InicioAnime / MangaReseña de Black Jack 5. Más aventuras de nuestro médico favorito.

Reseña de Black Jack 5. Más aventuras de nuestro médico favorito.

Introducción

Te saludo en una nueva reseña, la quinta ya, del quinto tomo de Black Jack. Colección enmarcada en el proyecto de Planeta Cómic conocido como Biblioteca Tezuka, dedicado a publicar en España las obras más destacadas de Osamu Tezuka, autor japonés de referencia, apodado en su país como el dios del Manga por su decisiva contribución artística que sentó las bases de lo que hoy es el cómic japonés. En concreto Black Jack es una de las obras más personales de este autor en tanto que su protagonista ejerce la medicina, profesión que él estudió. De manera que vuelca sus conocimientos en la medicina y en la situación de la profesión en la época de la obra, para crear sus historias.

Historias que mantienen la extensión vista en tomos anteriores. A saber, las 27 historias que componen este tomo son autoconclusivas, de alrededor de 12 páginas, en las que Tezuka aprovecha la situación en la que opera, nunca mejor dicho, Black Jack, para denunciar la situación en la que se encontraba la medicina del momento, así como todo tipo de lacras sociales. Recordemos que Black Jack es un médico que opera sin licencia por sumas astronómicas de dinero, situación que, unido a su apariencia poco agraciada y carácter huraño, crea antipatía en un primer momento al lector, como estrategia para meternos en la historia y ver tanto la hipocresía como la corrupción del entorno en el que se mueve. Entorno que va más allá de Japón. El prestigio del que goza Black Jack, por su destreza con el bisturí, le ha dado una fama mundial. Razón por la que viaja por todo el mundo para ofrecer sus servicios cuando son requeridos.

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Valoración de Black Jack 5

Tezuka continúa, en estos episodios, haciendo gala del estilo que he comentado en la introducción. Así que los entusiastas del mismo no quedarán defraudados. Si bien hay que destacar que en este tomo ya no encontramos historias particulares en las que se profundice tanto en el pasado de Black Jack sino que, a través de la forma de reaccionar ante las situaciones en las que se encuentra, vamos conociendo, cada vez más y mejor, a nuestro querido doctor. Si bien no deja de añadir detalles de su vida pasada, como en el caso del capítulo Teruteru – Bôzu, donde conocemos a uno de los antiguos compañeros de facultad de Black Jack, quien ayudará a su viuda a salir de una complicada situación resultado de la adicción de su difunto marido a las apuestas en las carreras de caballos. Título, por cierto, que alude a un muñeco del mismo nombre, fabricado con un pañuelo y un cordel, que se solía colgar en las puertas o portales de las casas japonesas para desear que amainara la lluvia o dejara de llover el día siguiente. El que varios de estos muñecos se coloque al final de esta historia en la casa de la familia ayudada por Black Jack en un día lluvioso, bien podría significar que pasará el chaparrón en sentido literal y metafórico.

La única constante de estas aventuras de Black Jack, aparte de la aparición de algún que otro personaje que recuerda al de otros mangas de Tezuka, es la incombustible Pinoko. La cual continua siendo el contrapunto humorístico al serio médico. A la par que cuida su casa e incluso le ayuda en sus operaciones, cuando estas tienen lugar en la misma. El que ella se considere su mujer, mientras que Black Jack la considera como su hija, da lugar a situaciones desternillantes. Aunque no deja de tener algo de trágico, ya que hablamos de un ser que piensa como una mujer adulta pero está atrapada en el cuerpo de una niña. Así que eso da lugar a situaciones frustrantes.

No abandonamos a Pinoko porque en el tomo que nos ocupa tiene lugar un relato que podría considerarse de las pocas continuaciones de una historia previa que tuvo lugar en el primer tomo. En ella Black Jack tiene que extirpar otro quiste teratomatoso similar del que se sirvió en el primer tomo para crear a Pinoko. Pese a que, en esta ocasión, salvar al paciente implica no poder conservar el quiste para repetir lo que hizo con Pinoko, esta no dejará de insistir ante la posibilidad de poder tener un hermano.

Otro personaje que se presenta por primera vez para luego volver a aparecer en este mismo tomo es Biwamaru. Biwamaru es un invidente que presume de curar a la gente más pobre por medio de la acupuntura. El que, además, anime a sus pacientes a que no se operen lo confrontará con Black Jack y de eso se servirá Tezuka para mostrarnos hasta donde es licito usar la medicina tradicional. Asimismo, en el segundo capítulo en el que Biwamaru y Black Jack se encuentran se nos introduce a Hyôjirai, el forjador que pone a punto el instrumental de ambos, que tiene una peculiar visión tanto de la profesión médica como del dinero.

Si hay alguna de las historias de este tomo que quieras comentar, ya sabes, házmelo saber en comentarios. ¡Muchas Gracias! ¡Hasta la siguiente reseña de Black Jack!

Adrián De La Fuente Lucena
Adrián De La Fuente Lucena
Friki del Cómic en particular y de la Cultura Pop en General. Colaborador de Las Cosas que nos hacen felices. Licenciado en Filosofía, Máster en Gestión Cultural y en Filosofía Contemporánea. Diplomatura en desarrollo WordPress, Social Media Manager, Community Manager, Content Manager y Bloguero de una Institución Cultural Universitaria y miembro fundador del blog de Cultura Pop DYNAMIC CULTURE (www.dynamicculture.es). Cursos de S.E.O., Analítica Web, Community Manager y Marketing de Contenidos. Siempre aprendiendo y tratando de encontrar mi lugar en la vida, intentando disfrutar con lo que hago para que merezca la pena.
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