InicioSeriesAmerican Horror Story (Análisis)Análisis de American Horror Story: 1984. Capítulo 1

Análisis de American Horror Story: 1984. Capítulo 1

Bienvenidos amigos amantes del terror. La espera ha sido larga pero llego a su fin, tras un año de abstinencia, American Horror Story ha vuelto y lo ha hecho con cambios, aires nuevos que prometen mucho suspense y terror.

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El drama antológico creado y producido por Ryan Murphy y Brad Falchuk regresa para su novena temporada, y esta vez nos sitúa en la hermosa década del 80, más concretamente en 1984, año de los Juegos Olímpicos en Los Ángeles. La edad del aerobic como la actividad física más popular, los colores flúor resaltando y marcando la moda del momento, y el buen hard rock de bandas como Van Halen.

Camp Redwood (Campamento Redwood) es el título del primer episodio y nos lleva al año 1970. Allí se lleva a cabo una horrenda masacre, el asesino es Benjamin Richter (John Carroll Lynch), un ex combatiente de Vietnam. Este rompe la tranquilidad de diez jóvenes, acabando con nueve de ellos. Actualmente Benjamin Richter apodado “Mr. Jingles”  está preso en la cárcel de Los Ángeles, pero la ciudad no encuentra paz, una ola de crímenes llevada a cabo por el “Acosador Nocturno” tiene en vela a toda la población.

Dentro de todo este caos, Brooke Thompson (Emma Roberts) se acaba de mudar a la ciudad para continuar con sus estudios. Al asistir a una clase de aerobic conoce a Montana (Billie Lourd), Xavier (Cody Fern), Chet (Gus Kenworthy) y Ray Powell (DeRon Horton), quienes la acogen de la mejor manera y se convertirán en sus primeros amigos.  Xavier los invita a pasar el verano al Campamento Redwood ya que ha sido contratado como consejero. Todos aceptan excepto Brooke que declina la oferta al tener demasiado que estudiar ese verano.

Brooke cambia de opinión esa misma noche, dado que la armonía de su hogar se ve alterada por el ataque del Acosador Nocturno, quien trata de asesinarla y robar sus objetos de valor. La mujer consigue salvarse milagrosamente gracias a la única ayuda de una sartén. Este acontecimiento tan impactante y agustioso origina un cambio de 180 grados en ella y motiva que acepte viajar con sus nuevos amigos al campamento.

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El ritmo del episodio va aumentando por los sucesos extraños que tienen lugar durante el viaje.  Xavier atropella accidentalmente a un joven perdido y amnésico en la carretera así que deciden llevarlo con ellos en el vehículo para curar sus heridas. Por el camino se detienen en una gasolinera y es allí donde se pronuncia la frase clave y fatal que nunca falta en este género, pues su dueño les advierte que “van a morir y el campamento nunca debería haber vuelto a abrir”.

Al llegar a Redwood son  recibidos por su dueña Margaret Booth (Leslie Grossman), la única superviviente de la masacre del 70. Ella les explica las reglas, que obviamente los jóvenes no cumplen. Al verse solos en medio de la nada comienza el descontrol, el alcohol y las drogas y el sexo hace acto de presencia. Todo es diversión y fiesta hasta que el extraño hombre que fue atropellado, es asesinado y colgado en la puerta de la enfermería por Mr. Jingles (que acaba de escaparse de prisión), ante la incrédula y  atónita mirada de Brooke. Ella logra huir del asesino y consigue volver con sus compañeros para avisarles de lo sucedido, pero estos hacen caso omiso de sus advertencias.

El capitulo finaliza con la calma que precede a la tempestad, como si nunca hubiese sucedido nada perturbador: Todos durmiendo tranquilos en sus respectivos cuartos, el cuerpo del extraño hombre ya no se encuentra colgado en la puerta de la enfermería. Es entonces cuando Brooke escucha el timbre de un teléfono que nunca debería haber sonado (ya que ninguno funciona), tras despertar a su compañera Montana, descuelga y escucha el tintineo de las teclas mientras es observada por el Acosador Nocturno.

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Conclusión

Esta novena temporada sin lugar a dudas le rinde tributo al sublime cine slasher, con jóvenes descontrolados, un psicópata, mucho cuchillo y sangre. El primer episodio me hizo recordar automáticamente a Viernes 13, y el ya mítico personaje Jason Voorhees. Existe una analogía más que evidente entre Mr. Jingles y el histórico protagonista de aquellas películas.

Campamento Redwood, sirve de nexo para lo que vendrá, comienza de forma intensa con el asesinato en serie de 1970, para luego ser lento y adentrarnos poco a poco en la historia. Sabemos que vendrán más muertes (eso lo podemos asegurar) pero también nos dejaron una serie de preguntas sin contestar ¿qué implicación tendrá en la trama el Acosador Nocturno que mira desde las sobras a Brooke? Las fuerzas de seguridad están informadas que Mr. Jingles esta suelto, y según el recorte de periódico van nuevamente hacia el campamento ¿podrán detenerlo?. Todo esto lo sabremos en la próxima entrega.

Saludos.

Javier Vergara
Javier Vergara
Periodista deportivo. Futbolista frustrado. Amante del asado y el buen vino. Dentro de lo menos importante que tiene la vida, lo mas importante son las series, cine, libros y fútbol.
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