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Análisis de Fundación. Temporada 2. Episodio 9

Penúltimo episodio de la segunda temporada de Fundación, actualmente de las mejores en emisión en lo que a ciencia ficción respecta. La serie, creada por David S. Goyer e inspirada en la célebre saga de Isaac Asimov, es emitida por Apple TV+.

Penúltimo episodio de la segunda temporada de Fundación, actualmente de las mejores en emisión en lo que a ciencia ficción respecta. La serie, creada por David S. Goyer e inspirada en la célebre saga de Isaac Asimov, es emitida por Apple TV+.

Bienvenidos una vez más, psicohistoriadores. Ya nos queda una única entrega para cerrar esta segunda temporada de Fundación y, mientras cruzamos los dedos por una tercera, repasamos lo que nos ha dejado el noveno episodio que, parafraseando el famoso eslogan introductorio de Star Wars, se titula Hace mucho y no muy lejos (por cierto, ya veremos que no es el único nexo).

Una entrega que viene con acción, épica, lucha y muchas definiciones, incluyendo la caída de la Fundación que se venía avizorando. Sin más trámite, pasemos a analizarla, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis previos.

La Historia de Demerzel

Comenzamos en Trántor, donde un flashback con la voz de Cleon I nos lleva seis siglos atrás para contarnos de un pequeño príncipe que un día encontró en los muros del palacio un pasadizo no transitado por miles de años y una camára en la cual se hallaba una figura fragmentada fácil de reconocer como Demerzel.

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Esta le contó tener dieciocho mil años de edad y llevar cinco mil de cautiverio, así como que su forma femenina era solo una de las tantas que había tenido en el pasado. También le habló de las guerras que enfrentaron a humanos y robots hasta que, vencidos estos últimos, fueron marginados y eliminados siendo ella la única “sobreviviente” por obra y gracia del emperador Aburanis, quien la retuvo para torturarla (ante lo que ella debió fingir dolor), pero sobre todo para no perder el último ejemplar de una “especie” que podía servirle en el futuro.

Por años, nos sigue contando Cleon, el joven príncipe (claramente él), la guardó como su secreto y la visitó regularmente para escuchar sus historias (me viene al recuerdo la princesa Scheherezade, narradora de Las Mil y Una Noches). Y mientras él crecía, también lo hacía su obsesión, negándose incluso a liberarla a pesar de sus pedidos y cancelando cada boda que se presentaba por no poder evitar la comparación con quien constituía su preciado tesoro…

Ya adulto y con el rostro de Day, le dio una libertad solo parcial, no permitiéndole salir de su cámara ni transferirse a otro cuerpo, lo que la haría conservar para siempre el aspecto con que la había conocido. Le insertó las antiguas Leyes de la Robótica, pero reconfiguradas para que él fuera el único humano al que no pudiera hacer daño: de hecho, le pidió que lo estrangulase y no pudo hacerlo.

Todo ello fue tomado por Demerzel como una nueva forma de encarcelamiento, pero no tuvo más remedio que acceder y acatar. Cleon, mientras tanto, estaba envejeciendo sin descendencia. Fue entonces que acordaron crear la dinastía genética mientras ella permanecía como consejera y ganaba alguna libertad más, especialmente de movimiento.

Cuando el relato de Cleon finaliza, ya Dusk y Rue saben quién tiene verdaderamente el control…

Cumbre en la Bóveda

Tal como viéramos en el episodio anterior, Bel Riose ha capturado a Mallow y Constant. Ella dice que hay algo que pueden darle y él lo sabe, pero la conversación es interrumpida cuando se presenta Day que, recién llegado de Trántor y con Poly como prisionero, quiere bajar a Términus para conferenciar.

Al hacerlo, le presenta sus respetos el guardián Sermak, pero la cosa se pone tensa cuando Day pide ver la Enciclopedia que, se suponía, iban a preparar allí y que, desde luego, no existe. No solo eso: también descubre que el edificio de la iglesia es en realidad la fachada de un gran taller dedicado a producir la tecnología que últimamente viene sorprendiendo tanto al Imperio.

Day quiere saber cómo logran sugestionar a las masas y pide a Poly que le muestre alguno de sus trucos. Este transforma una pieza de hierro en oro, pero Day no queda muy impresionado por verlo solo como barata exhibición de alquimia. Poly objeta que no es magia sino ciencia que consiste en aplicar a la materia la suficiente cantidad de energía para transformarla (interpreto que dominan la fusión nuclear).

Pero Day está allí para ver al supuesto “fantasma” de Seldon, así que pide ir a la Bóveda. Al acercarse, llaman su atención las banderas en el suelo y se le pone al tanto de las competencias entre los niños. De pronto, Seldon está detrás suyo (literal) y lo invita a conferenciar en su “oficina”. Intenta convencerlo de que retire las naves, pero Day no muestra interés y exige, por el contrario, que la Fundación retire las suyas además de un anuncio público diciendo que la psicohistoria estaba equivocada y el Imperio, finalmente, no caerá.

