Se estrena en España la segunda parte de la saga de Los Tres Mosqueteros, dirigida por Martin Bourboulon. En esta entrega, D´Artagnan se verá obligado a unir fuerzas con Milady para salvar a su amada Constance, quien fue secuestrada ante sus ojos. Pero cuando se declara la guerra, los cuatro mosqueteros volverán a empuñar sus espadas y unir su destino al de su amada Francia.
Primero que nada una advertencia, sino te gustó Los Tres Mosqueteros: D´Artagnan esta segunda parte no mejorará tu percepción. Sigue siendo un film más que aceptable, que tiene algunos momentos bastante entretenidos, pero sigue adoleciendo de una desconexión con la aventura pura, que hace que el espectador no termine de engancharse a la historia. Quizás sea porque no persigue, o no consigue, definirse entre ser un drama histórico o una película de aventuras. No consigue aportar frescura a la trama de esta segunda parte, y eso nos deja con la sensación de visitar un jardín deshabitado por el que sientes indiferencia.
Este intento de renovar el género basado en grandes clásicos literarios, se queda en tierra de nadie, al tratar de trasladar el texto de la manera más fiel posible, el de la novela de Los Tres Mosqueteros de Alexandre Dumas. Se nota el esfuerzo de los guionistas por mantener los puntos principales de la novela, adaptándolo a un lenguaje más cinematográfico. Pero se deja en el camino lo que hace grande a esta historia, la emoción y el sentido de la aventura.
En esta segunda parte se le dará más presencia a Milady de Winter, interpretada por Eva Green. Todo un acierto, porque la actriz logra comunicar la hipnótica presencia que desprende la dualidad de su personaje. Con la mirada es capaz de transmitir ambición y traición, sensualidad y peligro, que la hacen elevarse sobre el resto de intérpretes.
El joven D’Artagnan esta correcto, pero esperaba un poco más de carisma. Se reduce la importancia del resto de los mosqueteros, Athos y Porthos. No ayuda que algunas de sus líneas de diálogo se inclinen hacia la comedia bufonesca. Finalmente Aramis, al igual que Constance, quedan un poco desplazados y olvidados. Algo que adquiere un cariz preocupante con el papel del Cardenal que queda deslucido totalmente.
Sus escenas de acción mejoran con respecto a la primera película de los Tres Mosqueteros, tanto en las acrobacias en general como el encuadre de las escenas. Aunque son pocas, se disfrutan. Desprenden la energía necesaria que las secuencias requieren. Destaca la batalla de La Rochelle, que a pesar de no ser extensa, si es de esos pocos momentos en los que logra sentirse la espectacularidad que se le presupone a una película épica.
Algo en lo que sí destaca, es en su diseño de vestuario, que es magnífico. Así como las escenas rodadas en parajes naturales que hacen lucir los Castillos, salones versallescos y las ciudades. Una ambientación bien elaborada y cuidada con detalle, con el que se consigue un mayor realismo, por ejemplo, como los rostros sucios o el deterioro de la ropa. La fotografía sigue utilizando los tonos ocres de la primera parte, en los que se realza la oscuridad y penumbra de esos tiempos convulsos de la época.
Esta película de los Tres Mosqueteros falla en la creación de su atmósfera política, con situaciones que terminan por confundir al espectador. Pero eso no priva al film de tener pasajes entretenidos, con algunos chispazos de aventuras que la hacen ligera y accesible.
En resumidas cuentas, Los Tres Mosqueteros: Milady tiene los mismos hallazgos y limitaciones que la primera entrega. Disfruta de una buena factura técnica. Correctas pero no intensas escenas de lucha cuerpo a cuerpo. Una intensidad que sí consigue en la batalla o el duelo final, que da que pensar si se le hubiera aplicado esa energía al resto de la historia. Una Milady seductora, intrigante y perversa, que manipula la película a su antojo. No es una película que destaque por su afán de aventura o de expresar emociones heroicas, sino de contar la historia a través de los momentos en los que se exponen las confabulaciones y las tácticas políticas y militares.
El resultado es un film más que aceptable, por momentos bastante entretenido, con sus buenas, aunque escasas escenas de acción. Una película de bella factura, que no consigue ser demasiado renovadora dentro del género aventurero o de dramas históricos, basados en grandes clásicos literarios. En este caso una de las novelas más grandes que ha dado la literatura, Los Tres Mosqueteros.