Bienvenidos a la segunda parte de esta serie de artículos dedicados a las distintas distopías que el mundo del entretenimiento nos ha permitido conocer. Como ya dije anteriormente en la primera parte, voy a intentar analizar aquellos futuros distópicos que han marcado un antes y un después en el mundo de la literatura (y más tarde, algunos, en el mundo del cine y la televisión) por lo tanto tocaría hablar de autores de la talla de Margaret Atwood y de Ray Bradbury. Por si os lo perdisteis, aquí os dejo el enlace a la primera parte:
·Futuros distópicos, el arte de la crítica social (I)
Sin más dilación, empezamos.
Margaret Atwood
Margaret Eleanor Atwood, escritora de origen canadiense, es mayormente conocida por su exitosa novela distópica (y la que nos atañe) El cuento de la criada, pero dentro de su dilatada carrera como novelista encontramos otros éxitos literarios como: Ojo de gato, El asesino ciego, Oryx y Crake y otras tantas más que la convierten en una de las escritoras canadienses más prolíficas de su historia. Aparte de su carrera como novelista, también ha probado suerte como guionista, tanto de cine y televisión como de teatro, como poetisa y como ensayista, destacando también por su labor humanitaria, su incansable actividad política y su preocupación por el estado natural de las aves. Todo un tesoro nacional que ha recibido numerosos premios (entre los que destaca el premio Príncipe de Asturias a las Letras) en reconocimiento de su maravillosa labor literaria.
El cuento de la criada
Foto promocional de la multipremiada adaptación televisiva producida por Hulu
Publicada en 1985, la novela nos traslada a un mundo distópico donde las mujeres han perdido todos sus derechos, quedando reducida su importancia dentro de la sociedad hasta límites extremos, viéndose convertida en un mero instrumento para procrear. El puritanismo triunfante erige desde las ruinas de la antaño tierra de las oportunidades una nueva nación, Gilead, en ella, el hombre guarda para si todos los privilegios e instaura un régimen teocrático, uno que hubiera hecho las delicias de aquellos cansados Peregrinos del Mayflower.
La novela nos introduce en un asfixiante universo en el que la protagonista, una criada llamada Defred, nos narra con pelos y señales todos los detalles que hacen de la misma un relato cruento y tenebroso del que no te podrás separar. La toma del control por parte de estos Comandantes (así llamada la élite política que gobierna el distópico mundo tejido por la autora canadiense), llevará a la sociedad a un estado totalmente estático, los diferentes elementos que la forman están condenados por nacimiento a interpretar el papel que se les exige (como podéis comprobar, la jerarquía y la asfixia social son elementos comunes en esto de las distopías) y todo aquel elemento subversivo dentro de la misma es eliminado con inmediatez. El mayor enemigo del autoritarismo es la libertad de pensamiento, el poder pensar en otro color distinto al que se nos impone por la fuerza.
De lo mejor dentro de su género y una novela que no os podéis perder, mereciéndose un puesto de honor en vuestra biblioteca de ficción. En este sacrosanto blog ya le dedicamos unas palabras en profundidad, te invito a leer el artículo de mi compañera Kitayu:
Crítica de la novela El cuento de la criada
Adaptaciones en otros medios
A pesar de que existe una adaptación anterior a la que estrenó Hulu en 2017, vamos a centrar la mayor parte de esta parte a presentar y a analizar brevemente la laureada adaptación televisiva aunque le dedicaré unas brevísimas palabras a la telenovelesca adaptación cinematográfica.
El cuento de la doncella (1990) (también bautizada con el innecesario nombre de Entre la furia y el éxtasis) es una producción alemana protagonizada por Natasha Richardson, Faye Dunaway y el gran Robert Duvall entre otros, contando tras las cámaras con el prolífico director Volker Schlöndorff, lamentablemente esta adaptación no se encuentra entre las mejores de su filmografía. La novela ha demostrado encontrarse más cómoda siendo adaptada en el terreno televisivo, siempre más flexible, que siendo llevada a la pantalla grande, siendo esta adaptación insuficiente en todos los sentidos.
La producción de Hulu (y distribuida en España por HBO) sale mucho mejor parada y consigue posicionarse como la mejor adaptación de la novela hasta ahora, dejando una primera temporada para el recuerdo que le ha valido para conseguir una segunda temporada de próximo estreno. La serie, con ritmo pausado y atrapante que recuerda por momentos lo conseguido por Alfonso Cuarón en Hijos de los hombres, nos narra lo que ya encontramos en la novela (aunque con diferencias y licencias) pero añadiéndole a la producción personalidad propia. Digno de aplauso es el magnífico trabajo que realiza Elisabeth Moss como June Osborne que le valió para ganar un Globo de Oro a la mejor actriz principal en una serie de televisión.