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Seldon dice que la psicohistoria no depende de su voluntad y lo que está escrito ocurrirá de todas formas. Day objeta ser distinto al resto de quienes integraron la dinastía genética, pero una furiosa decepción hace presa de él cuando Seldon le replica que los casos individuales existen y están contemplados, pero que él no es uno de ellos…

No obstante, le dice también que se pueden introducir en la matemática puntos de inflexión y a tal fin le ofrece el Radiante a cambio de que deje en paz a la Fundación, pero Day le recuerda que el mismo fue hecho bajo autorización imperial y le está ofreciendo, por lo tanto, algo que ya tiene…

Agujas al Ataque

En el espacio tiene lugar una épica batalla entre la Invictus, nave otrora imperial que, modificada, responde a la Fundación, y un escuadrón de “agujas imperiales” al mando de Glawen. La escena tiene mucho de Star Wars o Battlestar Galactica y seguramente no hubiera gustado a Asimov escuchar explosiones en el espacio o ver maniobrar a los cazas como si fueran aviones pero bueno, esto es la serie y no la saga de libros…

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Sea como sea, el combate se resuelve en favor de las agujas, que logran inutilizar a la Invictus, aunque la de Glawen en particular ha sido dañada y se pierde todo contacto, lo cual angustia a Riose al imaginar lo peor…

Genocidio

Day sale de la Bóveda con más ínfulas de mesías que nunca. No solo mata a Sermak, sino que da orden de hacer lo propio con todos allí a excepción de los científicos, a quienes quiere como prisioneros. Más aún: puesto al tanto de los últimos acontecimientos en órbita, dispone que la Invictus sea estrellada contra el planeta en lo que sería literalmente un genocidio.

Demerzel muestra decepción al ver en qué se ha convertido y ya momentos antes Seldon le había advertido al respecto: se echa a sí misma la culpa de no haberlo podido evitar y anuncia que regresa a Trántor, donde hay asuntos que atender. Su decisión y sus palabras afectan claramente a Day, pero no lo hacen desistir de su plan…

Ya en la nave, este se reencuentra con Riose, de quien espera que ejecute sus órdenes. Pero el general está envuelto en vacilaciones, pues se acaba de enterar que Glawen sigue vivo y ha caído en Términus, lo cual significa que sucumbirá al desastre planetario una vez que la Invictus se estrelle.

Glawen, no obstante, lo alienta a cumplir sus órdenes para no exponerse a corte marcial o, peor aún, asesinato, así que atormentado y despidiéndose con todo el dolor del alma, Riose confirma la orden mientras unos desesperados Mallow y Constant ven cómo el planeta es arrasado. Una última imagen de Poly lo muestra clavando su bandera junto a la Bóveda mientras, desde la nave imperial, Day sonríe maliciosamente ante el dantesco espectáculo con la satisfacción de haber (aparentemente) cambiado el destino…

Un Rescate y un Regreso…

En Ignis, continúa llevándose a cabo el ritual de transferencia para que la conciencia de Tellem pase al cuerpo de Gaal, pero es interrumpido cuando, en hábil jugada, Salvor bloquea todas las señales telépatas valiéndose de los mismos discos que le hacían de bozales en su foso de cautiverio.

Logra así rescatar a Gaal y llevarla al Beggar´s Lament, del cual ha descubierto que sigue en el planeta y no lejos de allí. Como era de prever, sin embargo, son alcanzados por Loron y Tellem, ya repuestos del bloqueo. El primero lucha con Salvor fuera de la nave y a la entrada, mientras intenta desorientarla presentándose en su mente como Hugo Crast. Ella, finalmente, logra aislarlo en la esclusa y elimina el oxígeno hasta darle muerte…

En el interior, Gaal se bate en duelo mental con Tellem, quien también juega sucio al arrastrarla a la visión de Salvor muerta. Pero el tiro le sale por la culata pues, al hacerlo, oye la voz del Mulo llamándola y, presa del terror, le ve venir amenazador hacia ella…

Aprovechando el momento de turbación, alguien la golpea con un hacha y resulta ser Seldon: no un nuevo holograma sino su versión corporizada, lo cual evidencia claramente su aspecto maltrecho y manchado de sangre, todo muy humano. Desencajado, deja caer una y otra vez el hacha sobre Tellem y se justifica en que no le caía bien: momento algo slasher, pero no podemos decir que no lo disfrutamos…

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Balance del Episodio

Parece ser que Fundación, en su formato de serie, se ciñe a la fórmula de Juego de Tronos al concentrar lo más épico o decisivo en el noveno y penúltimo episodio de cada temporada. Así fue con la anterior y vuelve a ser con esta, lo cual, siguiendo la lógica, presagia un cierre más tranquilo, pero con definiciones.

