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Análisis del nuevo cine de Acción a través de la saga de Jason Bourne

Aprovechando que en agosto se estrenó la última entrega de la saga de acción protagonizada por Jason Bourne (podéis leer la crítica que hizo mi compañero aquí), he decidido empezar la que será mi participación en Las cosas que nos hacen felices hablando de cómo esta franquicia sentó las bases de lo que se convertiría en el nuevo cine de acción, y cómo crearía patrones que se repiten en el cine actual. Esquemas más repetidos que los vídeos de YouTube que terminan en “y no te imaginas lo que pasa después”. Así que apuntemos al pasado para entender la relevancia de estos cambios y la relación entre Bourne y el nuevo cine de acción.

Bourne y el nuevo cine de accion Las cosas que nos hacen felices

Sus predecesoras

Situémonos en el tiempo. Estamos en el año 2002. El cine de acción estaba en un momento confuso y no tenía identidad en un intento de reciclaje o transición fracasada que no llevaba a ninguna parte. Los años 80 y 90 le precedían habiendo sido para muchos los años dorados del cine de acción. Y, cómo no, Estados Unidos había liderado esta etapa con clásicos instantáneos del género.

Para comprobarlo, basta con mencionar alguno de los personajes que interpretaron Bruce Willis, Sylvester Stallone, Jean-Claude Van Damme o Arnold Schwarzennegger (todos buscamos su nombre después de escribirlo para asegurarnos de no haber dejado alguna letra por el camino, y quien diga lo contrario miente). Taquillazos como Jungla de Cristal dieron pie a una horda de antihéroes de acción que conquistaron las salas comerciales. Películas como el Aliens de James Cameron demostraron que hasta un icono del cine de terror como su predecesora de Scott podían entrar en este género y triunfar.

Bruce willis Las cosas que nos hacen felices
El (anti)héroe que pasó de una atrevida pose de superioridad a arrastrarse por los conductos de ventilación

Y, mientras se convertían en iconos culturales, habían conseguido consolidar el género como un atractivo para el público manteniendo unas características comunes. Al entrar a la sala de cine, el espectador sabía que le esperaba un chute adrenalínico en forma de explosiones, persecuciones en todo tipo de vehículos, peleas, tiroteos, tipos duros con caras muy serias y armas. Muchas armas. Y artes marciales en caso de que se acabaran las anteriores. Directores más atrevidos como Paul Verhoeven convirtieron el género en una crítica social, e hicieron un uso de la violencia que escandalizó a los censores (como es el caso de Robocop en 1987).

robocop las cosas que nos hacen felicesPero no olvidemos que la tradición del cine de acción no viene de la década de los 80 y 90. No, este género había nacido muchos años antes, y se había ido desarrollando poco a poco hasta llegar a ser un género propio. Con el riesgo de que algún lector que hoy no haya dormido bien se pierda por el camino, haremos un último salto hacia atrás en el tiempo: ¡Nos vamos a los años 30!

Aunque parece que no lo hacemos con tanta clase como ellos
Aunque parece que no lo hacemos con tanta clase como ellos

Un viaje hacia el origen

En efecto, los años dorados del western, las películas del Oeste, esas películas que siembran la parrilla televisiva de las televisiones autonómicas en las horas menos populares. Dejando para otro día clásicos como El hombre que mató a Liberty Valance que condicionan, más que un género, toda la narrativa del cine posterior, centrémonos en aquello a lo que habíamos venido. Y es que en el western  nace lo que sería el cine de acción.

Ya podemos ver aquí muchos de los elementos que sembrarían las cintas más conocidas del género. Buenos y malos, tiroteos por todas partes o personajes de moral dudosa que se hacen querer. Este género tenía unas características propias que, cuando se agotó la fuente de ideas que había supuesto (fue uno de los géneros más abundante en obras) y su temática se volvió menos atractiva, se trasladaron a otras producciones en una transición que dejó de lado muchos de los esquemas anteriores para reinventarse en varios géneros y estilos. 

Solamente el gran John Wayne tiene el increíble récord de... 1¡42 películas como protagonista!
Solamente el gran John Wayne tiene el increíble récord de… ¡142 películas como protagonista!

