Bienvenidos, auténticos creyentes, a La Tapa del Obseso, la sección de Raúl Sánchez.
Todos venimos de lo mismo al jugar a Resident Evil 8 Village. Cómo no empezar a jugarlo, claro. Después de posiblemente haber hecho la entrega que da más miedo de verdad jugándola, la anterior, el listón estaba altísimo. A mí no me miréis, amado Pueblo, ya he comentado por aquí otras veces que yo me compré el primer Resident Evil para PC y me lo pasé íntegro en inglés, sin subtítulos ni nada. Sí, con mi inglés de EGB. Es decir, más amante de los tres primeros, de las cámaras estáticas, del control tanque y de los muñecos que, en palabras de mi hija, parecen de Minecraft no lo vas a ser tú, amado lector. Pero digámoslo así: Resident Evil 7 ha sido el mejor remake en espíritu de Resident Evil 1.
Además, Capcom está en racha. Ha sacado la barbaridad en ventas y crítica de Resident Evil 7, ha seguido arrasando en todos los sentidos con Resident Evil 2 Remake o Resident Evil 4 Remake y, al menos, no ha flojeado mucho con Resident Evil 3 Remake. De nuevo había terror, intriga y dolor de barriga al saber que Resident Evil 8 tendría vampiras, cosas parecidas a hombres lobos y se desarrollaría en Rumanía. En realidad una de las versiones descartadas del mítico Resident Evil 4 tenía una especie de halo sobrenatural, pero bueno. La realidad es que al final, otra vez, la biotecnología y las multinacionales llenas de locos cientíticos la vuelven a liar, así que todo acabó por el cauce pseudocientífico de siempre.
Como llevamos dos párrafos y prácticamente nadie lee mucho en el móvil/tablet lo mejor es que lo resumamos ya: Resident Evil 8 Village es una continuación en casi todos los sentidos de Resident Evil 7, con añadidos de Resident Evil 4, señoras vampiras sexys, mucha más acción, más variedad de enemigos y una dificultad más baja. Al que le gustara la séptima parte del Residente Malvado le gustará, que fue la mayoría. Es más irregular que la séptima parte, eso sí.
Una de las virtudes/defectos de la séptima parte era la sencillez argumental desde el inicio, vinculando el videojuego con la saga en detalles menores (algún cuadro, algún artículo de periódico) o ya prácticamente al final leyendo cosas en un laboratorio. Hay quien encontró eso como refrescante de cara a meternos en la historia desde el principio sin muchas ataduras y primando sobre todo el ritmo de juego, cosa que rozaba la perfección, es verdad. Otros opinaron que la explicación de lo que había detrás de todo era muy de sopetón y demasiado concentrada casi al final, siendo el juego un ir sobreviviendo a cosas muy locas y asquerosas sin saber qué narices estaba pasando. Resident Evil 8 Village es exactamente igual en esta premisa básica del juego: van a ir pasando cosas terribles, agobiantes y terroríficas, teniendo que ir sobreviviendo a ellas hasta dar casi de golpe con toda la explicación.
Capcom no ha querido romperse mucho la cabeza y en este Resident Evil 8 ha dado aún más peso a la acción, los disparos y los enfrentamientos con muchísimos enemigos a la vez de vez en cuando. La anterior entrega era casi casi una pelea contra jefes finales con esbirros no muy variados y no muy frecuentes. Aquí la variedad de esbirros puede que sea la mayor de cualquier entrega, siendo variados no solo en cantidad de munición que nos hacen gastar sino en movimientos, velocidad, comportamiento o ataques. También tenemos más variedad de armas, más capacidad de hacer cosas distintas o la posibilidad de comprar armas nuevas o mejorarlas a lo Resident Evil 4. Aunque los primeros momentos vayamos realmente apurados en cuanto superamos las primeras peleas vamos a ir más o menos sobrados para despachar casi cualquier cosa. Incluídos jefes finales y subjefes, que, quitando alguna excepción, son inmensamente más sencillos que los de Resident Evil 7.
También se ha continuado en Resident Evil 8 por la línea de poner muy pocos puzzles y que sean obvios y sencillísimos. Otra vez se ha hecho enfásis en el ritmo y los altibajos de intensidad de acción antes que en poner cosas del nivel del puzzle de crear la formula V-JOLT en Resident Evil 1 o el puzzle del piano de Silent Hill. Aunque, bueno, sí hay un puzzle de piano, pero ni de lejos algo como lo de la colina silenciosa. En fin, que el crujir de neuronas vendrá de qué items crear, si de curación o de pegar, además de pensar qué gastar, qué vender y qué armas mejorar. El sistema de venta de tesoros es algo menos flexible que Resident Evil 4 (los componentes encontrados se combinan exclusivamente con alguno pero no con ninguno más) lo que hace que haya que explorar mejor, lo cual no es malo. Podemos guardar todas las veces que queramos en dificultad normal, así que realmente nunca se perderá mucha partida. En fin, que el efecto de pensar bien por cual ruta vamos tampoco tiene mucho sentido aquí.
