Scott Snyder y Greg Capullo vuelven al lugar del crimen para ofrecernos Dark Nights: Death Metal, la (¿esperada?) continuación de Noches oscuras: Metal. Pero este evento es mucho más que eso. El guionista lleva desde que acabó Noches Oscuras narrando una historia rio que trascurre por muchas colecciones (Liga de la Justicia: Sin Justicia, Liga de la Justicia, El Batman que ríe, Batman/Superman, El Batman que Ríe: Se alza el infierno…).
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Incluso más, ya que Dark Nights: Death Metal también bebe de otras obras como Flashforward y El Reloj del Jucio Final. Queda claro la cuota de poder que Scott Snyder tiene en la editorial, mucho más tras la salida de Dan Didio. Según los rumores, esta marcha cambió los planes que DC tenía de crear unas nuevas versiones de sus personajes más icónicos (Batman, Superman, Wonder Woman…) en el proyecto 5G valiéndose para ello del final de Dark Nights: Death Metal.
Ahora Snyder es la principal cabeza pensante de la editorial (respaldado por las buenas ventas de sus comics). Y el evento que ahora nos ocupa es el punto ¿final?¿aparte? De todas las tramas que hemos leído estos últimos años. Una nueva “crisis” (atentos al chiste al respecto del Batman que ríe y AC / DC).
Para resumir todo el camino hasta aquí hay que saber que Perpetua, la responsable de la creación de nuestro multiverso, ha resultado ser una entidad cósmica alineada en la Condena (el mal, para entendernos mejor) que con el apoyo de Lex Luthor derrotó a la Liga gracias al apoyo de la población de la Tierra (toma metáfora con la situación actual con los Trump, Bolsonaro y demás). Pero Perpetua es seducida por el mensaje del Batman que ríe y da la patada a Luthor para que la expansión del Multiverso Oscuro del Batman jokerizado le sirva medio para alimentarla.
Este es el punto de partida (que viene más o menos explicado y resumido en el propio comic) de Dark Nights: Death Metal #1. Tierra 1 se ha convertido en un planeta arrasado, con una ambientación post-apocalíptica en la que Snyer puede hacer lo que le apetezca. ¿Y qué le apetece? Pues presentarnos al Batman que ríe como el gobernador absoluto del mundo ayudado por una multitud de versiones oscuras de Hombre Murciélago, llegando al paroxismo con un Batman-dinosaurio que es la monda.
El planeta está dividido en varios reinos (que nos presentan con el típico mapa de las novelas de fantasía) como son Megapokolips, comandada por Mister Milagro, Arkham Wastelands, por Harley Quinn y Jeremiah Arkham, Themyscira y Hellscape, una prisión a cargo de Wonder Woman.
En este escenario vemos al villano reuniendo a su Liga de la Justicia, que además de los mencionados incluye a un Aquaman líder de la flota del ejercito oscuro (ayudado o vigilado por un Batman Cthulhu). En esta reunión ataca nuestro Batman blandiendo un arma muy especial: el anillo negro de los Black Lanterns. En este momento conocemos las dos opciones que tienen los héroes. Por un lado, la idea de Batman de luchar como puedan y salvar lo que sea posible en este mundo y por otro, el plan de Wonder Woman: usar al último prisionero que ha llegado a Hellscape y que podría ser la clave para recuperar el estado de cosas tal y como eran antes. Ese prisionero es un personaje muy querido por los aficionados y que ha experimentado un crecimiento de poder enorme.
Este enfrentamiento entre Batman y la Liga del Batman que Ríe se salda sin mayores consecuencias y sólo sirve para presentar el estado de cosas en esta nueva Tierra ya que también podemos ver (muy de refilón) que ha sido de Superman.
Es destacable el que el personaje principal de este cómic sea Wonder Woman. Una buena decisión, sobre todo para aquellos lectores un poco cansados del enorme peso de Batman en el Universo DC. También es de destacar la jugada final de Diana, algo que no se ve venir de primeras y que tiene consecuencias muy importantes de cara al futuro de la serie. Sobre todo, cuando vemos los planes de contingencia que el Batman que Ríe tiene preparados.
Scott Snyder está en su salsa en este evento. Sus series se han caracterizado últimamente por el cuanto más grande y más loco mejor. Y no hay nada más loco que este cómic. Un Batman- dinosaurio, zombis, dragones con la cara del Joker, Diana armada con una motosierra invisible (puestos a forjar un arma nueva, ¿alguien cree que elegiría precisamente una motosierra?). Toda la ambientación de este nuevo escenario parece sacada de una pesadilla metalera mezclada con el Señor de los Anillos. No es algo malo, todo lo contrario. De primeras resulta atractiva (si entras en su juego), lo negativo es que no hay nada de presentación, nos encontramos de sopetón con muchas situaciones y localizaciones que no sabemos de dónde salen ni a que responden. Seguramente, este será el trabajo de los tie-ins que se publicarán próximamente.
Snyder parece más preocupado por pasar a la acción rápidamente y eso puede descolocar un poco, aunque la lectura es muy entretenida. Lo que me preocupa es que con este guionista siempre me pasa lo mismo, me gusta su presentación de ideas, pero al final el desarrollo de las mismas no termina de ser satisfactorio por su afán efectista. Por otro lado, me gustan sus ganas de jugar con todo el Universo DC, no sólo con el rincón de Batman. Incluso que tenga en cuenta otras series que no son suyas, pero cuyas consecuencias van a tener un peso importante en Dark Nights: Death Metal (sobre todo Flashpoint y El Reloj del Juicio Final). Eso hace que este evento se perciba como un punto de inflexión para todo el Universo DC.
Ya hemos hablado de la historia y de la labor de Snyder y ahora toca detenerse en la parte gráfica. Sencillamente brutal. Greg Capullo es uno de los mejores dibujantes de la editorial y aquí vuelve a dejar constancia de ello. Además, el tono de la historia le viene como anillo al dedo. Las locuras del guionista tienen una plasmación espectacular en los lápices del dibujante. Es posible que la situación actual, con la pausa en la publicación de cómics por la pandemia del coronavirus, le haya dado más tiempo para acabar sus páginas y eso se nota. Junto a Capullo trabajan el entintador Jonathan Glapion y el colorista Francisco Plascencia creando un equipo que hace que el cómic luzca espectacular ya que la paleta de colores elegida, brillante y espectacular, logra ensalzar los dibujos de Capullo y Glapion. Todo luce magnifico, desde los nuevos diseños de todos los personajes, a las nuevas localizaciones o los monstruos que pueblan este mundo.
Dark Nights: Death Metal #1 nos presenta una trama de acción en un mundo apocalíptico buscando como Noches oscuras: Metal contar una historia espectacular para disfrutar sin pensar demasiado. Aunque las consecuencias del evento actual podrían tener grandes repercusiones en los títulos de la editorial en el futuro. Ya sólo por eso merece la pena leer este cómic, sólo esperemos que Scott Snyder mantenga el nivel del primer número y no pierda el norte con tanto golpe de efecto.
