X-Men’97 ha finalizado su primera temporada en Disney+. Ya hablamos en este post de los dos primeros episodios. Nos atrevimos a afirmar que era un innecesario chute de nostalgia noventera y que esperábamos que la cosa mejorase.
Tras ver los diez episodios que conforman esta temporada nos reafirmamos: X-Men’97 abusa de la nostalgia y aunque tiene momentos inspirados, no nos cuenta nada que no nos hayan contado antes.
A toda mecha
En los siguientes episodios de X-Men’97 se adaptan diferentes tramas que ya vimos en los cómics. De esta forma tenemos una versión de Inferno, la historia en la que Chris Claremont enfrentó a los X-Men con la Reina Duende / Madelyne Pryor, el clon de Jean de Grey, que aquí vimos al final del episodio 2.
El problema es que, si bien el tema del clon crea tensión y angustia (¿quién es el clon y quién el original? ¿En qué momento fueron intercambiadas? ¿De quién es hijo Nathan Summers?)? Aquí está todo metido con calzador. “¡Soy la Reina Duende!“, exclama Madelyne sin venir a cuento porque, por lo que sabemos, podría haber gritado “¡Soy Dominatrix!” o cualquier otra cosa.
X-Men’97 tiene tantas ganas de molar que va quemando historias a todo trapo, sin tiempo para presentar personajes o tramas, pasando de una a otra sin freno y confundiendo ritmo con velocidad.
Otro ejemplo es la adaptación de Muerte viva, la historia que a Claremont le llevó meses construir, en la que Tormenta perdía sus poderes, conocía a Forja y se enamoraba de él para descubrir que era el responsable del arma que le destrozó la vida.
En los cómics, Tormenta conoce a un antiguo chamán indio, el maestro de Forja, que la acompaña en su búsqueda y que resulta estar poseído por El Adversario, un demonio que aquí aparece como un búho, que no se sabe de dónde viene o adónde va y ocupando esa historia un episodio y medio.
No solo de Claremont viven los X-Men
Efectivamente. Otro que ve cómo sus historias son masacradas a la velocidad del rayo es Grant Morrison, responsable de la masacre de Genosha en E de Extinción. En X-Men’97 la masacre sucede en el episodio 5, donde por lo menos tenemos un atisbo de originalidad en la muerte de Gambito, sustituido por Rondador Nocturno en la alineación mutante.
El título que abría los New X-Men del escocés se mezcla con el de Operación Tolerancia Cero, saga guionada por Scott Lobdell, el peor guionista de la historia de la franquicia mutante, y que solo tenía de bueno los dibujos del añorado Carlos Pacheco, formando La tolerancia es la extinción, el título de los tres episodios finales.
En la traca final se mezclan otras sagas, como la que terminó con Magneto arrancándole el adamantiun a Lobezno; al final aparecen los Askani, los habitantes del futuro que criaron a Nathan Summers y Apocalipsis, mutante milenario llamado a ser el villano de la siguiente temporada.
Como ya he dicho, nada nuevo bajo el sol. Todo lo que hemos visto en X-Men’97 lo han contado en los cómics, tomándose más tiempo y con más ganas y acierto. ¿Que ha sido un éxito de público y crítica? De público no sé pero de crítica seguro porque muchos la alaban como la mejor serie de Marvel en Disney+. En mi opinión, está muy sobrevalorada y si no llega a ser por el componente nostálgico no habría habido críticas tan benévolas.
Marcando la diferencia
Sin embargo, a pesar de tanta caña, romperé una lanza a favor de X-Men’97 en un aspecto y es que la serie se preocupa por mostrar la diversidad y las consecuencias del odio hacia los que son diferentes. Como en los cómics, los X-Men se convierten en una parábola, en un ejemplo de integración y tolerancia hacia el que no es como los demás.
De hecho lo han sido siempre, ya desde los cómics de Chris Claremont. Y aquí hay que alabar la labor de Beau DeMayo y supongo que también de Victoria Alonso, ambos activistas gays y despedidos por Disney por motivos nada claros. Aun así, hay quien no acaba de enterarse de lo que ha visto, a tenor de algunos comentarios en internet que alaban que Disney haya dejado de ser tan progre y tan woke y haya hecho una serie como esta. En fin…
En resumen, que X-Men’97 es una serie para nostálgicos y para aquellos que en su vida han leído un cómic de los X-Men, que seguro disfrutarán con las historias. Esperemos que cuando los mutantes lleguen al UCM sean más originales. No se si podrán porque las historias más importantes ya se han contado. Como repitan por enésima vez la muerte de Fénix habrá que pensar si pasamos por taquilla. Un saludo, sed felices.