Empieza una nueva etapa en la colección de Thor, una etapa que su guionista Jason Aaron, ha anunciado como el final de su epopeya al frente de los comics del Dios del Trueno.
Después de lo acontecido en La muerte de Thor, Odinson retoma el protagonismo (ese que muchos lectores no han querido que abandonara jamás) y vuelve a ser el eje central de la serie. Ya no habrá Thor femenina, Jane Foster se salvó de milagro y ahora ocupará un lugar como secundaria mientras lucha contra su cáncer.
En este primer número Aaron coloca las piezas sobre el tablero y nos muestra que ha sido de los personajes desde que acabó la etapa anterior. Vemos a Odín, Freyja, Volstagg, la citada Jane Foster… Unas pocas pinceladas sirven al guionista para presentar las consecuencias que para ellos ha tenido la dura batalla contra el Mangog y la destrucción de Asgardia y Mjolnir.
Pero como ya hemos comentado el protagonista de la función es un Odinson embarcado en un camino que lleve a encontrar su dignidad perdida como mejor pueda, sin Mjolnir y con menos poder del que poseía antaño. En las primeras páginas le vemos enfrentarse a Juggernaut y pasar las de Caín para vencerle. Todo ello en el marco de la inminente Guerra de los Reinos y sin poder salir de la Tierra ya que la destrucción del Bifrost ha dejado a los dioses atascados en nuestro reino.
A pesar de no poder contar con Mjolnir, el Poderoso Thor se las ingenia para hacerse con un arsenal de martillos mágicos con los que poder hacer frente a sus enemigos, pero digamos que esas nuevas armas están muy lejos de lo que podía ofrecer el original.
Como guinda al pastel tenemos la siempre interesante aparición de Loki, un personaje que Aaron ha sabido manejar muy bien, manteniéndolo siempre en el filo entre el bien o el mal. Y en ese papel que tan bien le viene es como reaparece para hacer la pascua a su hermano y llevarlo a los reinos en guerra, donde se encuentran con un inesperado aliado.
Pero eso no se todo amigos. Como añadido final vemos la continuación de las aventuras del Thor del futuro, en su papel de Padre de Todos, que ayudado por sus nietas había llevado de nuevo la vida a un devastado planeta Tierra cerca de la destrucción final del universo conocido. Y es cuando Thor investiga el final de todo cuando se encuentra con alguien que parece portar el manto del Fénix y que a los lectores mutantes les sonara bastante.
El trabajo de Aaron en la primera parte de este primer número está muy claro, presentar a los personajes y las situaciones en las que se encuentran, pero lo hace de manera muy ligera. El tono serio y dramático de La muerte de Thor queda totalmente aparcado y el humor hace acto de presencia en (a mi parecer) demasiadas ocasiones. Esto le resta algo de potencia a la historia que sin embargo tiene momentos muy buenos como la caracterización de Odín y Freyja (con solo unas pinceladas le basta y le sobra al guionista) o el cliffhanger final que sin duda nos deja con ganas de más.
En la historia del futuro Thor el escritor se muestra mucho más contenido mostrando un Dios del Trueno regio y algo sombrío con el contrapunto sus nietas, mucho más vivarachas, logrando un equilibrio más conseguido que en la primera parte, aunque ese personaje que aparece al final no me acabe de convencer demasiado, ya veremos cómo se desarrolla la historia.
En el apartado gráfico despedimos a Rusell Dauterman y damos la bienvenida a Mike del Mundo en la parte del relato que trascurre en la actualidad y a Christian Ward en la parte del futuro.
Sobre Del Mundo hay que señalar que es un dibujante con un estilo muy particular que no es del gusto de todos los lectores. Es el típico artista que cuando gusta, apasiona y cuando no gusta, puede llegar a ser odiado. Sus dibujos tienen un acabado pictórico y en cierta manera expresionista (ya que no tiene unos acabados bien definidos y usa recursos originales que no se suelen ver a menudo). En el mundo del comic más pijamero puede no llegar a todos los públicos aunque muchas veces resulten espectaculares.
Mi opinión particular es que aunque es un gran ilustrador, en ninguno de sus trabajos anteriores en Marvel (como en los Vengadores de Mark Waid) me ha acabado de convencer como dibujante de comics.
En cuanto a Ward decir que tiene un trazo más estándar pero que no llega al nivel ni de Dauterman como dibujante de comics ni de Del Mundo como ilustrador. Presenta un trabajo cumplidor sin más, que no aleja al lector pero que tampoco va a levantar pasiones.
