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Crítica de El Astronauta (Spaceman, 2024), en Netflix: nunca Adam Sandler estuvo tan solo

Netflix acaba de estrenar El Astronauta, filme de ciencia ficción de tono introspectivo y existencialista dirigido por Johan Renck (Chernobyl) y protagonizado por un superlativo Adam Sandler que no logra, con su descomunal actuación, salvar al filme de la medianía de un guion que, pretendiendo ser trascendente, acaba rayando en lo obvio y sobreexplicado.

El pasado viernes 1 de marzo Netflix ha estrenado El Astronauta (Spaceman), película que se inscribe dentro de lo que podría definirse como ciencia ficción existencialista (para más credenciales, fue presentada en el Festival de Berlín) y que se basa en la novela El Astronauta de Bohemia del escritor checo Jaroslav Kalfar. Honestamente no la he leído, pero sé que ha gozado de muy buena recepción y si a ello se le agrega el director sueco Johan Renck (responsable de todos los episodios de esa gloriosa miniserie que fue Chernobyl), más la actuación principal de Adam Sandler, todo parecería combinarse para un buen resultado. Parecería…

El Astronauta tiene el tipo de premisa que la emparenta con 2001: Una Odisea Espacial, Solaris, Interstellar, Ad Astra y tantas otras, pudiendo reconocerse en su trama puntos de contacto con cada una de esos filmes. El viaje del individuo que, en el espacio exterior y muy lejos de la Tierra, se descubre paradójicamente a sí mismo y se encuentra con su pasado es tópico en el cine de ciencia ficción desde que lo filmara Kubrick y es precisamente la dirección en que apunta El Astronauta…

Pero además, es la oportunidad de ver a Adam Sandler en algo diferente y no por el hecho de que se trate de un papel dramático, lo que ya no es ninguna sorpresa, sino porque no es habitual verlo en el terreno de la ciencia ficción y menos dando vida a un personaje de tono tan introspectivo: los que había interpretado en Diamantes en Bruto (2019) o en Garra (2022) se caracterizaban por una personalidad bastante más tormentosa e intempestiva. Y no deja de ser extraño que sea Netflix quien más haya explorado el costado dramático de un actor al que el cine, mayormente, encasilló en la comedia obvia e histriónica, cuando no escatológica.

A ello hay que sumar a la británica Carey Mulligan, ganadora de un BAFTA y con tres nominaciones para el Oscar, estando pendiente de entrega el de mejor actriz por Maestro, del cual sabremos este domingo si se hace o no acreedora. Más dos glorias de otros tiempos como Isabella Rossellini y Lena Olin, completando así un cóctel que, en los papeles, pintaba bien. Pintaba…

La Historia

La película cuenta básicamente la historia del comandante checo Jakub Procházka (Adam Sandler), quien es enviado por su país en solitaria misión espacial para investigar una extraña nube púrpura aparecida en las cercanías de Júpiter y a la cual debe llegar para descifrar su enigma antes que los surcoreanos, que han enviado su propia misión con idéntico objetivo.

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El viaje ya lleva seis meses y en la Tierra ha dejado embarazada de ese tiempo a su esposa Lenka (Carey Mulligan), quien tiene pensado dejarlo pero la directora del proyecto (Isabella Rossellini) se niega a transmitirle ese mensaje en el medio de una misión tan importante como la que él está llevando a cabo.

En medio de la soledad del espacio, Jakub comienza a tener visiones que le hacen dudar de su cordura y que alcanzan su momento máximo cuando encuentra en la nave a un gigantesco arácnido que sin embargo, desde el control de Tierra, nadie ve en las cámaras.

La criatura, que en un primer momento lo asusta, termina hablándole con suave voz (la de Paul Dano) para hacerle saber que viene desde el origen de los tiempos (que es hacia donde el centro de la extraña nube conduce), así como también que ha huido de su planeta y viene estudiando a los humanos desde hace mucho, tal la razón por la cual puede hablar sus idiomas.

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Poco a poco se convierte en su confidente y casi terapeuta (tanto que Jakub decide ponerle un nombre y llamarle Hanus), particularmente en cuanto a su relación con Lenka y a las cosas que ha hecho mal en el pasado, todo ello mientras la nave se acerca a la nube y desde la Tierra temen por el resultado final de la misión en la medida en que Jakub parece alienado y obrando por cuenta propia.

