Hoy en día, es difícil encontrar a alguien que no conozca al presidente de Estados Unidos Donald Trump. Se trata de una de las figuras políticas más polémicas de los últimos tiempos, que pronto se enfrentará a las elecciones de mitad de mandato, en las que los resultados de la votación para renovar la Cámara de Representantes determinarán el respaldo que tiene del pueblo estadounidense. Hoy le vemos en reuniones con altos mandatarios, dando ruedas de prensa… pero la concepción que el americano medio tenía de Donald Trump en los años ochenta era muy diferente.
Durante esta década, Nueva York empezó a ser conocida como la glamurosa ciudad en la que todos pensamos, dejando atrás un pasado muy reciente de elevada delincuencia e inseguridad. En plena era Reagan, esto propició la creación de un clima de competitividad empresarial, esnobismo y exaltación de una meritocracia más que dudosa. Donald Trump fue uno de los iconos de esta tendencia: exitoso, con una torre bien alta en la Quinta Avenida y autor del bestseller El arte del negocio… no es de extrañar que esta figura excéntrica triunfara en ese entorno.
Muchos creadores, que ni siquiera soñaban con que llegaría a ser presidente, se inspiraron en Trump para crear a sus propios personajes. Y creo que no hará falta decir que no sale muy bien parado…
Regreso al futuro II
Antes de nada, si no has visto esta película, hay spoilers sobre la misma. En cualquier caso, se trata de un clásico del cine de los ochenta, y te recomiendo un visionado… después de la primera, claro.
Tras un viaje de Marty McFly y Doc al futuro en su Delorean volador, se encontraron con un mundo completamente distinto: Biff Tannen, el matón que atormentaba a su padre, se ha convertido en el hombre más rico de su ciudad. No solo la ha convertido en un poblado sin ley, sino que ha demostrado su egolatría al erigir una enorme torre con su cara estampada. Nuestros protagonistas acabarán descubriendo que esto se debe a una estratagema de su yo del futuro, y tendrán que viajar al pasado para remediarlo, pero esto no es lo que nos interesa. Lo realmente relevante es el retrato que hace la película de este despiadado Biff convertido en multimillonario.
Bob Gale, el guionista del filme, lo reconoció en una reciente entrevista: esta versión del antagonista principal de la saga está basada en el magnate. Pone como ejemplo una escena en la que Tannen imita a su propio retrato. Los responsables de la cinta no mostraron a un millonario cualquiera, sino a un empresario pelirrojo y malhablado con su nombre y su rostro en cada rincón de su casa. Pero no todas las versiones de Trump fueron tan negativas, como veremos a continuación.
Gremlins 2
Gremlins fue un inesperado éxito comercial en su momento, por lo que Warner decidió dar luz verde a una continuación. Una regla no escrita de la cinematografía consiste en que las secuelas deben ser más apabullantes que la película original. El ejemplo quintaesencial es la multitudinaria Aliens frente al terror más sutil de Alien. Al traer de vuelta al mogwai Gizmo y a los malvados gremlins, no cabía la menor duda: había que cambiar de entorno. Por eso decidieron dar el salto a Nueva York, donde estos duendecillos llevarían a cabo sus travesuras. A Joe Dante, el director de esta saga, solo le faltaba una cosa: un buen villano.
Al situar la acción en esta ciudad durante principios de los noventa, un magnate codicioso era la mejor opción. Además, esto permitía el uso de un humor satírico no tan negro como el de su predecesora, pero manteniendo la mala uva que la había caracterizado. Para ello, los responsables de esta cinta decidieron inspirarse en el icono que representaba la Nueva York que querían criticar. Al estrenar la película en cines, los espectadores se encontraron con un ególatra que vendía su propia autobiografía en su edificio. El propio Dante reconoce en quién se basó esta caricatura.
Hasta el nombre del ricachón es parecido: Daniel Clamp. Sin embargo, durante el proceso creativo, se convirtió en un personaje muy distinto, más ingenuo y excéntrico que malvado. Este magnate aparece al principio como un tipo irresponsable, pero acaba contribuyendo a derrotar a los gremlins, y los fans de la cinta lo recuerdan con cariño. Esto se debe en parte a la interpretación de John Glover, también conocido por interpretar al padre de Lex Luthor en la serie Smallville. Y, hablando de Lex Luthor…
Donald Trump, némesis de Superman
Antes de que DC Comics reiniciara su universo con Crisis en Tierras Infinitas, Lex Luthor era un científico loco que había perdido su pelo en un accidente de laboratorio y había culpado al Hombre de Acero de ello. Al tomar las riendas del personaje, el brillante guionista y dibujante John Byrne decidió remodelar a este antagonista por completo: todavía conservaba algo de cabello pelirrojo al comienzo de su etapa, el motivo de su odio hacia Superman no era otro que su propio ego… y este Luthor era un intocable empresario de éxito y una celebridad en Metrópolis.
De nuevo, este villano tenía su propia torre y una empresa con su nombre muy presente: LexCorp, que englobaba una serie de negocios muy diversos, y no todos ellos limpios. John Byrne reconoció haberse inspirado en una serie de multimillonarios del momento, entre los que se encuentra el propio Trump y el magnate de los medios Ted Turner. A lo largo de su andadura en las colecciones Superman y Action Comics, y durante muchos años después de su partida, los responsables del Último Hijo de Krypton tuvieron la audacia de mostrar el logo de LexCorp en restaurantes, en centros comerciales… y hasta llegaron a mencionar a la empresa de videojuegos Lextendo.
Las demás similitudes, muchas de ellas involuntarias, merecen ser mencionadas. Por ejemplo, la cubierta de la novela gráfica Lex Luthor: Biografía no autorizada, está claramente basada en la de El arte del negocio, del propio Trump. Esto no es una coincidencia, pero sí lo fue la historia del año 2000 en la que el archienemigo de Superman se convirtió en presidente de los Estados Unidos. Aunque el parecido físico de Luthor con Trump se había diluido con los años, parece que Los Simpson no son los únicos en predecir el futuro.
Conclusión
Aunque solo se han citado algunos de los ejemplos más explícitos, hay muchas obras de ficción que ofrecen similitudes con el actual presidente de la primera potencia mundial. El propio Donald Trump llegó a aparecer como invitado en películas como Zoolander o Solo en casa 2, además de tener su propio programa de televisión El aprendiz. Aunque nos parezca extraño desde una perspectiva europea, figuras como la de este magnate están enquistadas en la cultura de Estados Unidos. Era cuestión de tiempo que uno de ellos llegara a la Casa Blanca.