Si queréis saber que nos pareció esta producción televisiva te invito a leer el artículo que le dedicó mi compañero Fernando:
El cuento de la criada: crónica de una rebelión silenciosa
Ray Bradbury
Ray Douglas Bradbury (1920-2012) era un autor de origen estadounidense conocido principalmente por dos obras en concreto: Crónicas marcianas y Fahrenheit 451 (a pesar de que tiene otras obras bastante conocidas como La feria de las tinieblas), destacando la segunda por su carácter distópico y, por supuesto, debido a su condición como novela del género que nos atañe, es a la que le dedicaré un espacio en este artículo. La forma de narrar de Bradbury era algo totalmente novedoso, tanto dentro del mundo de la fantasía literaria como de la ciencia-ficción, lo que lo llevó a ganar numerosas distinciones por sus distintos trabajos, destacando por su estilo poético y por su inclinación por el género fantástico.
Como este artículo va de futuros distópicos en el mundo de la literatura no vamos a entrar en profundidad en su dilatada bibliografía (que merecerlo, lo merece) así que vamos a pasar a conocer una de sus obras emblema: Fahrenheit 451.
Fahrenheit 451
Imaginaos una sociedad en la que la lectura esté prohibida, la posesión de libros sea uno de los mayores delitos que pueda cometer una persona y la quema de libros sea algo totalmente rutinario, pues este es el escenario que nos presenta el bueno de Bradbury en su novela Fahrenheit 451. ¿Leer? Eso cultiva el alma, alimenta la mente, la llena de ideas peligrosas que pueden llenar de inseguridad y malestar a la persona que las recibe, los puede llevar a conocer otras realidades y hacerlos críticos con la que le han impuesto. Leer es de personas asociales, inconformistas y de infelices, la solución que nos propone la sociedad en la que vive Guy Montag (protagonista de la novela) es quemar todos esos libros para que no hagan más daño a las pobres mentes indefensas. La novela lo tiene todo para ser considerada distópica, medidas extremas, futuro incierto, control de masas, imposición de medidas sociales y un asfixiante control de la población, entre otras cosas. Por suerte, elementos de la sociedad se opondrán a seguir siguiendo ordenes como borregos y se convertirán en firmes defensores de la libertad. Una novela imperdible que desearás no quemar nunca.
Lamentablemente, parece que el mundo construido por Bradbury se está acercando (no se queman libros, solo se secuestran) y la lectura ha dejado de ser algo importante aunque era lógico que la motivación que tuvo en su momento el autor para escribir la novela ha evolucionado, ya no solo tenemos la televisión, tenemos Internet (con lo que ello conlleva) y otros medios de entretenimiento que han ido desplazando en importancia a la palabra impresa. Ya no se lee tanto como antes y eso se nota. Todavía lejos de la sociedad que nos presenta Bradbury pero acercándonos a una parecida en su planteamiento, no se queman libros, se pierde el interés por ellos.
Adaptaciones en otros medios
https://www.youtube.com/watch?v=hxmmZIcg6xg
Como es lógico, y gracias a la acogida que tuvo en su momento la novela, la historia se trasladó al mundo del celuloide en 1966 de la mano de uno de los mejores directores franceses que el mundo ha conocido, François Truffaut. Con esta adaptación, la novela encontró un estupendo complemento y otra forma de llevar a las masas la grandeza de la misma. Truffaut con su destacada puesta en escena nos presenta fuera del papel la sociedad que ya habíamos conocido dentro del mismo, lo encorsetado de la sociedad se hace aún más presente y lo irónico de la situación atrapa al espectador. Un cuerpo de bomberos que en lugar de apagar incendios, los provoca. También es destacable el trabajo de los dos protagonistas, Oskar Werner y Julie Christie, que llevan el peso del relato con bastante soltura. Una película recomendable y que, a pesar de sus años y una estética que ha envejecido algo mal, está aún de actualidad, su argumento todavía está poderosamente presente en nuestra sociedad actual. ¿Leer un libro? Prefiero esperarme a la película.
Afortunadamente, la HBO va a intentar acercar a las nuevas generaciones esta historia y en mayo de este mismo año podremos comprobar si la nueva producción de la cadena está a la altura de las expectativas. Arriba os he dejado su tráiler más actual, disfrutadlo.
Y hasta aquí ha llegado el repaso a estas dos obras cumbres dentro del subgénero distópico y que, sin duda, merecen ser leídas al menos una vez en la vida. Nos vemos en la próxima, que seáis muy felices.