Esta entrega nos ha mantenido prendidos de principio a fin y sigue confirmando lo que ya hemos dicho acerca del alto vuelo de la temporada y de la serie en general más allá de las diferencias con las novelas de Asimov. La historia de Demerzel y de cómo Cleon se obsesionó al punto de querer estar con ella para siempre, aunque más no fuera como clon, ha estado interesante y ayuda a entender mejor el sentir y accionar de Day: por cierto, otro trabajo descomunal de Lee Pace

La obsesiones del personaje tienen mucho de mito griego: en la idealización que de Demerzel hace y en su obstinada persistencia en querer torcer el destino, se cruzan Pigmalión, Salmacis y Edipo, entre otros. A la vez, el clima de traición a su alrededor rezuma tragedia shakespereana y, aun cuando no se hayan leído los libros, está claro el camino de Riose, ahora que ha perdido al ser que amaba por mesiánico capricho del Imperio. Y considerando que Glawen le venía insistiendo en rebelarse, es posible que vea en ello el mejor homenaje.

Pero no es solo Riose: todo en torno a Day se está pudriendo, ya sea en Trántor, en la flota o en la propia Demerzel, en quien pareciera haber definitivamente muerto algo y ya no lo ve a él de la misma forma después del genocidio que ha perpetrado y que ella ni siquiera quiso quedarse a ver.

Es cierto que las Leyes de la Robótica y sus configuraciones le impiden actuar en su contra, pero quienes hemos leído las historias de robots de Asimov sabemos que esas cosas siempre encuentran lagunas o zonas oscuras generadas por la propia lógica. Lo que es seguro es que Demerzel no dejará las cosas así, pues está visto que, aun siendo robot, es capaz de experimentar algo cercano al arrepentimiento o la culpa cuando falla en sus objetivos o programación. No suena descabellado, entonces, que busque enmendar sus propios errores.

Tampoco creo que Constant, por más prisonera que esté, vaya a quedarse de brazos cruzados ahora que ha perdido a su padre, a Poly y, en definitiva, a la Fundación, que finalmente ha caído. Por cierto, la caída tiene un carácter bastante distinto al de los libros, en que el Mulo tiene ya para esa altura un papel fundamental.

Pero aquí seguimos esperando por el Mulo y se ve cada vez más claro que la tercera temporada será la suya a la luz de persistentes señales que así lo anuncian. Y creo que el pánico de Tellem al verle y oírle acaba de confirmar que su comunidad tiene relación con la inminente llegada del personaje.

La batalla espacial ha tenido su épica, aunque me generó algo de desencanto el papel de la Invictus, de la cual todo hacía prever un papel más importante: digamos que no llegó a verse qué era lo que tantos temores generaba y su final fue demasiado rápido o fácil, más allá de los mencionados toques Star Wars que harán las delicias de muchos pero quizás hagan chirriar los dientes a los más intransigentes lectores de Asimov.

En definitiva, una gran entrega e insisto en que estamos viendo una gran serie de la cual quiero pensar que tendremos siquiera un par de temporadas más. Por lo pronto, el próximo episodio viene a cerrar la actual y les espero aquí para desbrozarlo cuando llegue.

Hasta entonces y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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8 COMENTARIOS

  1. Otra muy buena reseña Rodolfo. Claramente con lo que pasa en este capítulo, decididamente la serie se aleja de los libros, principalmente por lo que ocurre con Terminus.

    Coincido en que la batalla en el espacio y principalmente escuchar las explosiones es para que sea más espectacular y que a Asimov le hubiera revuelto el estómago.

    Pienso lo mismo de que Bel Riose y Demerzel se van a enfrentar a Day y se empezará a ver el final del imperio, cosa que por lo visto finalizará el Mulo en la próxima temporada.

    • Hola, Diego: gracias por comentar y por el concepto. Veo que coincidimos. Y en efecto, todo apunta a que la tercera temporada será la del Mulo. Ojalá que la veamos. Yo sospecho que sí, pero nunca se sabe. Por lo general, Apple confirma nueva temporada dos o tres semanas después de concluida la anterior; esperemos que así sea. Gracias por el aporte de siempre. Un saludo!

    • Hola Diego: gracias por comentar. Jaja, ok, espero tu aporte en el último episodio de la temporada. Y es verdad, ha sido una gran entrega. Un saludo!

  2. Profesor Rodolfo no he tenido la oportunidad de leer los libros de Asimov, pero hasta que encuentro coincidencia con alguien en que tanto sufrieron por obtener la Invictus, nos la presentaron como una super nave, para perderla de una forma tan sencilla creo el tiempo apresuro al guión pero en general el capítulo me gusto, excelente análisis.

    • Hola Juan Ignacio: muchas gracias por comentar y, desde ya, por el concepto. Es que a la Invictus nos la vendieron con bombos y platillos; creo que ameritaba una batalla por lo menos más larga. Y sí: es posible que tengas razón en cuanto a que parecieran haber apresurado demasiado el guion. Pero bueno, la serie va muy bien y es bueno tener diferentes perspectivas, la de quienes leyeron los libros y la de quienes no, ya que se supone que debe poder ser apreciada con independencia de ello. Gracias por el aporte. Un saludo y nos encontramos en el episodio final de temporada…

  3. Solo puedo decir….sublime….desde el 5 en adelante a cada cual mejor. Ya no hay duda de que esta temporada es mucho mejor que la primera.

    • Hola Dani: gracias por comentar. En efecto y tal como te había adelantado, la temporada mejora a medida que avanza y me alegro de que te esté gustando. Un saludo!

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