Enhorabuena: The Expanse está de vuelta con su quinta temporada. La serie espacial de Naren Shankar adapta las novelas de James S. A. Corey y los tres primeros episodios ya están disponibles en Prime Video.
Bienvenidos nuevamente después de tanto tiempo: el mundo es otro desde aquella cuarta temporada de The Expanse y, sin embargo, aquí estamos para analizar juntos la quinta, que sigue adaptando la saga de novelas de James S. A. Corey (en realidad nombre artístico que designa a dos escritores: Daniel Abraham y Ty Franck) y que, manteniendo la correlación, se centra en la quinta de ellas: Los Juegos de Némesis.
Cada nueva temporada de The Expanse es recibida con júbilo, pues recordemos que, después de la tercera, la serie fue rescatada de la muerte por Jeff Bezos. Esta quinta temporada viene con dos noticias: la buena es que habrá una sexta; la mala es que se anuncia como la última. Es, de todos modos, para agradecer que terminemos viendo el doble de las temporadas que parecía que veríamos, como también que la serie vaya a tener un final y no una cancelación abrupta. Da algo de pena, sí, saber que hay unos tres libros más en la saga pero, por otra parte, seguir adaptando las novelas podría convertirse en un problema si se considera que en la séptima hay un salto de treinta años en el tiempo, lo cual, llevado a la pantalla, implicaría cambios de personajes y de actores. De momento, esta quinta temporada no muestra, afortunadamente, ninguna señal de apresuramiento por cerrar tramas y mantiene los tiempos y ritmos que dieron clima e identidad a la serie desde un principio.
Tal como ocurre también en la quinta novela de la saga en que se basa, vemos aquí a los personajes principales por separado y cada uno en su propio viaje, lo cual permite ahondar más en sus historias personales, sobre todo de Amos, Alex y Naomi; no tanto de James, del cual conocíamos algo más.
Sin más prólogo, comenzamos a analizar estos tres episodios iniciales, titulados, respectivamente, Éxodo, Agitación y Madre, con el dato anecdótico de que este último es dirigido por Thomas Jane, nuestro querido detective Josephus Miller. Cumplo entonces en advertir que SE VIENEN VARIOS SPOILERS DE LA TRAMA y en recordarles que si desean ver o revisar nuestros análisis de temporadas anteriores, pueden hacerlo aquí.
Masacre cerca de Venus
Aun con lo buena que fue la temporada anterior, extrañaba las escenas de espacio y aquí comenzamos con una. Luego de mostrarnos aquel enorme asteroide que Marco Inaros (Keon Alexander) lograra desviar hacia la Tierra (ya sabremos después de qué tecnología se valió para hacerlo), una impactante escena inicial nos lleva a las cercanías de Venus, en donde una nave científica que, justamente, investiga movimientos de asteroides en el sistema solar, es abordada por un comando terrorista liderado por Filip (Jasai Chase Owens), hijo de Marco y de Naomi.
Encañonando a la tripulación, extraen el núcleo de datos con toda la información recabada sobre asteroides: el objetivo evidente es evitar cualquier acción preventiva que pudiese interceptar el que se dirige a la Tierra. Una vez obtenido lo que buscaban, matan a toda la tripulación y se alejan de allí mientras la sangre de las víctimas flota en ingravidez. Uno de los terroristas atora su pie y, ante la premura por largarse rápido, Filip ordena abandonarlo, revelando así la misma sangre fría que su padre.
La nave científica termina destruida bajo la fachada de una lluvia de meteoritos, en realidad inducida.
Reeencuentros en Tycho
La Rocinante se halla a la espera de reparaciones en la estación Tycho. En el bar, James Holden (Steven Strait) se encuentra con Monica (Anna Hopkins), periodista y antigua conocida que le indaga sobre su experiencia en Ilus y, en particular, acerca de si ha quedado resto de protomolécula en alguna parte. Un acercamiento del iris de su ojo nos muestra que está grabando o retransmitiendo la conversación a alguien, pero Holden, de todas formas, se muestra reacio y esquivo ante la pregunta. Ella, contrariamente, lo pone al tanto del rumor de que Fred Johnson (Chad Coleman) tiene muestras en su poder sometidas a estudio.
La noticia lo impacta, al punto de ir a buscarlo para preguntarle al respecto: Johnson no niega nada, con lo que Holden da el rumor por cierto y trata de hacerle entender el peligro potencial insistiendo en el daño que la presencia de protomolécula generó en Ilus al activar el sistema defensivo del planeta.