Sin Sentido de Ironía

Insisto en que no he leído el libro, pero me despertó interés luego de ver la película y ahora me gustaría hacerlo. Porque, según me entero, el mismo tiene una carga de ironía, humor y absurdo que aquí no se ve. De hecho, la idea de un astronauta enviado al espacio por la República Checa es parte del absurdo casi surrealista que la novela propone, mientras que en el filme, ausente cualquier tono de broma, se la pretende justificar y subsumir dentro del Programa Espacial Europeo.

Si se hubiera elegido el camino de la ironía, las cosas podrían haber ido mucho mejor, pero se eligió uno tan depresivo y existencial que imágenes como el abrazo entre Jakub y la criatura terminan más en la cursilería que en el absurdo que podría haber generado risa. No hay nada en la película que nos haga pensar que la cosa no va en serio y entonces no nos queda otra que tomarla en serio…

También me entero que hay en el libro una carga política más concreta, mientras que aquí hay apenas retazos en forma de recuerdos que nos muestran algo de la Revolución de Terciopelo y nos ponen al tanto de que el padre de Jakub fue acusado de colaborar con el régimen comunista tras la caída del mismo. Se me ocurre algún paralelismo con Yuri Gagarin, cuya idoneidad como cosmonauta fue cuestionada por haber su familia permanecido en la zona ocupada por los alemanes durante la invasión a la Unión Soviética, pero nada en la película justifica esos tintes políticos que parecen más bien traídos por los pelos o pinceladas al descuido.

La Soledad de Adam Sandler

El centro de la trama es el conflicto personal y existencial de Jakub, para el cual Hanus opera de algún modo como crisol a través del cual ve su propia vida y reflexiona sobre ella para entender en qué se ha equivocado, sobre todo en cuanto a su relación con Lenka. A propósito: no tengo idea de cómo verán las arañas, pero aquí se echa mano del poco original recurso del lente curvado en forma de “ojo de pez”.

Hay una correlación directa entre la soledad del espacio y la del propio Jakub en su vida personal como producto de sus mismas acciones. La lección que Jakub aprende de esa criatura alienígena es de lo más obvia: que no le dio a la relación con Lenka el lugar que merecía y le gustaría, por lo tanto, volver al punto de partida en que todo comenzó a ir mal. Una clara analogía con el “origen de los tiempos” que, al decir de Hanus, se halla en el corazón mismo de la nube púrpura.

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Pero es un mensaje tan sobreexplicado y reiterado que acaba en una moraleja cursi que no se condice con el tono trascendente que, al menos desde la forma y la estética, el filme pareciera pretender asumir. La película, como hemos dicho, tiene algo de 2001, algo de Solaris y algo de Interstellar, pero mezclar obras maestras en un tubo de ensayo no da necesariamente como resultado otra.

Y es increíble que el responsable de un rumbo tan poco claro sea el mismo director que tuviera a su cargo Chernobyl, como también algunos de los mejores episodios de Vikingos, Breaking Bad o The Walking Dead: habrá que concluir que quizás el formato de largometraje no le siente tan bien como el de serie o miniserie (no vi Downloading Nancy,única película que dirigió antes que esta, pero de la cual sé que no tuvo buenas críticas).

El trabajo de Adam Sandler es sin duda y con diferencia lo mejor de la película. Si le faltaba un papel para demostrar a sus detractores que puede hacerlo absolutamente todo era este. Pero lamentablemente el guion de Colby Day lo deja tan solo como a su personaje en el espacio (de hecho, hasta me queda la duda de si la criatura existía realmente o era producto de su imaginación).

Y la presencia de una actriz de los quilates de Carey Mulligan queda totalmente desaprovechada por lo poco trabajado de su personaje, del cual nunca llegamos a comprender el origen puntual de sus sentimientos hacia Jakub más allá del mero lugar común de esposa olvidada y mal atendida.

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Y otro tanto puede decirse de Isabella Rossellini y Lena Olin, cuya presencia no pasa de ser mero dato: una verdera lástima y un desperdicio…

Balance Final

La sensación que deja El Astronauta es la de perseguir algo que no logra. Difícilmente pueda dejar muy satisfecho al público de una ciencia ficción más pasatista por su tono pretendidamente trascendente y tampoco creo que haga felices a los buscadores de cine de autor por lo sobreexplicado del guion y cursi del mensaje. Figurar en el Festival de Berlín no hace necesariamente profunda a una película…

Quedan para destacar una buena fotografía (Jakob Ihre, también responsable de la de Chernobyl), unos efectos visuales bastante decentes y, por sobre todo, una actuación descomunal de un inmenso Adam Sandler, sin dejar de mencionar las ganas que me entraron de leer el libro para comprobar si, como sospecho, es muy superior a esto que nos han mostrado.

Hasta la próxima y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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