Y volvemos a avanzar hacia delante. Ahora que ya conocemos el origen del género de acción y varios lectores han vuelto frente a la pantalla con un café en la mano, damos el salto a los años 60. ¡Nada menos que los 60! En plena Guerra Fría, el cine de Hollywood (siempre empapándose en la sociedad en que se desarrollaba) buscaba iconos morales y héroes con los que los americanos se identificaran. A finales de los 60, la influencia de Peckinpah en el western con su Grupo Salvaje supuso la última aportación para deconstruir el género del Oeste y construir el de la acción, con sus grandes dosis de violencia.

Pekinpah fue famoso por su utilización de la violencia en el cine. Pero más allá de usarla como entretenimiento, la usaba con función crítica.
El Grupo Salvaje de Pekinpah dio rienda suelta a la violencia que ya se había visto en los westerns italianos o espagueti western

Sabemos que en las épocas de conflictos, los personajes tienden a enmarcarse en un bando y el otro en cada uno de los lados para servir de herramienta política y adaptarse a la mentalidad de la época. Y como todo el camino hasta este punto lo hemos seguido al lado de los americanos, dejaremos para otra ocasión a los héroes de acción que surgieron en la URSS durante estos años por su menor influencia mundial posterior en el cine.

Mientras tanto, Kubrick sed reía de los dos bandos en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú
Mientras tanto, Kubrick sed reía de los dos bandos en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú

Estados Unidos pierde la ventaja

Pero, para sorpresa de todos, esta vez los ingleses tomaron la delantera. Fueron las adaptaciones al cine de James Bond las que definieron el canon de la época para el cine de acción, que aún de aquella tenía la separación con el cine de aventura poco definida. Este personaje, el más longevo del cine de acción (curioso que los ingleses también tengan a su homólogo en las series con Dr. Who), sería el icono generacional por excelencia y encabezaría sucesivas reinvenciones que hicieron avanzar el estilo y los personajes.

Hubo sorpresas exitosas en Estados Unidos como Bullitt o French Connection, cine de acción y thrillers con tintes europeos, hasta llegar otra vez a los 80. Así que, en efecto, Europa ayudó a forjar el cine de acción antes de que EEUU le arrebatara de nuevo el título de campeón indiscutible del género. El cine de acción se había nutrido de elementos del oscuro Noir, la violencia del espagueti western italiano y las aventuras del cine europeo y estaba listo para ser un género propio. Y de enorme éxito.

The Gold Standard: In NPR's survey, most readers chose Sean Connery (above, in Goldfinger), as the best James Bond. Daniel Craig placed second in our survey.
Sean Connery. El eterno Bond, James Bond

Revoluciones fallidas y un golpe en la mesa: Bourne y el nuevo cine de acción

Así que aquí estamos otra vez, justo donde empezamos. Ha sido un viaje rápido por una etapa muy larga. Ahora que hemos pasado por los eventos más significativos, estamos presenciando la lenta caída del icónico tipo de cine que había triunfado. Hasta James Bond había empezado en 1994 una carrera con Pierce Brosnan intentando reinventar el género que no triunfó, precisamente porque toda la innovación era solamente una farsa reciclando elementos de cualquier cinta anterior.

¿Había mencionado que al cine de acción le encantaban ñas armas? Algunas cosas nunca cambian
¿Había mencionado que al cine de acción le encantaban ñas armas? Algunas cosas nunca cambian

Llegaban los 2000 y la llama se apagaba. Matrix unía en 1999 ciencia ficción, filosofía y acción en un intento de ser el nuevo símbolo que funcionó, pero a medias. No porque la película no fuera un éxito rotundo, que lo fue, ni porque no se convirtiera en un icono. Lo fue porque los sucesivos intentos de copiar su modelo y espectacularidad quedaron el puro artificio que no convenció. ¿O hace falta recordar sus propias secuelas?

Entonces, en 2002, llegó Doug Liman y pegó un golpe en la mesa. Pero antes de pegar el golpe, rodeó la mesa de unas cuantas cámaras de última generación y se aseguró de que se movieran bastante. Porque así es como funcionaría su revolución del género.

matrix las cosas que nos hacen felices

Las claves del nuevo estilo

Y es que el cine de Lieman que luego radicalizó e hizo suyo Paul Greengrass empezando en El caso Bourne y siguiendo con sus secuelas se convirtió en el nuevo modelo. Que que se basa, precisamente, en la agilidad a toda costa. Para reinventar el género no bastaba con cambiar de clichés: había que crearlo desde cero, partiendo de la estética. Greengrass se asegura así de colocar estratégicamente muchas cámaras en el escenario de cada escena de acción donde en el cine de los 90 sólo se utilizaba una o a lo sumo dos, cuidadosamente colocadas para cumplir con la planificación y filmar justamente lo previsto por el director.

