Bienvenidos a un nuevo análisis de Inhumanos. No hay nada como una muerte inesperada para animar la trama y eso es precisamente lo que hemos tenido en este antepenúltimo episodio. Os dejo con los enlaces a los análisis anteriores y entramos en materia.
Enlace a los análisis anteriores
Reunión familiar
Como vimos al final del episodio anterior, la familia real inhumana se ha reunido casi por completo. Tan sólo nos queda Crystal, que hace un uso inteligente de sus poderes para indicar a su hermana y a su cuñado cual es su posición, que ya se sabe que un rayo no cae dos veces en un mismo sitio. Pero antes de esta fraternal reunión, los protagonistas se han visto obligados a separar sus fuerzas. Mientras Medusa y Rayo Negro van a reunirse con Crystal, Gorgon y Karnak corren a enfrentarse a Auran y su ejército con el objetivo de liberar a Declan y a Sammy (el inhumanos hawaiano que ayudó a Rayo Negro a fugarse de la cárcel). El enfrentamiento en las instalaciones de Declan es lo mejor del episodio, sobre todo la parte en la que Karnak avanza tranquilamente hacia sus enemigos. Karnak, el hombre que no comete errores, es capaz de sembrar la duda y el miedo sin hacer absolutamente nada ya que, si no comete errores y ve las fallas de todo, ¿por qué si no iría a la batalla como el que da un paseo por el campo? Y sí, para mi es uno de los mejores personajes de Los Inhumanos.
A todo esto, en Attilan, a Maximus se le ha ido la cabeza. Ya está a punto de ganarse el sobrenombre por el que se le conoce en los cómics: Máximus, el loco. Su discurso se vuelve cada vez más incoherente, su paranoia se acentúa y ve enemigos por todos lados. En la escena inicial se revela que fue él quien mató a sus padres y no Rayo Negro, como se dio a entender en el primer episodio. Además vemos una escena en un flashback en el que Karnak y Gorgon intentan enseñarle a pelear. Como el pobre no atinaba nada, le recomiendan que sea astuto y artero, con lo que consiguen que le de un bastonazo a Gorgon por la espalda, con premeditación y alevosía. A partir de aquí tenemos el resultado que todos conocemos.
Una muerte en la familia
Entre reuniones familiares, los desvaríos de Máximus y la batalla entre inhumanos transcurre el episodio hasta llegar a su apoteósico final, que no es otro que la muerte de Gorgon, al que se le cae el edificio encima mientras acaba con Mordis. Supongo que la pregunta debería ser: ¿de verdad está muerto? Yo apuesto a que sí porque quedan pocos episodios y el prestigio de la serie ya está bastante por los suelos como para hacer el truco de la muerte que no es. Bueno, también es verdad que el prestigio ya estaba por los suelos al emitirse el primer tráiler, con lo que cabe la posibilidad de que lo mismo les de y acaben por resucitar a Gorgon gracias a los poderes de algún inhumano sanador. En todo caso, su muerte ha sido toda una sorpresa que no se veía venir y que pone a Rayo Negro en un dilema. Por un lado, Medusa le dice que se controle, que al fin y al cabo Maximus es su hermano; por otro, Rayo Negro se muere de ganas de decirle un par de cosas a Máximus. A estas alturas ya no se si le cabrea más la muerte de Gorgon o que su hermano le cortase el pelo a Medusa. Y es que yo también me pongo en su lugar e imagino a Serinda Swan desnuda, con su melena al viento o cubriéndole los… Bueno, mejor paro porque si no saltará Sofia Ricarte a ponerme de machista para arriba.
Mandíbulas, ese pedazo de perro
A falta de dos episodios, el inhumano protagonista de la semana es Mandíbulas, el perro teletransportador de Crystal. Las primeras críticas de la serie lo señalaban como lo mejor, llamándole “adorable”. Bueno, puede que sea adorable pero no dan ganas de tenerlo en casa. Imaginaos salir a pasear con él para que haga sus necesidades y teniendo que recogerlas. ¿Qué te llevas? ¿Una pala? ¿Una bolsa tamaño XXXL? Por no hablar del pestazo. Y si se hace sus necesidades en casa ya mejor vendemos la vivienda y compramos otra con un solar tamaño campo de golf.
En los cómics si que recuerdo dos números en verdad memorables. El primero por obra y gracia de John Byrne, a quien en la serie de The Thing #3 no se le ocurrió otra idea que plantear que era un inhumano al que la terrigénesis le dio la forma de un perro. Al llegar al final del número y ver como hablaba se te quedaba cara de John, ¿pero que me estás contando?. Por suerte (o por desgracia) a alguien se le ocurrió que Byrne se había pasado como tres pueblos y dijo que aquello era una broma de Karnak y Gorgon y que habían hecho de ventrílocuos, con lo que no sabemos que fue peor, si el remedio o la enfermedad.
El segundo número, ya más en serio, tiene lugar en la miniserie de Paul Jenkins y Jae Lee, reseñada admirablemente por Adrian de La Fuente, en la que se le dedicaba un número a Mandíbulas, viendo el mundo desde su punto de vista. Una serie, la de Jenkins y Lee, de la que esta serie bebe más de lo que parece. El paso por la terrigenesis de los dos hermanos, Iridia y Bronaja, es casi calcado al que acontece en los cómics, donde un grupo de jóvenes se somete al proceso obteniendo sus dones.
Las comparaciones son odiosas
¿Cómo es posible que coincidan en el tiempo una serie como Inhumanos con una serie como The Gifted? ¿COmo se explica que sean un producto tan diferente sin en los créditos de ambas aparecen nombres como los de Joe Quesada o Jeph Loeb? Esa es la pregunta que me vino a la cabeza tras ver el primer episodio de la serie dedicada a los mutantes de la Fox. La única explicación es que en Inhumanos tenemos como showrunner a Scott Buck (Iron Fist)y en la de los mutantes tenemos la firma de Bryan Singer. Mientras que la primera es un producto 100% Marvel, con sus aciertos y errores, la segunda responde a las inquietudes del director de la franquicia mutante cinematográfica. Por fortuna, en el caso que nos ocupa, han tenido el acierto de rodar una temporada corta. The Gifted tiene un arranque prometedor. Esperemos que siga por el buen camino. Nosotros nos leeremos en el penúltimo análisis. Un saludo y sed felices.