Holden, además, confiesa que cada vez que pasa por los anillos, siente que “se enojan más”, pero la falta de fundamento lógico para tal percepción hace que Johnson lo tome a la ligera como cuestión meramente subjetiva y metafísica.
Hablando de Johnson, finalmente le consiguió a Naomi (Dominique Tipper) la información requerida sobre el paradero de su hijo Filip (recordar el final de la temporada anterior), el cual se encuentra en la estación Pallas.
La emoción que la embarga es tal que, en su prisa, no quiere esperar por la Rocinante y busca otra nave (la Chetzemoka) para embarcarse. Su urgencia, claro, es sacar a Filip de manos de su padre, quien está formándolo a su estilo y exponiéndolo a un gran peligro.
Enterado de la noticia, Holden se propone acompañarla pero, para su sorpresa, Naomi rechaza su participación. Según ella lo ve, podría generar problemas el que se encontrase con Inaros y ni siquiera se convence cuando él promete quedarse a bordo de la nave. Aunque apesadumbrado, Holden acepta su decisión (en la novela recuerdo ese momento mucho más tenso y debatido, al punto de ponerlos al borde de una ruptura).
Reencuentros en la Luna y en Baltimore
Amos Burton (Wes Chatham), en tanto, está en viaje hacia la Luna a bordo de un ferry. En realidad, es su escala previa antes de llegar a destino definitivo en la Tierra y en su ciudad natal Baltimore.
En pleno viaje se produce un altercado cuando miembros de la tripulación intentan cobrar un seguro extra a trabajadores del Cinturón que van en su misma cabina. Disgustado ante tal usura, sale en defensa de estos y, literalmente, destroza a golpes a los inescrupulosos.
Al llegar a la Luna, dos guardias le piden que los acompañe. Amos teme que tenga que ver con lo ocurrido en el viaje, pero no: lo guían ante Chrisjen Avasarala (Shohreh Aghdashloo), la ex secretaria general de la ONU, quien le pone al tanto de que su sucesora Nancy Gao (quien, recordemos, la derrotó en las elecciones) la ha asignado allí al frente de un programa de migración hacia los mundos más allá del anillo; una forma de sacarla de en medio. Chrisjen quiere saber por qué está yendo hacia la Tierra y él le dice que en Baltimore, su ciudad natal, ha fallecido una persona por la cual sentía particular afecto.
Antes de que Amos se retire, un almirante llamado Felix Delgado(Michael Irby) pone a la ex secretaria al tanto de actividades sospechosas en la zona del Cinturón, así como de la destrucción de la nave científica en las cercanías de Venus. Delgado es un hombre que tiene tendencia a enunciar las probabilidades de cualquier evento en forma de porcentajes y que, además, parece ser el nuevo brazo derecho de Avasarala, quien evidencia estar llevando a cabo su propio plan en la Luna más allá de la labor asignada: quizás sea un medio para recuperar prestigio y retornar al poder.
Ya en Baltimore, Amos se dirige al domicilio en el cual vivía Lydia, la persona a quien antes hiciera referencia. La serie no se explaya aún demasiado acerca del vínculo entre ambos y no quiero espoilear sobre la base de la novela; de hecho, la impresión es que han cambiado o suprimido algún detalle que pudiese ser controversial, pero esperaré algo más para decirlo: sí se sabe que tuvieron una relación muy estrecha.
En el lugar se encuentra con Charles (Frankie Faison, de vasta trayectoria actoral), con quien Lydia compartió sus últimos doce años de vida hasta fallecer, días atrás, por un aneurisma.
En un principio, Amos se muestra parco ante él, pero al darse cuenta del afecto que realmente Charles sentía por Lydia, lo termina incluso ayudando a salvar su apartamento de un problema por deudas, ya que el acreedor es Erich, antiguo amigo suyo de infancia al cual hace una visita. Luego de un comienzo tenso, le solicita que deje la casa a Charles; Erich se sorprende por lo exiguo del requerimiento: al parecer, había viejas cuentas pendientes de un pasado muy marginal y esperaba un pedido más cargado. Ambos terminan compartiendo una copa y Erich manifiesta encontrar a Amos cambiado.
Todo este arco de la historia es muy interesante, ya que, al confrontar a Amos con su pasado, saca afuera muchas de sus frustraciones permitiendo el lucimiento actoral de Wes Chatham.