Film Title: Jason BourneAquí está la primera y gran diferencia: la película ya no está preparada antes de grabar al milímetro, sino que es en el montaje cuando se decide cómo serán la mayoría de las escenas. Estamos hablando, obviamente, de cómo lo vemos; porque el guion está estructurado como el cine clásico y las coreografías de peleas están cuidadosamente preparadas antes de filmar. No, no hay improvisación en estos campos. Ya he mencionado otro de los puntos fuertes: las coreografías. El cine noventero era famoso por sus artes marciales muy llamativas y espectaculares. Ahora esto también pega un giro; segunda diferencia: las peleas son más “duras”, más cercanas, más caóticas y más “creíbles”.

¿Creíbles? No, no es la palabra. Pero ese es uno de los objetivos de eliminar las florituras visuales que habían construido el género. Y todo esto para adaptarlo a la característica clave: el intento de hacer un cine de realismo sucio. No, las cintas no pretenden ser realistas, sino parecerlo. Dar la sensación de que lo que estamos viendo es más real de lo que realmente es.

bourne ultimatum las cosas que nos hacen felices

Y esa es la clave de la reinvención de Lieman. El cine de acción viró 180 grados para ser un cine más oscuro, más cercano a lo que había sido el drama (buena prueba de ello son los saturadísimos colores que sustituyeron la limpieza de las anteriores) sin olvidarse de los elementos que habían marcado la línea todos los años anteriores. Las persecuciones, la violencia sin intereses críticos y los personajes amorales. Y añadiendo elementos como  explicitar la actualidad de la época e introducir referencias a cómo estaba cambiando el Mundo.

La moto, un personaje más en las escenas de persecuciones
La moto, un personaje más en las escenas de persecuciones del cine de acción

Además, la línea de “buenos y malos” se difuminó, elemento clave en la mayor parte de producciones de hoy día. Sus personajes no intentan justificarse sino que, como en este caso, son incluso presentados al revés de lo que antes era común: por primera vez, es canon que sea la CIA el enemigo que persigue al protagonista mientras este intenta sobrevivir.

Sí, diréis, este elemento ya aparecía en la primera Misión Imposible en 1996 y en otras cintas anteriores. Y es verdad. Si me he dejado antes esta película por mencionar es porque es precisamente el caso más relevante de su época al haber creado un estilo que se diferenció del cine de acción de su época, supo dar a los espectadores lo que James Bond no podía y se ha mantenido hasta día de hoy renovándose para seguir al día sin adaptarse a los nuevos cánones.

Ethan Hunt (Tom Cruise) colgando de sitios: un clásico de la saga y un icono generacional
Ethan Hunt (Tom Cruise) colgando de sitios: un clásico de la saga y un icono generacional

¿Cómo? Cambiando de director en cada entrega para mantenerse en constante evolución. Por eso es , precisamente, un caso aparte: sabiendo cambiar de estilo para pasar de DePalma a J.J. ABrams, supo mantenerse al margen de los cambios. Mientras tanto, Bourne suponía un toque de atención a las productoras. 

mision imposible las cosas que nos hacen felices
Bourne  aún no ha entendido las claves que han permitido sobrevivir a Ethan Hunt y su saga de películas

El ¿final? del trayecto

Así es como el panorama de cine de acción se tuvo que adaptar. Hasta James Bond vio cómo moría gran parte de su identidad en una transición que se llamó Casino Royale. Y no afectó solamente al cine de acción. Varios géneros se vieron obligados a cambiar para adaptarse a los nuevos tiempos y el que parecía ser el nuevo gusto del público. Basta con fijarse en los elementos que definieron la trilogía del Batman de Nolan y su éxito

James Bond se tuvo que poner las pilas y sufrir más en pantalla
James Bond se tuvo que poner las pilas y sufrir más en pantalla

Pero este es un tema para tratar por separado. Pero este es un tema sobre el que se podrían escribir cientos de páginas, así que por hoy acabaré aquí el viaje. Puedes utilizar los comentarios para dar vuestra opinión sobre el tema. ¿Supone nuevo cine de acción una pérdida de personalidad a favor de la agilidad y rapidez de sus escenas? ¿Hay algún icono imprescindible que me haya dejado por el camino?  También puedes usar la información de mi perfil para sugerencias futuras.

Con esto me despido por hoy y, como decía cierto famoso personaje de ficción, I´ll be right here.

