Confieso mi pecado: en su momento no leí el Batman de Norm Breyfogle. No se bien por qué. Creo que por la mala distribución que tenía entonces la extinta Editorial Zinco. Tampoco me asomé a la edición que sacó Planeta en su momento. Pero menos mal que ECC Ediciones va recuperando el material que se había publicado anteriormente y que, en muchos casos, estaba ya descatalogado. Este es el caso del trabajo de Norm Breyfogle en Batman, que en el mercado de segunda mano se cotizaba como una auténtica joya y que ahora se recupera en la línea Grandes Autores de Batman, con este primer tomo titulado Noctámbulos.
La expresividad de Breyfogle
Norm Breyfogle llegó a Batman en el número 579 de la serie Detective Comics, el primero de este tomo. Si bien esta primera historia autoconclusiva (con guión de Mike W. Barr) y las dos siguientes son de un dibujo más clasicista, ya se notan ciertos detalles que anuncian una posterior evolución en el dibujo, evolución que le llevará a alcanzar más expresividad y dinamismo en números posteriores. A Barr en los guiones le suceden Max Allan Collins, Jo Duffy y Robert Greenberger. Son historias que van desde lo instrascendente rozando la tontería (la historia protagonizada por El Pingüino está más cerca del Batman televisivo de Adam West que de Tim Burton, que por aquella época era la referencia) hasta el inevitable cruce con Millenium, la saga crossover del momento. Por suerte son sólo unos pocos números que se salvan gracias al trabajo de Breyfogle, que debía cumplir el expediente hasta la llegada de dos auténticos pesos pesados ingleses en el número 583 de Detective Cómics.
Británicos en USA
John Wagner, creador del Juez Dredd, y su compinche Alan Grant llegan a Batman procedentes de la revista británica 2000 AD. Si algo caracteriza a los autores británicos, ya sea de aquella ola o de las que les siguieron, es un inconformismo con las reglas establecidas, un querer romper con el mainstream para así tratar nuevos puntos de vista, nuevas aristas de los personajes más conocidos. Y eso precisamente es lo que hacen John Wagner y Alan Grant en Detective Cómics: rompen con el tono ofrecido hasta ahora en las historias de que le habían tocado dibujar a Norm Breyfogle y en las que le precedieron. Gotham City se vuelve más oscura si cabe, con sórdidos rincones donde las drogas, las prostitutas, los proxenetas y los narcotraficantes campan a sus anchas, con nuevos villanos que dan auténtico pavor por lo retorcidos y siniestros que se presentan. El primero en llegar es El ventrilocuo y su muñeco Scarface y el segundo será El ratonero, en dos números que ponen los pelos de punta. El uno es un ganster con doble personalidad que manifiesta su violencia y su depravación a través de un trozo de madera y el otro es un psicópata rencoroso con una venganza escalofriante contra aquellos que osaron encerrarle en la cárcel. No hay supervillanos coloristas con planes maquiavélicos ni grandes amenazas que asolen a la humanidad. Con todo esto, Batman se vuelve aquí más terrenal que nunca, más humano que nunca y todo sin necesidad de quitarse la máscara.
Ante estas historias, Norm Breyfogle se desata. En los primeros números del tomo, el dibujante resulta más clasicista, dándose un aire a Alan Davis. Ahora, cuanto más retorcida la trama, más expresionista se vuelve su dibujo. Las viñetas toman la forma que haga falta y Batman se vuelve prácticamente elástico, dinámico, en una Gotham City donde parece que nunca brilla el sol. Es un Batman que está muy lejos del Batman musculoso de Neal Adams o Jim Aparo y que antecede al Batman barroco de Kelley Jones. El tono adoptado por los guionistas, con historias eminentemente urbanas, alejadas de los mega-eventos editoriales, propicia que cualquiera que se acerque por primera vez al personaje acabe irremediablemente fascinado, como así pasaba en su época.
Grandes Autores de Batman: Norm Breyfogle. Noctámbulos es el inicio de una etapa mítica, una etapa que marcó a toda una generación de aficionados para los que el hombre murciélago se convirtió en su personaje favorito. La aureola de misterio de esta etapa la propicia también el propio autor. Norm Breyfogle es un dibujante del que no sabíamos nada antes de su trabajo en Batman y del que poca cosa sabemos tras su paso por el personaje, como si hubiera llegado sólo para marcarnos con su estilo para desaparecer una vez hecho su trabajo.
ECC Ediciones recupera unas historias que muchos aficionados nos perdimos y que ahora tenemos ocasión de disfrutarla por primera vez. Somos afortunados así que no os la perdáis. Un saludo y sed felices, a menos que, como dice mi compañero Ismael Manjón, podáis ser Batman, . Es mejor ser Batman.