A nivel de diseño Resident Evil 8 es una búsqueda de cuatro partes de una cosa que debemos juntar para darnos de galletas en el enfrentamiento final. Para ello debemos ir a cuatro mazmorras: un castillo, unas cuevas, una casa y una fábrica. Cada una con su enfrentamiento final contra un jefe y a veces con minijefes de por medio. El más conocido y el que ha pasado más a la cultura pop inmediatamente es la gigantesca vampira Lady Dimitrescu, la jefa del castillo, junto a sus vampíricas hijas. La razón es obvia: Capcom se ha pasado el pajillerismo internetero a conciencia. La escena en que Lady Dimitrescu prueba la sangre del protagonista es ya todo un clásico de la sordidez y el pajillerismo internetero todo en uno. La hemos visto todos, pero aquí la dejo otra vez.
El castillo Dimitrescu, inspirado en el castillo Peleș de la Rumanía real, es lo más parecido a la mansión Spencer de Resident Evil 1 o a la comisaría de Resident Evil 2. Puertas cerradas, objetos a poner en sitios para que se abran puertas, pasillos estrechos y subjefes esperando. La propia entrada al castillo no puede ser más inspirada respecto al primero. Ya hemos dicho que Lady Dimitrescu desborda carisma, pero también erotismo. Es algo extraño: realmente hay partes que nos persigue por su castillo a lo Nemesis en Resident Evil 3, pero no consigue inquietar tanto o prácticamente nada. Y esto es así debido a que han hecho al personaje muy sexy, le han puesto escenas desbordantemente pajilleras y eróticas y el miedo es incompatible con la excitación. O una u otra.
Y, claro, no es lo mismo el susto del asqueroso y terrible Nemesis que el de una vampira enorme en traje de fiesta. O del de sus hijas vampiras que huelen tu sangre de manera lujuriosa. Es curioso porque por ejemplo en la película de Drácula de Coppola a Jonathan Harker (Keanu Reeves) le ponían a las novias de Drácula a chuparle la sangre y dejarle débil, dejando una escena erótica y a la vez inquietante…con el mérito de que una de ellas era Monica Bellucci. En fin, que Capcom no ha conseguido llegar al equilibrio casi imposible de Coppola en Drácula.
Pero no todo en Resident Evil 8 es vampiresas y castillo. El pueblo inicial hará de nexo entre las cuatro mazmorras, pudiendo explorar partes nuevas cada vez que regresemos de vencer al jefe de una de ellas. Tras el castillo Capcom nos mete en la casa Beneviento, que es la mejor parte de todo el juego. Digamos que al poco de entrar te dan la vuelta a la tortilla jugablemente y estarás prácticamente indefenso hasta que salgas de allí con vida. Allí sí habrá algún pequeño puzzle más, persecuciones, esconderte como puedas y jugar al escondite de una manera siniestra. El enfrentamiento contra el jefe de la casa Beneviento es totalmente distinto y tiene un punto de originalidad a agradecer, pero que nadie se engañe: es la parte más parecida a Silent Hill de todo el juego. Tiene muchos dejes a la mítica demo P.T de Hideo Kojima.
Las otras dos mazmorras de Resident Evil 8 no están tan inspiradas (era difícil) e incluso la última, la fábrica, es tirando a cansina, por ir directamente al turrón de pegarse disparos demasiado y no bajar el ritmo casi en ningún momento. Esto va a más con cierta parte que controlamos a otro personaje y la cosa desbarra a un Call of Duty puro y duro, aunque es verdad que dura muy poco. El enfrentamiento final puede matarnos alguna vez y sin ser un jefe de Ghost´n´goblins o Dark Souls pues tiene su patrón a descifrar, sin que sea una cosa imposible (incluso el juego tiene pensadas las cosas para dejarnos suficientes items en caso de que hayamos llegado a ese punto hechos polvo).
Al final la trama de Resident Evil 8 tampoco era tan complicada y algún documento vincula lo sucedido no solo a Resident Evil 7 sino al inicio del inicio de toda la saga. Pues muy bien, Capcom, pero no sé hasta cuando vamos a poder rascar más en lo sucedido en el pasado. Con todo Ethan Winters, el protagonista, tiene reacciones totalmente normales para alguien que pasa por cosas tirando a raras. El hecho de que estos dos juegos hayan sido en primera persona han impedido ver su cara y que la gente se identifique más con él, siendo más icónicos los Baker o Lady Dimitrescu, es decir los villanos.
Resident Evil 8 es otro producto estupendo de Capcom, en racha desde Resident Evil 2 Remake. Ha arrasado en criticas y en ventas con justicia. Es continuista de la entrega anterior y ha añadido cosas de su Resident Evil más rompedor, el cuarto. Ha creado otro personaje mítico en la historia de los videojuegos, Lady Dimitrescu y una de las fases más terroríficas de jugar de un videojuego, la casa Beneviento. El ritmo sigue estando fantásticamente diseñado, visualmente sigue todo despampanante y jugarlo es intuitivo.
Pero las mazmorras son desiguales, se dejan caer retazos por aquí y por allá argumentales pero se sigue soltando todo casi de golpe poco antes de acabar el juego. Quizás el pajillerismo al hacer a Lady Dimitrescu nos ha privado de más momentos de tensión en el castillo. De todos modos, otro juegazo de Capcom. Y que dure.
Sed felices.