Reencuentros en Marte
Otro que está en pleno viaje personal es Alex (Cas Anvar), quien ha regresado a Marte tras dos objetivos: recuperar la familia que abandonara ocho años atrás y encontrarse con Bobbie Draper (Frankie Addams). El primero no se le presenta fácil: su ex esposa Talissa ya no quiere saber nada con él y su hijo Melas, quien casi ni lo conoció y con el cual habla por teléfono, tampoco se muestra entusiasmado por el reencuentro.
Bobbie, por su parte, se le muestra parca al principio, pero luego se abre y le informa que está trabajando para Avasarala (recordar que en la anterior temporada le había pedido trabajo el mismo día en que la secretaria de la ONU perdía las elecciones) y que, básicamente, está detrás de operaciones de armas en el mercado negro.
Para reubicar en contexto: Marte es un mundo agonizante, con gente migrando y locales cerrados o en liquidación; la causa estriba en que los mundos de allende los anillos se ven como destinos más promisorios y tentadores que un planeta en terraformación. Al ser un estado militarizado y en declive, ocurre con Marte lo que, por hacer una analogía, sucedió con la caída de la Unión Soviética. Sus antiguos armamentos se venden en el mercado negro al mejor postor y tanto Avasarala como Drapper sospechan que los está comprando la organización de Inaros, utilizando como contacto a un almirante llamado Sauveterre al que, contrariamente, muchos ven como un héroe nacionalista. Entre esos armamentos, estarían los misiles utilizados para sacar de órbita a los asteroides y enviarlos contra la Tierra.
A los efectos de ayudar a Bobbie a conseguir información, Alex se encuentra con Emily, alguien que arrastra con él un enamoramiento de vieja data y que trabaja para Sauveterre, lo cual la convierte en el nexo ideal. Él le manifiesta lo mucho que admira al almirante y que le gustaría conocerlo; ella lo despide con un beso y, aparentemente, la cosa marcha.
Sin embargo, en el camino de regreso a su habitación, Alex es atacado por dos sujetos en connivencia con Emily e inyectado con un suero que lo obliga a admitir el verdadero objetivo de su búsqueda. Una vez que lo ha hecho, sus captores ya no tienen motivo para mantenerlo con vida, pero la oportuna intervención de Bobbie termina con ellos y le salva la vida.
La Sucesora
Volvemos a tener noticias de Camina Drummer (Cara Gee), quien, tras la muerte de Ashford y sin muestra de misericordia, tiene a su cargo las operaciones contra los piratas en zona de asteroides. En un momento, encuentra abandonada la nave de Ashford, en cuyo núcleo de datos hay imágenes de lo ocurrido con él (recordemos que en el final de la temporada anterior, había hecho una transmisión justo antes de que Inaros lo lanzara al espacio), lo cual la afecta profundamente. Su obsesión por vengarlo es tal que, al mejor estilo del capitán Ahab en Moby Dick, hasta se niega a auxiliar a una nave en problemas con tal de ir tras su objetivo. La recompensa por Marco Inaros es jugosa y ello le sirve para mantener motivada a su tripulación, pero está claro que lo suyo pasa por motivos mucho más personales y diferentes.
Secuestro y Rescate
En Tycho, Monica parece haberse arrepentido de guardar el secreto y quiere darle a Holden información vinculada a la protomolécula. Lo cita para encontrarse en una habitación, pero al llegar él, encuentra todo revuelto y con rastros de sangre. La sensación es que ha sido secuestrada, de lo cual pone al tanto a Fred Johnson.
A juzgar por el movimiento de naves, Monica sigue en la estación y las pistas llevan hacia los contenedores que, en las dársenas de carga, se hallan en espera de ser embarcados, lo cual daría a los captores un camuflaje perfecto para sacarla de Tycho. Dentro de uno de ellos, ella logra practicar una perforación y la pérdida de aire hace que Holden y Johnson puedan reconocer el contenedor y llegar hasta ella justo antes de que se quede sin oxígeno.
Una vez repuesta, Monica les muestra imágenes de la destrucción de la nave científica en cercanías de Venus y les brinda datos de que los terroristas tienen cautivo para sus propios fines a Paolo Cortázar, científico al que conociéramos en la segunda temporada trabajando con protomolécula en la estación Thoth. Holden y Johnson necesitan encontrar a los secuestradores para saber más al respecto, pero para cuando lo hacen, ya están muertos.