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5 COMENTARIOS

  1. “¿Creíbles? No, no es la palabra. Pero ese es uno de los objetivos de eliminar las florituras visuales que habían construido el género. Y todo esto para adaptarlo a la característica clave: el intento de hacer un cine de realismo sucio. No, las cintas no pretenden ser realistas, sino parecerlo. Dar la sensación de que lo que estamos viendo es más real de lo que realmente es.”

    A mi me parece que agitan mucho la cámara y que lo que vemos es mucha agitación, oímos golpes y poco más. Y vemos después qué pasa. No creo que eso sea más realista que mostrar claramente la coreografía de puñetazos, patadas o demás.

    Por otro lado, James Bond surge como algo opuesto al cine de espías de la época, en el que todos eran patriotas, serios, concienzudos y trascendentes. Todos eran héroes estoicos. James Bond explota en el cine como burla: el tono altivo del protagonista, los chistes, la chulería, el tirarse lo que puede mientras salva al mundo, los gadgets…en la época muchos lo tomaron como un insulto al cine de espías. Que fuera con los años perdiendo sentido del humor y haciéndose más apergaminado tiene mucho que ver con el cambio de épocas, de sociedad y demás. Al fin y al cabo, James Bond era, en palabras del autor de sus libros, un producto “para hombres heterosexuales de sangre caliente”. Es pura masturbación del hombre heterosexual occidental de los 60-70.

    Bourne representa otras cosas en otra época muy diferente. El héroe ya no tiene esa autoestima a prueba de bomba, ya no es un terrorista sexual, ya no está tan relajado en situaciones de estrés como para soltar chistes. En Bourne las mujeres no son objetos sexuales o simplemente malvadas. Es otra época y otro héroe.

    • Hola, Raúl. En primer lugar, gracias por la aportación.
      Hay algunas cosas en las que creo que estamos más de acuerdo de lo que puede parecer. En primer lugar, en ningún momento he dicho que sean más realistas, sino que el propósito es hacernos creer que lo son. En el texto digo por eso que “las cintas no pretenden ser realistas, sino parecerlo. Dar la sensación de que lo que estamos viendo es más real de lo que realmente es.” Esto lo achaco a camuflar esos elementos más fantásticos de las películas del género de los años anteriores. No quiere decir que las nuevas no sean pura fantasía también, sino que parece haber un esfuerzo en que no lo parezca. En el artículo intento ser objetivo respecto al tema pero si me preguntas mi opinión personal te diría que, en efecto, agitar la cámara no la hace más activa ni realista sino que sólo nos confunde de forma vaga. Los movimientos de cámara del cine anterior eran más narrativos y utilizaban recursos más variados. Un vestigio de esa forma de hacer cine de acción sería la estupenda Mad Max: Fury Road, que prescinde de agitar la cámara para que sepamos lo que ocurre en cada momento sin dejar de hacernos sentir la acción. Por eso el hecho de que Bourne haya cambiado el panorama no lo posiciono como bueno ni malo. De hecho, en la pregunta final planteo que pueda haber perdido personalidad. Lo que me parece innegable es que El caso Bourne ha sacudido el panorama cambiando la forma en la que los estudios filman acción.
      En cuanto a lo de James Bond, estoy totalmente de acuerdo. De ahí que mencione que se convierte en el nuevo modelo en su época; aunque sea la antítesis y en ocasiones casi parodia del cine de espías de la época surge como un producto de masas. Indicas muy bien la relevancia de la afirmación de Fleming sobre su obra, ya que es parte de la causa de que se hiciera tan popular. Al ser concebido para ese público, esto facilitó su éxito fuera cual fuera el propósito. Los tiempos cambian y obviamente la sociedad de la época fue considerando menos divertida la persoanlidad del Bond original.
      Todas estas son cosas que no han cabido en el artículo para no alargarme infinitamente. Me alegro de que lo hayas comentado y espero que se hayan acercado nuestras posiciones 🙂
      ¡Un saludo y te espero por la página!

    • “A mi me parece que agitan mucho la cámara y que lo que vemos es mucha agitación, oímos golpes y poco más. Y vemos después qué pasa”. Si queréis un ejemplo de lo que es esta frase, ved “Star Trek: Más Allá”. En comparación con Justin Lin, J.J.Abrams es Carl Theodore Dreyer. Había momentos en que, de verdad, no sabías que coño estaba pasando en pantalla. Eso no quiere decir que sea mala o que no se pueda ver, ojo.
      Un saludo.

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