Bienvenidos amigos y amigas a nuestra cita semanal con una de nuestras series preferidas de siempre, The Expanse. Esta semana tocan nuestros acostumbrados breves recap y análisis, en esta ocasión del octavo capítulo de la tercera temporada ‘Se Extiende’, uno de los más frenéticos en su tramo final de la serie.
La Roci ya está apunto de despegar hacia esta nueva aventura, pero antes recordad que podéis encontrar los análisis del resto de capítulos de la serie pinchando aquí. ¿Listos? Entremos en faena.
FANTASMAS DEL PASADO
Decir que el capítulo anterior dejamos la serie en un cliffhanger bien gordo es quedarse corto, pero tranquilos, no nos vamos a quedar con los dientes largos durante mucho tiempo porque este capítulo nos resuelve varias de las dudas que se planteaban en el anterior. Para empezar tenemos el regreso de Thomas Jane como el bueno de Miller, algo que se echaba de menos, y mucho, en la serie. Pero no se trata e el Miller de siempre, como muchos ya intuiríais este ‘detective’ es una extensión o ‘herramienta’ de la protomolécula con fines aún nada claros. Por otro lado tenemos más respuestas sobre el plan de la recién llegada Melba de la que, aunque aún o sabemos el porqué de su odio hacia Holden, está claro que está dispuesta a llegar hasta el fondo para jorobarle la existencia. Y para terminar, también tenemos respuesta de que es lo que le pasó al pobre Néo al entrar al anillo y porqué quedo hecho plastilina.
Este episodio comienza, como no podría ser de otra manera, con todo el mundo preguntándose de donde leñes ha aparecido el saltarrocas cinturoniano que se ha metido en el anillo y lo que le ha ocurrido al intentar cruzar. Previsiblemente, mientras Ahsford y el resto de la tripulación de la Behemoth brinda por la audacia del joven, los interianos ya empiezan a hablar de sabotaje, pero lo que ambos tienen claro es que lo que haya más allá del anillo puede resultar peligroso. Aunque Néo ha acabado defenestrado, su nave no, lo que significa que la deceleración al cruzar el portal ha sido tan fuerte que sus blandos tejidos no han podido soportarla, aunque la maquinaria de su nave sí.
Mientras tanto, a bordo de la Seung Un, Melba se ve obligada a ocultar los restos del pobre Ren de una manera más que estomagante, volviendo a echar mano de su mejoras físicas. Como alguno andará algo perdido con este tema, dejadme aclararlo, cuando la chica pasa la lengua por su paladar superior un par de veces en forma circular recibe un ‘chute de adrenalina’ que la hace más fuerte y rápida aunque, como podemos ver, es algo que tienes sus secuelas tanto físicas como psicológicas. El resto del capítulo no solo lo pasa hecha pisto sino que podemos ver su hundimiento emocional por el asesinato que no tenía planeado. En todo caso, consigue colocar su bomba in que nadie se dé cuenta y volver a la Príncipe Tomás sin más complicación.
En la Rocinante, Holden empieza a dudar de su propia salud mental cuando se hace manifiesto que sus visiones de Miller no son algo relacionado con el estrés. El detective se le aparece prácticamente cada vez que se queda sólo y, en la mayoría de las ocasiones parece ausente o desconcertado, repitiendo frases y historias de manera inconclusa y frustrando cada vez más a nuestro protagonista que empieza a creer que podría haberse contagiado de protomolécula, por poco sentido que eso tenga (si estuviese infectado lo sabría muy bien a estas alturas). Pero incluso con sus facultades mentales en entredicho, Holden es mucho Holden y descubre que su primera visión de Miller coincide con la activación del anillo y ya, más seguro de si mismo, es capaz de mantener una conversación con el ‘fantasma’ en la que este le cuenta que la protomolécula le ‘mata’ y le ‘vuelve a crear’ cada vez que intenta sobrepasar sus funciones (o sea, cuando se pasa de listo) y que ambos forman parte de un nebuloso plan que tiene que ver con el anillo. Amos y Alex distraídos y debatiéndose sobre si pueden fiarse de su capitán, pasan por alto algo preocupante, el cámara, Elio, sabotea la Rocinante sin que nadie se dé cuenta.