Reencuentro en Pallas
Naomi ha llegado a Pallas y, luego de reencontrarse con viejos conocidos, da finalmente con su hijo. Al igual que para Alex en Marte, el suyo es un reencuentro difícil. A pesar de todos sus ruegos para que abandone la estación y se marche en la Chetzemoka, él está resentido con ella por haberle abandonado.
Naomi, desolada, se halla a punto de retomar el regreso a Tycho y está intentando comunicarse con Holden cuando, sorpresivamente, Filip se presenta en la Chetzemoka junto con un par de secuaces. Agradeciendo por la nave, aplica una descarga eléctrica a su madre dejándola inconsciente. Cuando sus colaboradores intentan bajarla de la nave, ordena, por el contrario, que la preparen para el vuelo porque se queda a bordo. El futuro para Naomi se presenta incierto.
Armagedón
Malas noticias para Avasarala en la Luna. Delgado la pone al tanto de que ya no habrá financiamiento para sus investigaciones con respecto a movimientos de armas y asteroides, lo cual significa que, desde Tierra, le han bajado el pulgar y consideran sus sospechas infundadas; inclusive a él se lo ve convencido al respecto. Ello significa que la ex secretaria de la ONU quedará, por lo tanto, luchando en soledad o, a lo sumo, teniendo a su lado a la incorruptible Bobbie Draper y, tal vez, a Alex. Aunque, por otra parte, el cierre del tercer episodio anuncia un cambio trascendental…
En efecto, nos trasladamos a Tierra y vemos que un hombre en una playa advierte un extraño cambio de comportamiento en los peces, que comienzan a saltar fuera del agua de manera alocada. Un instante después, un haz de luz surca el cielo y, allá a lo lejos, un asteroide ha hecho impacto en las aguas generando un aterrador tsunami que todo lo arrasa.
Balance del Inicio
La quinta temporada de The Expanse nos ha dado un comienzo acorde a las expectativas y al clima característico de la serie, ya que vemos cómo la trama se va tejiendo poco a poco y sin apresuramientos: está claro que tenemos las puntas de una gran historia que está por estallar (la novela, por cierto, no deja mentir) y el estremecedor cliffhanger del final nos lo termina de confirmar, pues a partir del próximo episodio ya nada será igual. La Tierra, de hecho, no será igual.
Interesante la apertura de los arcos argumentales siguiendo las historias personales de los tripulantes de la Rocinante, ya que conocer sus pasados nos ayuda a entender mejor algunas de sus acciones. Es bueno, además, ver cómo las experiencias vividas en conjunto los han cambiado y, en algún punto, “ablandado”.
Asimismo, al haber regresado la trama al sistema solar, volvemos a degustar algunas de las vibrantes escenas espaciales que fueron sello en las tres primeras temporadas, tales como el ataque terrorista contra la nave científica, las acciones de Drummer contra los piratas del Cinturón o el rescate de Monica en el exterior de la estación Tycho.
Son muy interesantes también las analogías con nuestro tiempo y nuestro mundo. Lo ocurrido con la decadencia de Marte y el ascenso de Inaros es fácil de comparar con la caída de la Unión Soviética y el crecimiento de movimientos fundamentalistas que compran armamentos remanentes en el mercado negro. Y el asteroide impactando en el océano bien puede ser el equivalente de los atentados del 11 de septiembre de 2001, aunque claramente más destructivo. A la larga, imaginar otros mundos y otros tiempos es ni más ni menos que saber observar los nuestros.
De entre todo el elenco me permito, al menos en estos tres primeros episodios, destacar especialmente, como ya lo hice, a Wes Chatham, pero también a Keon Alexander, lo cual resulta paradójico porque Inaros ha aparecido muy poco y cuando lo ha hecho, ha sido a través de filmaciones, en las cuales lo vimos amenazando o arengando. Pero lo poco visto lo revela como un líder mesiánico absolutamente creíble y temible; más aún: el hecho de que no aparezca en carne y hueso refuerza todavía más ese doble carácter.
The Expanse se sigue confirmando como una de las grandes series de ciencia ficción de nuestros tiempos y diría que de todos, con su inteligente trama de thriller político futurista. Veremos qué nos depara la próxima entrega. Recordemos que, a partir de ahora, el ritmo será de un episodio por semana, así que aquí estaremos para hacer el seguimiento con nuestros análisis y esperando, desde ya, sus aportes.
Hasta la próxima y que sean felices..