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Crítica de Priscilla (2023), extraña representación de un matrimonio terrorífico

Tras años sin una película que abordara la figura de Elvis Presley (lejos queda aquel biopic setentero, la primera colaboración entre John Carpenter y Kurt Russell), en 2022 tuvimos la enorme Elvis, biografía que muestra al artista en toda su grandeza. Sin embargo, a finales de 2023 apareció una película bien distinta que, sin tener al mítico cantante como protagonista, aborda su figura de forma más negativa. Me refiero a Priscilla, la nueva película de Sofia Coppola sobre la mujer de Elvis.

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Basada en la autobiografía de Priscilla Presley, la película se centra en su relación con Elvis, al que conoció cuando ella era menor y tuvieron que esperar para casarse, hasta 1973, año en el que se divorció tras años de maltrato.

Dirige Sofia Coppola, hijísima del mítico Francis Ford Coppola. Parecía destinada a ser la digna heredera de su padre tras un debut deslumbrante con Las vírgenes suicidas y su consagración con Lost in traslation. Sin embargo, sus películas posteriores han carecido de interés. Eso sí, su nombre sigue teniendo un peso y sus proyectos suelen tener expectación. Además, Priscilla obtuvo el premio a mejor actriz en el festival de Venecia para su protagonista, Cailee Spaney (a la que disfrutamos en Mare of Easttown, la gran serie policiaca de HBO con Kate Winslet). Por todo ello, Priscilla era una película de la que esperaba más de lo que Sofia Coppola nos da, aunque tiene detalles interesantes.

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La película se centra exclusivamente en la relación entre Priscilla y Elvis, marcada por la fascinación hacia el mito del cantante y la desigualdad entre ambos (hombre-mujer, famoso-desconocida, libertad-sumisión, presencia absoluta-anulación…). La protagonista absoluta es ella, siendo Elvis un personaje ya no solo secundario, sino observado totalmente desde los ojos de su pareja. El actor, Jacob Elordi (Euphoria, Saltburn), compone a un personaje impredecible, misterioso, sin rastro del atractivo ni el carisma que se podía ver en Elvis. En la película aparece consumido por las pastillas, decepcionado con su imagen popular, poniéndole continuamente los cuernos a su pareja y siempre acompañado de sus amigos, a los cuales exhibe a Priscilla como si fuera un trofeo.

Este punto de vista tan centrado en Priscilla desdibuja totalmente al resto de personajes. Los padres de ella y la familia de él apenas aparecen y sus acciones no importan. Pero es que la película en sí es muy repetitiva, situando la mayor parte de la acción en la habitación. El hecho de que los personajes sean tan misteriosos podría ser un plus, pero es una contra. Elvis parece una esfinge, pero su rol es tan maníqueo, sin un rastro de ambivalencia que nos pueda generar atracción, que te saca de la película. Priscilla es una trama hecha para emocionar que no lo consigue.

De hecho, su mayor mérito es que, consciente o inconscientemente, deja más una sensación de extrañeza que de emoción. Priscilla parece más una película de terror atonal que un melodrama. El comportamiento de los personajes refuerza la sensación de encierro de la única persona realmente genuina en toda la película. Es como una pesadilla revivida una y otra vez hasta que, finalmente, Priscilla adquiere conciencia de lo que quiere hacer en su vida y se emancipa.

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A nivel técnico no hay nada que reprochar. Aunque tal vez sea demasiado oscura, creo que es un propósito de Sofia Coppola que se refuerza al final. Hay momentos en los que Priscilla parece estar en un infierno en el que Elvis es el rey. La música acompaña perfectamente a la película, y eso que no se han usado música de Elvis por la negativa de la familia (nadie sale bien parado en esta película).

En definitiva, Priscilla es una película extraña. Fallida, quiero pensar que Sofia Coppola intentó convertir en una fría película de terror lo que iba para un melodrama de sobremesa. Y no termina de conseguir ni lo uno ni lo otro. Sin embargo, en ese estar entre dos aguas acaba por dejar poso. Priscilla es una película que no se olvida, y eso es algo que no se puede decir de la mayoría de las producciones que vemos en el cine.

¡Un saludo y sed felices!

¡Nos leemos en Las cosas que nos hacen felices!

Fernando Vílchez
Fernando Vílchez
Comecocos. Intento aprender como si viviera para siempre y vivir como si hoy fuera mi último día...con las cosas que me hacen feliz.
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