aquí mi sinopsis y en realidad no os he revelado nada del juego porque si bien esta es su premisa inicial, acaba siendo mucho más. No quiero concretar ese “mucho más” porque simplificar el juego de esta forma es imposible.

13. Yakuza 0, de Sega (Japón). Disponible en Playstation 3 y Playstation 4.

La saga Yakuza es otra de las razones por las que Sega ha sido y es grande. En realidad, la mayor parte de la comunidad de jugadores la tienen por un GTA japonés, pero están profundamente equivocados. Yakuza puede, si uno ve un par de vídeos por encima, creer eso: un GTA ambientado en Japón. Pero es otra cosa. Los Yakuza combinan una puesta en escena seria, trascendente, con machos mafiosos supermachos quitándose la chaqueta para mostrar sus tatuajes y darse de golpes con misiones y partes totalmente surrealistas, como misiones en las que debemos ayudar a Michael Jackson, otras partes en las que debemos bailar como una locaza en la discoteca o, en general, lo que suele conocerse como “japonesadas”. ¿De qué más hablamos? Del tipo de cosas que uno se espera de leer o ver cosas como Bobobo o al bueno de Korosensei. Bueno, quizás no tanto (NADA es como Bobobo), pero vamos por ahí. Eso, ojo, con una estética y cuidado absolutamente serios, adultos y realistas. Quizás los Yakuza no tienen el mapeado gigantesco de GTA: San Andreas. El mapa suele ser más pequeño, más íntimo para que te conozcas todos los sitios, pero con dos millones de cosas que hacer que, esta vez sí, sorprenden. Todas sorprenden. No encuentras normalmente cosas típicas ni tópicas ni la enésima misión a lo GTA mil veces hecha. Se te pasa el tiempo en todos los minijuegos, en las misiones absurdas, pegando a gente de modo ridículamente escandaloso. Y Yakuza 0 es, vamos a decirlo, la introducción perfecta para todo el que quiera empezar en la serie: tiene todo lo que comentamos empezando desde el inicio de toda la saga, sin partes previas que nos intimiden. En este caso conoceremos con un grado de similitud asombroso el Japón de finales de los 80, el del final del ciclo de crecimiento económico, con sus excesos, sus sobradas, su optimismo y su competición de ver quién es más hortera. Es un imprescindible no sólo por lo jugable, también por el más que evidente retrato sociológico de una época y un país.

Y a continuación otros juegos que queremos mencionar más brevemente:

  • Prey. Desde que aparecieron Dishonored y su segunda parte el veredicto estaba claro: sus creadores, los franceses de Arkane, habían hecho una maravilla de diseño de niveles. Su formula sumando los dejes de Bioshock convirtieron a la compañía en algo a seguir. ¿Es Prey continuista? En principio era esperable ver esos maravillosos niveles de nuevo, pero sin ser horribles quizás no llegaron a tanto, así como caer en una cierta monotonía en escenarios o dejadez en cuanto a enemigos. Aún con estos defectos, la lógica de su formula y su buen hacer en lo demás hacen merecedor a Prey de estar en los juegos buenos que vale la pena echar un vistazo cuando lo veáis a precio reducido.
  • Nioh. Al fina la locura masoquista que empezó hace años con Dark Souls, como ya comentamos por aquí, se ha extendido y puede decirse que es un clásico de los videojuegos. Esto se plasma sobre todo cuando te aparecen imitadores, como es el caso de Nioh. En este caso, es la formula de Dark Souls pero con samuráis, katanas y ambientación del medievo japonés. Aún con sus peculiaridades y mejoras (el control y el combate es posible que sean mejor que los de Dark Souls) o sus diferencias estéticas es en esencia más de lo mismo, que ya era buenísimo.
  • The Evil Within 2. Desde este sacrosanto blog ya hablamos en detalle de la primera parte y aplaudimos el intento del mítico Shinji Mikami, creador del no menos mítico Resident Evil, de llevarnos a sentir un subidón estupefaciente con sólo jugar a su primer juego. En esta segunda parte ha decidido no meternos en una trama explotacerebros y centrarse en refinar más la jugabilidad, aunque el control del protagonista sigue siendo digno de nuestras andanzas a las seis de la mañana por Tribunal tras beber mucha sidra. Con todo, escapar de todas las locuras de la segunda parte siempre con dos o tres balas sigue siendo divertidísimo.
  • Xenoblade Chronicles 2. Es complicado hablar de la primera parte de este juego. Es posiblemente uno de los mejores juegos de rol japoneses de siempre, muy dado de lado por haber sido casi de tapadillo en Wii y teniendo algo de eco ya con Wii U. Un mundo casi infinito, hacerte tu propio robot gigante, un combate ágil y estratégico…si le podemos criticar algo es lo gigantesco de todo y poco más. La segunda parte, como va siendo costumbre en los juegos que comentamos por este apartado, es fantástico también, nadie se equivocará comprándolo, pero otra vez es posible que se arriesgara poco en esta segunda parte. Quizás sigue habiendo demasiadas misiones de relleno y quizás el inventario nos sigue gustando menos de lo que debería.
  • Injustice 2. Otro juego de peleas en dos dimensiones de la gente de NetherRealm, responsables de los últimos y muy exitosos Mortal Kombat y el primer Injustice. Tenemos otro juego de superhéroes y supervillanos de DC, ahora con más personalización de los personajes e igualmente divertido. Quizás las muchas novedades anunciadas no fueron tanto como parecían, pero aún así un juego muy recomendable, más aún si eres fan de los personajes de DC.

Sed felices.

Raúl Sánchez
Raúl Sánchez
Arriba es abajo, y negro es blanco. Respiro regularmente. Mi supervivencia de momento parece relativamente segura, por lo que un sentimiento de considerable satisfacción invade mi cuerpo con sobrepeso. Espero que tal regularidad respiratoria se mantenga cuando duerma esta noche. Si esto no pasa tienen vds. mi permiso para vender mis órganos a carnicerías de Ulan Bator.
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