Netflix ha estrenado Hechos polvo (Obliterated en el original), serie creada por Josh Heald, Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg (responsables de Cobra Kai) y protagonizada (entre otros) por C. Thomas Howell, Shelley Henning y Nick Zano. La crítica especializada la ha puesto a caldo por grosera, sexista y poco graciosa pero yo es que soy poco tiquismiquis para estas cosas y me lo he pasado bomba con ella. Al lío.
24 + Resacón en Las Vegas = Hechos polvo
Si, resulta muy evidente. Hechos polvo narra las locuras de un equipo de élite que neutralizan una bomba nuclear en Las Vegas. O eso creen ellos porque resulta que era un señuelo y tienen tan sólo unas horas para encontrar la auténtica bomba. El problema es que ya lo estaban celebrando y se han puesto de alcohol y drogas hasta las cejas, con lo que ya no aciertan una.
Y si, lo que dicen de ella es cierto. Hechos polvo se pasa de frenada. No es una serie que puedan ver los más pequeños. Está plagada de personajes desquiciados, drogadictos, alcohólicos, mal hablados y totalmente salidos. Desnudos integrales, sexo y apología de las drogas están a la orden del día en cada capítulo.
La serie intenta compensar esa parte gamberra con una historia algo en la línea de 24, serie a la que incluso calca en su estructura. En cada capítulo aparece una pequeña misión (encontrar a un malo, sobrevivir a un helicóptero estrellado,…) que lleva a la misión principal, encontrar y desactivar la bomba.
El problema es que al final la historia de la bomba es lo de menos porque el desmadre se superpone a la parte de acción. O no porque Hechos polvo no es una serie que te puedas tomar muy en serio. Es puro divertimento, una serie para reírse ante tanto disparate; una serie incluso para excitarse con alguna escena, donde casi todo el reparto firmó para mostrar casi toda su anatomía.
Hay que reírse más
En cuanto a su apartado técnico, Hechos polvo luce bastante bien, con una producción donde se nota que Netflix ha confiado en quienes nos obsequiaron con Cobra Kai y les ha soltado los dólares que necesitaban.
En su reparto no encontramos nombres muy conocidos, a excepción de Nick Zano (Legends of Tomorrow) y C. Thomas Howell. El personaje de Zano no deja de ser una parodia de los héroes ochenteros que nos fascinaban de pequeños e incluso de nosotros mismos, de quienes en un momento u otro idolatramos a Rambo y no entendimos en su momento de qué iba Born in the U.S.A.
Por su parte, C. Thomas Howell cuenta con el personaje más disparatado de todos, el experto en explosivos Hagerty. Aunque se pasa los primeros episodios de la serie durmiendo la mona por el cóctel de alcohol y drogas que toma en el primer episodio, cuando despierta centra la mayor parte de los excesos.
Llama la atención la cantidad de críticas negativas que ha recibido Hechos polvo y creo que su aceptación o no dice mucho de quién la ve. Yo no la pondría a mis hijos pero si me llega a pillar de adolescente, seguro que me habría encantado mucho más. Si te la tomas en serio, no hay por donde pillarla pero si te la tomas a broma, para reírte con la acumulación de excesos e incluso como parodia del género, Hechos polvo es una de las series del año.
En un panorama donde parece que cada serie tiene que triunfar ofreciendo al espectador dosis de calidad estratosféricas, de esas que te tienen que cambiar la vida en cada visionado, Hechos polvo aparece como la serie más refrescante, desvergonzada, irreverente y gamberra en lo que va de año. Salvando las distancias, la versión televisiva de las gamberradas de Deadpool. No os la perdáis y repito: no la pongáis delante de vuestros hijos pequeños. O si. Un saludo, sed felices.