Bienvenidos al análisis del antepenúltimo episodio de Shogun. Toranaga tiene un plan, un plan tiene Toranaga. O eso es lo que esperamos porque no hemos llegado hasta aquí para ver como se abre el vientre y le cortan la cabeza. Os dejo con el enlace a los análisis anteriores y vamos al lío.
Regreso a Edo
Con la muerte de su hijo Nagakado, Toranaga debe regresar a su castillo en Edo para el funeral. La tradición obliga al consejo a respetar los habituales cuarenta y nueve días de luto. Todo un detalle si tenemos en cuenta que luego le espera el seppuku. Sin embargo igual no llega porque Toranaga parece enfermo. ¿Esta fingiendo el maestro del engaño?.
Es posible que Toranaga no mienta, o más bien eso es lo que queremos creer. Esperamos que esté tramando algo. Incluso esperamos que la reunión con el padre Alvito (Tommy Bastow) sea otro engaño. O eso es lo que afirma Hiromatsu al terminar la reunión, que Toranaga presentará batalla.
Una reunión en la que el sacerdote sugiere asociarse con Ochiba para eliminar a Ishido de la ecuación pero Toranaga sabe que Ochibo no podrá superar el odio que siente por él y lo descarta.
Mientras tanto, Blackthorne finalmente es liberado de sus obligaciones hacia Toranaga. Blackthorne intenta reunirse nuevamente con su tripulación pero rápidamente se da cuenta de que son un grupo de bárbaros. Algo ha cambiado en él y ya no es capaz de volver a sus orígenes, hallándose en tierra de nadie, ni japonés ni occidental, por lo que debe forjar su propio destino.
Desesperado, Blackthorne decide aportar por Yabushige y se ofrece a navegar por él si desafía la rendición de Toranaga. Aún así, Yabushige se niega, lo que no deja de sorprendernos porque siempre ha sido un trepa más preocupado por salvar su culo que por servir a su señor.
Toranaga ha ordenado a Yabushige que viaje a Osaka y entregue los cañones a Ishido. El padre Alvito también regresará a Osaka, asegurando que el consejo sea consciente de que Toranaga planea rendirse pacíficamente. Pero antes Toranaga reúne a sus vasallos para que firmen su promesa de rendición.
Yabushige y su sobrino firman el compromiso pero los acontecimientos se precipitan cuando Hiromatsu declara que si su señor realmente planea rendirse, entonces debería quitarse la vida. “Mi único amigo, estuve a tu lado desde que eras un niño babeante”, dice Hiromatsu. Toranaga responde: “Entonces muere a mi lado en Osaka”. Hiromatsu le ordena a su hijo Buntaro que le corte la cabeza mientras se abre las tripas mientras Toranaga no dice nada y pone cara de “a ver si algún día toda esta panda que me rodea me hace caso y se dejan de seppukus”.
En las escenas finales vemos hasta donde llega la lealtad de los japoneses y en concreto la de Hiromatsu cuadno Toranaga le explica a Mariko que Hiromatsu. Toda ha sido una treta para que, Yabushige informe a Osaka de que Toranaga planea rendirse sin lugar a dudas. La muerte de Hiromatsu es la prueba definitiva. Él y Nagakado le han dado a Toranaga el tiempoq ue necesitaba, aunque su hijo creo que no le tenía en sus planes.
Ahora Mariko debe cumplir con su papel y acompañar a Yabushige y a Blackthorne, que finalmente se ha aliado con Yabushige, a Osaka.
La pena de Buntaro
Mención aparte merece la escena que muestra la relación entre Buntaro y Mariko. El pobre Buntaro intenta por todos los medios recuperar a su esposa, le pregunta si ya no está bajo el hechizo del anjin, le prepara el té con toda la parsimonia del mundo y le ofrece un seppuku juntos, ya que Toranaga no está por la labor de luchar.
¿Y qué hace ella? ¿Le dice que gracias, que por fin ha accedido a su deseo de morir? Pues no. Le dice que lo de morir era una cosa para ella sola, para escapar de él, para dejarle solo. Que si tiene que morir los dos, pues entonces no tiene gracia tanto seppuku.
El pobre Buntaro se queda desolado y realmente ha dado pena. La escena del gran samuray llorando desconsoladamente es de las mejores del episodio y quizás de la serie, una escena que hace que nos pongamos de parte de Buntaro y que deseemos que Mariko se haga el seppuku pero ya, dándole a Buntaro la oportunidad de buscar a otra mejor.
