La trilogía precuela de Star Wars también tuvo momentos buenos y memorables. Sí, no son como las primeras pero podemos encontrar escenas épicas a la altura de las clásicas o, por lo menos, cercanas. Es verdad que no envejecen tan bien como las primeras, que se nota demasiado lo digital, que trama, conflictos y personajes son mejorables… pero sigue siendo la Guerra de las Galaxias.
Así pues vamos a destacar los mejores momentos de los episodios I, II y III aprovechando que la fiebre Star Wars ha revivido si es que alguna vez ha muerto. Recordemos que esto es opinión y si tenéis en mente otras secuencias podéis aportarlas en los comentarios. Comenzamos. Y recuerda que si te gusta el vídeo suscríbete al canal.
Star Wars: Episodio I – La amenaza Fantasma (1999).
La resurrección de la mítica saga, la vuelta del clásico, el crear otra generación de frikis y, tristemente, la decepción de no estar a la altura de las originales. No obstante, como decimos, podemos encontrar momentos que gustaron especialmente (entre los que no está, desgraciadamente, la muerte lenta, agonizante y dolorosa del innecesario, absurdo y estúpido Jar Jar Binks).
1. Carrera de Vainas
“Sea de la galaxia que seas… ¡Eso duele!” sentenciaba uno de los comentaristas de la carrera más trepidante y peligrosa de Tatooine al ver cómo una vaina se estrellaba contra una pared. Y es que en este momento nos damos cuenta que el jovencísimo y habilidoso Anakin Skywalker es un genio en potencia (o un malo intergaláctico en potencia). Qui-Gon Jinn, que ya había percibido que el chaval era un crack, decide ficharlo antes de que acabe en Google o algún sitio para cerebritos. Pero mejor olvidarnos que se da cuenta de eso por aquello de los midiclorianos por célula (algo así como policitemia –lo contrario de anemia- que te permite ver si estás “infectado” con eso de la fuerza). En cualquier caso esa competición fue muy emocionante, tanto es así que hasta había un videojuego de podracers.
2. Qui-Gon Jinn y Obi-Wan contra Darth Maul
El malo de esta peli molaba mucho. No sólo por la cara de chungo, que también, sino por una espada láser doble que no habíamos visto hasta la fecha. Se ve que para reiniciar una trilogía hay que poner un sable nuevo (como hagan una nueva saga dentro de años pueden tirar de todas las parodias que hay internet del nuevo sable). El caso es que, de camino al final de la película, nos encontramos con uno de los mejores duelos de la saga que, como suelen hacer, se alterna con una batalla importante que ocurre en otro lado. Grande ese Obi-Wan vengando a su maestro.
Star wars: Episodio II – El Ataque de los Clones (2002)
La saga seguía sin mejorar del todo pero en esta película también podíamos encontrar momentos interesantes. Quizás el problema fue que no empezaba a pasar nada ni terminaba de pasar nada, pero nos ayuda a comprender un poco el trasfondo de la saga.
3. Paseando por Sevilla
Diréis: “¿Pues vaya momento más chorra no?” Es posible, pero Sevilla es una de las ciudades más famosas del mundo y, para los que somos españoles, ver la mítica plaza de España con naves espaciales de fondo, con Amidala, Anakin y R2D2 paseando por ahí, es muy gracioso. Hay escenas añadidas que fueron recortadas de la cinta original y ahí podemos ver cómo pasean por una florida ciudad para luego comer con la familia real en una casa de aspecto muy castizo y andaluz.
4. Boba Fett y los Stormtroopers
Hay que reconocer que cuando Obi-Wan Kenobi se va a un planeta llamado Kamino y descubre la que se está liando ahí resulta bastante interesante. Descubrimos al fin de dónde sale el ejército imperial lleno de soldados de asalto iguales y, además, que son clones del mismísmo Boba Fett, o más bien de su padre. Porque Boba Fett es un clon no adulterado de Jango Fett. ¿Cambia esto en algo la historia? No. Pero en realidad mola saber los orígenes del cazarecompensas más peligroso de la galaxia.
