Desde Chile llega esta película nominada por la Academia a mejor documental 2021 en el cual se explora a fondo la vejez, tanto los problemas como la belleza de esta. Todo con un enfoque cómico y tierno a su vez.
Escrito y dirigido por Maite Alberdi (Yo no soy de aquí 16, Los niños 19); recientemente estrenado en Netflix latam El agente topo nos presenta a Rómulo, un detective privado al cual se le ha asignado descubrir si la madre de su clienta es maltratada en el asilo de ancianos donde vive. Para dicha tarea Rómulo debe contratar a un anciano el cual se infiltrará en dicho asilo y le informará sobre las instalaciones, el trato y la calidad de vida de los abuelitos que viven ahí.
De entre varios candidatos los cuales deben tener más de 80 años se elige a Sergio, un hombre que ha enviudado recientemente y que aún es autosuficiente, Sergio debe dar informes por teléfono móvil, tomar fotos e incluso grabar algunas situaciones con cámaras espía. Su estrategia para hallar a su objetivo es conversar con el mayor número personas posible.
Al llegar al asilo se ve una diferencia entre Sergio y los residentes del asilo, algunos de ellos sufren de perdida de memoria, demencia ligera, otros no pueden caminar y hay casos extremos como dos abuelitas que no pueden ni hablar ni moverse. Dichas escenas la directora las presenta con sumo respeto, no se aprovecha de ellas para generar o manipular sentimientos.
Sergio encuentra a su objetivo pero resulta ser una persona poco sociable, inclusive pareciera que le molestara que le hablen, por lo que nuestro protagonista se enfoca a veces en otras personas o situaciones antes que seguir a su objetivo. Su estancia es de tres meses aproximadamente, tres meses que en ocasiones le parecieron muy largos.
El retrato de la vejez
El retrato de la vejez se explora en las diferentes conversaciones e interacciones entre Sergio y las demás residentes grabadas en su mayoría con planos fijos, planos que poco a poco son más dolorosos y hermosos a la vez. Al no tratarse de ficción dichas interacciones entre las personas cuentan con una carga emocional mayor y aunque sí exista un guion creo en que el señor Sergio en algunas ocasiones abandonaba su papel e interactuaba de forma improvisada.
La vejez se vuelve alegre, como la señora que encuentra en Sergio un interés amoroso demostrando que aún a una avanzada edad podemos enamorarnos otra vez. Se vuelve tierna con la relación del protagonista y otra señora la cual nunca lo recuerda ya que pierde la memoria fácilmente. Una anciana que siempre echa de menos a sus hijos y no por haber olvidado sus visitas, sino por que en realidad no ha tenido visita alguna en un año. Sergio le pide a Rómulo fotos de la familia de la señora para mostrárselas y que ella pueda recordarlos. Se vuelve interesante al conocer a una señora única, que compone refranes poéticos a su manera.
Sergio también forma una amistad genuina con otras dos tiernas ancianas: una tiene una fijación tremenda con salir a la calle pero no la dejan debido a que se ha perdido en el pasado. Además, en múltiples ocasiones habla como si su madre estuviese viva, inclusive tiene conversaciones telefónicas con ella para que vaya a verla, ya que nadie va. La otra es una señora de cabellera blanca la cual siempre acompaña a la anterior. Ambas pasan mucho tiempo frente a la reja principal. Nuestros protagonista acaba cogiéndoles un gran aprecio.
El tema central da un giro brillante, puesto que se deja de lado la “operación” y comienza a enfocarse en como estos ancianos (que son tratados bien y residen en instalaciones decentes con muchas actividades y celebraciones) casi no reciben visitas y eso es lo que les duele más. Y aunque jamás mencionan textualmente o con avidez que los visiten se puede sentir una tristeza cuando se llega a tocar el tema, algunos ancianos más que otros.
La vejez también se vuelve desgarradora, como esa escena donde el señor Sergio comienza a llorar ligeramente al escuchar la canción que seguramente le cantaba a su esposa. Todo se torna de tristeza cuando asistimos al funeral la mejor compositora de refranes del asilo, una muerte inesperada que deja un mal sabor de boca al tratarse de una muerte real. Se vuelve incomoda al ver que para calmar a una anciana deben fingir que le habla su madre por teléfono.
Al final el protagonista se pregunta si a la hija por quien Sergio comenzó ese trabajo le importa tanto su madre ¿por qué no va ella a visitarla? ella podría ver perfectamente el estado de su madre en una visita. El trabajo de Sergio está hecho, se despide gentilmente de sus dos amigas y regresa a Santiago y nosotros recordamos a nuestros ancianos preciados, para aprender a atesorarlos un poco más.
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