¿Y qué es lo que ha hecho? Bueno, la respuesta no se hace esperar. A bordo de la Príncipe Tomás Anna se da cuenta de la desesperación de Melba y la ofrece ayuda, pero ella la rechaza de forma cortante, si tenía alguna duda sobre lo que va a hacer la entierra en su interior y, de hecho, inmediatamente detona la bomba a bordo de la Seung Un, causando el pánico absoluto entre toda la flota. Además, un mensaje de video se trasmite a todas las naves: Holden, adjudicándose el atentado y reclamando el anillo para el cinturón, cortesía de la A.P.E. Se ha liado, señores y señoras.
Como si de un duelo a la mexicana espacial se tratase, la ONU apunta a la Roci y a la Behemoth, mientras que esta última se ve obligada a atacar a la Rocinante para probar que la A.P.E. no tiene nada que ver con las amenazas de Holden. Aunque Naomi intenta disuadir a Drummer y Ashford, alegando que el video es un fake, los cinturonianos no tienen más remedio que disparar. Con toda la flota en su contra, e incluso con la tripulación dudando de él, Holden huye hacia la escotilla de carga, con Amos en los talones, para intentar contactar con Miller. Amos no está dispuesto a dejarle sólo, pero Holden le pide que confíe en él y este acepta, algo que muestra cuán lejos ha llegado la relación entre ambos personajes. Finalmente, Proto-Miller hace su aparición estelar y nos queda claro que ese trozo de protomolécula que quedo a bordo de la Roci tras el incidente con el híbrido es lo que permite al detective aparecerse y, por fin, Holden es capaz de dar sentido a las palabras de Miller y resolver el puzle, entendiendo que lo que tienen que hacer es dirigirse hacia el anillo, pero entrar lentamente para no acabar hechos puré.
Tras una arriesgada maniobra en la que la Roci se aproxima al anillo a toda velocidad y decelera en el último instante, con las terribles consecuencias que eso tiene para el cuerpo humano, la fragata consigue introducirse en el portal. Cuando Holden despierta, se da cuenta de que no solo han sobrevivido, sino que los misiles cinturonianos no les han podido alcanzar ya que en el paisaje alienígena que les rodea, todo parece moverse con una lentitud pavorosa. Bienvenidos a la zona lenta.
VALORACIÓN
‘Se Extiende’ da un impulso frenético a este arco argumental recién estrenado. Si es cierto que algún que otro espectador pudo quedar desconcertado por el abrupto salto temporal del capítulo anterior (recordad, cambiamos de libro y por lo tanto de trama) lo cierto es que este episodio hace maravillas para meternos en harina y centrarnos absolutamente en esta nueva etapa de la serie.
The Expanse es una serie muy poliédrica en la que hemos podido ver muchas tramas diferentes, algunas detectivescas, otras políticas, militares, románticas… y en esta ocasión nos metemos de lleno en el thriller psicológico, algo que, junto con el frenetismo del tercer acto que nos deja clavados al sillón, le da mucha vidilla a este episodio. La vuelta de Thomas Jane a la serie también se agradece, el tío se come la pantalla y, aunque al bueno de Steven Strait como Holden le cuesta darle la réplica a nivel actoral, sus escenas conjuntas son una delicia.
Poco más que decir, buen episodio, interesante y dinámico que prueba una vez más que, como uno de mis podcasters preferidos suele decir, la ciencia-ficción es un continente que aúna todos los géneros y, cuando lo hace bien, nos regala verdaderas maravillas.
Nos leemos en el próximo análisis, hasta entonces y como siempre, sed felices.