Black Mirror se ha convertido en una anomalía seriéfila, pues no tiene una continuidad que de pie a un gran debate en redes sociales, pero gracias a lo potente de su discurso moral y social, se ha convertido por méritos propios en una de las series más queridas por los seriéfilos. Por ello, no es de extrañar que otras cadenas hayan intentado copiar su fórmula de episodios auto-conclusivos, pero el caso que nos ocupa ahora ya es el colmo de lo rocambolesco: Channel 4, la misma cadena que vio nacer a Black Mirror, ahora utiliza su misma fórmula con otra serie de ciencia ficción, llamada Electric Dreams, basando cada capítulo en un relato del conocidísimo escritor Philip K. Dick.
Al margen de que esta historia de modas e intentar aprovechar al máximo viejos éxitos ya daría para un episodio de Black Mirror, aprovecho que recientemente Amazon Prime España ha estrenado la primera temporada completa para hablar detalladamente de cada capítulo. No habrá ningún spoiler, así que si no la has visto, puedes leer sin miedo.
Real Life
Lo primero que llama la atención de este capítulo es lo extremadamente llamativo de su estética y lo llenísimo de detalles que están los escenarios. Habitaciones simétricas, decoraciones muy similares entre sí, patrones que se repiten… todo está medido para que el espectador se involucre con la paranoia de sus protagonistas, en este caso interpretados por unos notables Terrence Howard y Anna Paquin.
A primera vista puede parecer la típica historia de ciencia ficción con coches voladores, inventos raros, cyberpunk y demás elementos propios del género. Pero en realidad, la historia va mucho más allá, tocando temas tan complejos como el sentimiento de culpa, la autoestima o la percepción de la realidad. No me tiembla el pulso al afirmar que de todas las adaptaciones que se han hecho de Philip K. Dick (y se han hecho unas cuantas), ésta es la más fiel a su estilo: la ciencia ficción no es más que un vehículo para contar algo muy personal e intimista. Sin ninguna duda, uno de los mejores capítulos de la serie, si no el mejor.
Autofac
Con este episodio pasa algo curioso: mientras lo veía me estaba gustando mucho, pero una vez terminó y me puse a analizarlo en mi cabeza, dejó de gustarme tanto. ¿La razón? Muy simple: juega constantemente a sorprender al espectador. Siempre hay un misterio de fondo, cuando responde a una pregunta, plantea otra. El montaje no es rápido, pero si lleno de cortes que claramente buscan las cosquillas del espectador. Por ello, mientras lo miras, es efectivo, pero luego pierde puntos en tu cabeza. La estructura misteriosa funciona en algunos tramos, pero claramente no era necesaria con tanta intensidad.
Eso sí, al César lo que es del César, lo que plantea es potentísimo a nivel filosófico, y da para un debate largo y tendido sobre la decisión final de la protagonista (interpretada por Juno Temple). No es perfecto, pero recomiendo este capítulo a todo fan de la ciencia ficción.
Human Is
Llegamos por fin al capítulo donde aparece Bryan Cranston, el cual es también productor de la serie, y ante sorpresa de todos, el protagonismo total no recae sobre él, sino sobre su compañera de reparto: Essie Davis, a la cual la hemos podido ver, entre otras cosas, en la magnífica cinta de terror Babadook. Al igual que en la mentada película, la actriz está excelente: logra interiorizar sentimientos que nunca se verbalizan, pero el espectador logra percibirlos gracias a su actuación. Es una pena que su carrera haya despegado de una forma tan tardía, porque ha quedado muy claro que es una intérprete muy a tener en cuenta.
Por fortuna para nosotros, el resto del capítulo está a la altura: la narración es sutil e inteligente, a nivel estético tiene más de un plano que destaca muy para bien y con muy poco diálogo logra transmitir una gran cantidad de información al espectador. La dirección corre a cargo de Francesca Gregorini, una directora que desconocía, pero que a partir de ahora voy a tener muy en cuenta en sus futuros trabajos.
Por supuesto, aunque quede en un segundo plano, Bryan Cranston también destaca muy por encima del resto de actores, no solo de este capítulo, sino de toda la serie. Aunque se ha reservado un papel pequeño, es uno con el que puede lucirse a gusto, pues es con facilidad el mejor episodio de la serie.
Crazy Diamond
Un pequeño traspiés. O un gran traspiés, según como se mire. A nivel estético resulta sin ninguna duda el capítulo más estimulante de toda la serie, logrando mezclar con gran maestría escenarios preciosistas y reales con un surrealismo muy fiel a la obra de Philip K. Dick, pero a su misma vez, tiene un guión extremadamente enrevesado, con una estructura deliveradamente caótica que marea mucho más al espectador de lo necesario. Por un lado se podría decir que han sido muy fieles a la obra de Philip K. Dick (aunque en esta ocasión no se base en ningún relato en concreto), pues el escritor a veces abusaba de la ambigüedad, pero por otro lado, les ha salido el tiro por la culata, porque tanta ambigüedad juega en su contra. ¿Qué diablos significa el vinilo? ¿Cuáles son las motivaciones de los protagonistas? ¿Qué nos quieren contar al final?
Es una pena, porque las actuaciones de Sidse Babett Knudsen y Steve Buscemi y la dirección de Marc Munden son arrolladoras, pero falla en lo primordial: que la historia sea entendible. Y ojo, que me encanta el cine y las series que no dan respuestas, pero si está bien hecho.
The Hood Maker
Aunque en España sea el 5º capítulo, en su transmisión original en Reino Unido fue el primero, muy cercano al estreno de Blade Runner 2049, y la verdad, fue una jugada maestra: cogen a un actor conocido como Richard Madden (Robb Stark en Juego de tronos), nos ponen una ciudad cyberpunk decadente basada en un relato de Philip K. Dick y consiguen la atención de todos los que esperábamos como agua de mayo la película de Denis Villeneuve.
Para nuestra suerte, una vez pasada la euforia de su estreno y analizando con la cabeza fría, sigue siendo un buen capítulo. Como es común en la serie, reflexiona sobre diversos temas sociales que se pueden aplicar hoy en día sin ninguna dificultad a pesar de estar ambientada en el futuro, todo ello con un gran uso de la estética. Porque hay que decirlo: que buenas que son las escenas donde nos muestran los poderes de la mutante protagonista, donde representan la telepatía con una maestría visual realmente notable. No llega al nivel visto en la reciente Legion, pero se queda cerca.
Por desgracia, se queda a las puertas de ser un gran capítulo por algo muy sencillo: la historia daba para mucho más. Hay más de una trama que se queda algo coja, hay algún personaje que pedía a gritos más desarrollo y nos quedamos con ganas de ver más de esa ciudad. Dicho con otras palabras, la historia realmente daba para una película de gran presupuesto, no para un capítulo de un canal británico. Y ojo, que me sigue gustando mucho, pero me deja con ganas de más.