InicioSeries¿Por qué hay que ver Slow Horses (2022)?

¿Por qué hay que ver Slow Horses (2022)?

Si hay un género que no pasa de moda es el del espionaje. Capaz de darnos películas de acción tan notables como El agente invisible o la saga Misión Imposible. O historias más pausadas como El topo o El espía. Toda trama que tenga que ver con esto de averiguar lo que piensa el vecino tiene su atractivo y, además, se puede enfocar de distintas maneras. Prueba de ello es Slow Horses, serie de Apple TV que ya lleva tres temporadas. En este artículo me centraré en la primera, la puerta de entrada a un universo que no debéis perderos.

Los 21 mejores espías de la historia del cine

Slow Horses (se ha mantenido el término inglés en lugar de la traducción obvia: caballos lentos) es una adaptación de la saga de novelas de espionaje de Mick Herron, protagonizadas por el brazo torpe (como Torrente) del MI5, el archiconocido servicio secreto británico. Mientras los grandes espías como James Bond acuden a las grandes oficinas centrales de Regent´s Park, estos trabajan en un cuchitril. No se dedican a grandes operaciones, sino a saquear la basura o seguir a personajes que forman parte de operaciones sin ningún tipo de enjundia. En este equipo de Slow Horses, de caballos lentos, se encuentran los castigados. Espías del MI5 que, por uno u otro motivo, acabaron pifiándola o sin entenderse con sus superiores y fueron desterrados a dicho cuchitril, la Ciénaga.

El jefe de estos Slow Horses es Jackson Lamb, un veterano espía cutre hasta decir basta, cascarrabias y harto de todo que no para de machacar a sus compañeros de equipo. La llegada de River Cartwright, un proyecto de superespía que cometió una torpeza y ha terminado destinado en la Ciénaga, trastocará al equipo, involucrándolo en una trama que mezcla a la ultraderecha y a un cómico de origen árabe.

Dirige todos los capítulos James Hawes, que acaba de estrenar la nueva película de Anthony Hopkins, Los niños de Winton, pero que es todo un veterano de la televisión británica. O lo que es lo mismo, de la mejor ficción televisiva. Doctor Who, Black Mirror y un largo etcétera.

1

Lo que más llama a la atención de Slow Horses es su tono. Puede que sea un thriller de espionaje de los de la vieja escuela, repleto de frases lapidarias y giros de guión, pero lo que convierte a la serie es un producto distinto es su peculiar tono cómico.

Slow Horses es una serie a la medida de su personaje protagonista, Jackson Lamb. O lo que es lo mismo, Gary Oldman. Uno de los mejores actores vivos, que ya nos regaló a uno de los mejores espías de la historia del cine con su George Smiley de El topo. Si algo tienen en común Smiley y Lamb, más allá de ser espías de ficción literaria, es la edad, asociada a esa madurez tan cinematográfica que se ve acompañada de las decepciones laborales y vitales. Viven sabiendo que los finales felices no existen. La principal diferencia entre ambos es que, mientras Smiley se defiende con método y rigidez, Lamb enarbola el cinismo.

A Lamb lo veremos con sus calcetines llenos de agujeros, tirándose pedos en un despacho hecho un auténtico desastre y soltando barbaridades porque, al final, la única manera que tiene de enfrentarse a un mundo cruel es siendo cruel con el mundo.

3 3

Pero, por otro lado, Lamb es un superespía. Además, de los de antes. No maneja la informática, sino el contacto personal. No sabemos qué le llevo a ser el jefe de los torpes, pero parece convencido de que su vida útil acabó hace muchos años.

Esa dualidad de Lamb es la que caracteriza al tono de la serie. Y qué mejor actor que Gary Oldman, en su primer papel televisivo, para sujetar Slow Horses. Ya os digo que es una de sus mejores interpretaciones. Y hablamos de George Smiley, Drácula, James Gordon o Winston Churchill.

A Oldman se le une un reparto repleto de elegancia británica. Tenemos a Kristin Scott Thomas (Misión Imposible), a Olivia Cooke (La casa del dragón), Jack Lowden (Dunkerque) o Jonathan Pryce (Juego de tronos), entre otros.

Si hasta la intro musical tiene clase, siendo la última canción (hasta ahora) cantada por el mismísimo Mick Jagger.

En definitiva, Slow Horses es una serie, como tantas otras de Apple TV, a la que merece la pena acercarse. Combina con elegancia el humor negro más burdo con el thriller de espionaje de toda la vida. Y cuenta con uno de los mejores papeles de Gary Oldman. ¿Alguien da más?

¡Un saludo y sed felices!

¡Nos leemos en Las cosas que nos hacen felices!

Fernando Vílchez
Fernando Vílchez
Comecocos. Intento aprender como si viviera para siempre y vivir como si hoy fuera mi último día...con las cosas que me hacen feliz.
ARTICULOS RELACIONADOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimos artículos

Comentarios recientes

Si hay un género que no pasa de moda es el del espionaje. Capaz de darnos películas de acción tan notables como El agente invisible o la saga Misión Imposible. O historias más pausadas como El topo o El espía. Toda trama que tenga...¿Por qué hay que ver Slow Horses (2022)?