Grant Morrison desembarca en la colección de Green Lantern y para ello DC no duda en renumerar la serie, presentando un nuevo número 1 en el que al guionista escocés le acompaña en los lápices Liam Sharp. Una superestrella en el teclado y un dibujante de talento para que Hal Jordan vuelva a ser un personaje importante.
Morrison vuelve a DC para hacerse cargo de una serie en la que el ambiente de ciencia ficción tiene gran peso. Y parece una buena idea. El guionista tiene una prodigiosa imaginación y en la franquicia esmeralda puede haber encontrado el lugar ideal para mostrar sus ideas. A estas alturas todos los aficionados saben que pueden encontrar en las historias del escritor: una gran creatividad, ideas a veces bizarras y un peculiar estilo de narración. Así pues el escocés es amado y odiado a partes iguales. Sus trabajos oscilan entre una vertiente comercial (X-men, Batman, Superman o la Liga de la Justicia) y otra más personal, psicodélica e incalificable (El Asco o Los Invisibles).
¿Y qué Morrison vamos a ver en Green Lantern? Nos había prometido alejarse un poco del tono más cósmico de la colección para centrarse en el elemento policíaco. Es algo que podemos ver desde el principio de su trabajo en la serie. No hay que olvidar que los Green Lantern Corps son un cuerpo de policías espaciales, así que este cambio de registro es fresco y a la vez acertado.
El comic comienza mostrándonos a unos Green Lanterns que se enfrentan a unos ladrones espaciales en un mundo extraterrestre. Aquí ya podemos ver las primeras pinceladas del toque personal de Morrison, uno de los Lanterns es nada más y nada menos que un virus inteligente… ¡toma ya! Esos ladrones son transportados en una nave para llevarlos a prisión, pero un accidente hace que se estrellen en la tierra, el hogar del protagonista.
Vemos un poco de la vida Hal Jordan en nuestro planeta. Está aburrido y apático, echa de menos sus aventuras espaciales pero los Guardianes no parecen tenerle en mucho aprecio así que está varado aquí. Pero no duda en echar una mano para derrotar a los alienígenas escapados.
Esto hace que los Guardianes le llamen a su cuartel en OA para encargarle una nueva misión. Esos ladrones formaban parte de un grupo que trasladaba un cargamento mortal y la investigación al respecto ya ha costado la vida a un Lantern. Además, saben que hay un traidor en el cuerpo y quieren que Jordan se encargue del tema. El comic acaba mostrando al jefe de los ladrones. Se ha hecho con el cargamento y vemos que su objetivo no es otro que conseguir su propio Lantern Antimateria.
Morrison cumple con lo prometido. Estamos ante una serie policiaca, con un gran caso y un enorme misterio (el traidor) pero sin olvidar la ambientación de ciencia ficción que tiene que tener una serie como esta. Se nos presentan muchas razas y localizaciones extraterrestres, salidas de la fértil imaginación del guionista que en este sentido se encuentra en su salsa. Pero poco más se puede añadir, ya que este es ante todo un número de presentación.
El problema está en el trabajo de Liam Sharp. No cabe duda de que es un dibujante con mucho talento, pero tal vez no sea la mejor elección para esta colección. Ya hemos comentado que la creatividad de Morrison le viene como un guante a una serie de ciencia ficción, en la que poder presentar los más locos conceptos a través de culturas alienígenas.
Pero Liam Sharp es un artista que siempre ha destacado por sus figuras distorsionadas y desproporcionadas, logrando un ambiente oscuro y desasosegante que viene como anillo al dedo para historias con un toque de terror o fantástico (como su reciente The Brave and The Bold). Se me ocurre que sería un dibujante perfecto para una serie de la Cosa del Pantano por ejemplo. El problema en este caso es que no sabe dibujar tecnología, sus diseños de la nave espacial en la que transportan a los ladrones es realmente pobre, y sus interiores más.
En cuanto al diseño de los alienígenas… pues es una cuestión de gustos. A mi particularmente no me gustan. Me parecen demasiado simplones y más que extraterrestres parecen monstruos. Repito, es una cuestión de gustos. De lo que no cabe duda es que sigue haciendo figuras desproporcionadas, para muestra, el Hal Jordan de la portada. Sólo le salva el diseño de páginas, mostrando algunas composiciones espectaculares aunque en ocasiones son algo confusas.
Estamos ante un comic de presentación en el que Morrison deja muestras de su loca inventiva pero conteniéndose lo suficiente para hacer accesible su lectura y presentando situaciones curiosas y un misterio que invita a saber más. Una pena que el dibujo de Liam Sharp no sume en absoluto y pueda sacar de la historia.
¡Muy buen post Juanjo! Me gusta mucho Liam Sharp en todo lo que hace. Si bien estoy de acuerdo contigo en que lo que se le da mejor son los ambientes sobrenaturales.
Espero, con impaciencia, la publicación de esta colección en España.
Un abrazo compañero.
Gracias por el cumplido y por comentar Adrián. A ver como sigue la serie…