5. Anakin, su madre, y los tíos de Luke
En un momento rápido, de un vistazo, descubrimos de dónde salen Owen Lars y Beru Lars, los futuros tutores de Luke . ¿Por qué? Porque un tipo viudo llamado Cliegg Lars –padre de Owen- se enamoró de la esclava Shmi Skywalker, la madre de Anakin. La compró, la liberó, se casó con ella y la llevó a vivir junto con su hijo y su novia. Años más tarde Shmi es secuestrada, muere y Anakin se venga y se vuelve un poco más malo. El caso es que ahí vemos a su hermanastro por primera vez, el que será el tío Owen y la que será la tía Beru (que ya sabemos como acaban pues la criminalidad en esa zona de Tatooine es excesivamente alta).
6. Batalla en el coliseo Coliseo Petranaki
Anakin, Amidala, Obi-Wan, Dooku, Jango y Boba Fett… todos metidos en un coliseo donde transcurre una caótica batalla. Ahí podemos ver al maestro Mace Windu en todo su esplendor con su sable morado, se luce especialmente decapitando a Jango Fett creando así un trauma infantil en Boba Fett, el hijo del mercenario. (¿Sabéis que se introdujo este color de espada por petición expresa de Samuel L. Jackson para interpretar este personaje?).
7. El duelo contra el conde Dooku y el comienzo de la tradición de ser manco en la familia Skywalker
Ver a Saruman, digo Christopher Lee, como villano en una saga mítica no tiene precio. Descubrir que fue maestro del bueno de Qui-Gon Jinn, que fue él quien encargó el ejército clon haciéndose pasar por su amigo asesinado Sifo-Dyas y que fue él quien comenzó el mutilamiento de Anakin, resultó interesante a la par que satisfactorio por aquello de haber creado un buen personaje. En la siguiente película, siguiendo la tradición de seccionar partes del cuerpo, un vengativo Anakin le devuelve el favor cortándole a Dooku las dos manos y la cabeza. Cosas de buscar revancha en su versión más extrema.
Star Wars: Episodio III – La venganza de los Sith (2005)
Esta tercera parte convenció más. Hubo grandes duelos en los que varios personajes de esta trilogia pasaron a mejor vida -o a unirse con la fuerza-, vimos a Yoda luchando como si fuese una albondiguilla verde que no para de moverse de un lado a otro (y lanzar sillones del Senado a Darth Sidous) y, sobre todo, un Anakin corrompido.
8. El asalto a la Sede Jedi
No es que nos guste el infanticidio pero gracias a esta escena pudimos comprender lo malvado que se había vuelto Anakin. Y decimos malvado por no hacer una mención injusta y peyorativa a su madre, que ya bastante sufre en esta saga. El ya Darth Vader elimina a todo Jedi que se encuentra en su camino incluyendo los niños aprendices que, inocentemente, le piden ayuda. (Eso les pasa por listillos, en la anterior película dedujeron antes que Obi-Wan por qué éste no podía encontrar un planeta perdido. A nadie le gusta los pedantes). Poco después Anakin sigue con la charcutería y vemos un rostro oscuro poseído por el lado oscuro de la fuerza.
9. El duelo en Mustafar
Obi-Wan se enfrenta contra su pupilo y amigo en un doloroso duelo que acaba con un Anakin mutilado, en llamas, y gritando a su mentor “te odio” con voz desgarrada. Es sin duda un momento sobrecogedor.
10. Darth Vader
Anakin sobrevive y su cuerpo es reconstruido con implantes que dependen de un traje único que le ayudará a sembrar miedo en toda la galaxia. Enfundado en esa nueva vestimenta sabrá que Amidala ha muerto y gritará uno de los más famosos “nooooo” de la historia del cine. (Incluso tenéis la web http://www.nooooooooooooooo.com/ para quien quiera escucharlo a voluntad).
Mención de honor:
E.T. en el Senado Intergaláctico. (A la izquierda de la foto).
Muchos nos preguntábamos a dónde fue ET después de su periplo por la tierra. Sabíamos que volvía con su gente pero en ningún momento mencionó que su pueblo tenía representación en el Senado Intergaláctico de otra película de moda en la época. Prestad atención a la foto porque con vecinos como los de la derecha no es de extrañar que busquen acogerse al Derecho Internacional o que algún valiente se marche a la tierra.
Se te olvidó comentar que cuando luchan Obi Wan y Anakin al final del Episodio III en Mustafar, Obi Wan le dice: ¡Tu eras el elegido, se suponía que destruirias a los Sith, no que te unirías a ellos. El que traeria el equilibrio a la fuerza, no ha hundirla en la oscuridad !