Tres años después de su polémico final, volvemos a Poniente y al universo ideado por la mente maestra de George R. R. Martin. En un mundo dominado por Netflix, el fenómeno televisivo (junto a Perdidos) del siglo XXI fue la fantasía épica con dejes de telenovela familiar Juego de Tronos. Ahora es el turno de La Casa del Dragón, precuela centrada en los Targaryen.
En Las cosas que nos hacen felices somos muy aficionados al mundo creado por George R. R. Martin, como se puede comprobar con todos nuestros artículos.
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Diez años después: Mucha tensión y un montón de niños.
Han pasado diez años respecto al capítulo anterior y las aguas están muy revueltas. Tenemos el tablero bien claro. Alicent y Rhaenyra están que saltan a la más mínima.
Pero pongámonos en situación, que diez años dan para mucho en la Fortaleza Roja. Comenzamos con Rhaenyra y un doloroso parto, pero ojo que en 10 años no es el primero de la princesa, sino ya el tercero, Jacaerys, Lucerys y ahora el recién nacido Joffrey (nombre del amante de Laenor, fallecido en el anterior episodio a manos de Ser Criston Cole).
Como era de esperar el Rey sigue vivo pese a que en el episodio anterior daba la impresión de que podía haber muerto. Pero después de una década lo vemos muy anciano, lento y con un brazo menos. La enfermedad le sigue consumiendo.
Vemos a Ser Criston Cole fiel a Alicent como intuíamos también en el episodio anterior. Y tenemos a Ser Harwin (Ryan Corr) que no es otro que el padre (secreto) de los hijos de la princesa Rhaenyra. Recordemos que Harwin es hijo de la Mano del Rey, ergo hermano de Lord Larys Strong y como padre secreto mete la pata al defender a los niños de Rhaenyra de los de Alicent. Esto le costará el destierro a Harrenhal.
Daemon y Laena Velaryon en Pentos.
Daemon Targaryen se ha casado con Laena Velaryon y tienen dos hijas, y además está embarazada de un tercero, pero como ya ocurriese en el primer capítulo, el parto se complica y no hay manera de que el niño salga. Laena toma una drástica decisión: DRACARYS. Esta decisión no debería parecernos tomada por la sinrazón, ya que previamente Laena había comentado que quería morir como “una jinete de dragón”. En definitiva, a Daemon ya no le ata nada en Pentos, por lo que lo volveremos a ver pronto por Rocadragón.
La conspiración de Alicent y Lord Larys Strong.
Lord Larys Strong es malo, pero malo malo. Tiene una lengua viperina tremenda y ejecuta los planes que se propone. En este capítulo Alicent va a su confidente a protestarle por el poco caso que le hace el rey. Ella le dice a su marido que los hijos de Rhaenyra son bastardos pero él quita hierro al asunto. Con su apoyo, Alicent optaría al trono pero Viserys quiere paz entre la Reina y la Princesa.
Así, Lord Larys maquina un plan maligno y baja a la prisión de la Fortaleza Roja para ofrecer a tres criminales la opción de la clemencia a cambio de un encargo mortal: la muerte de la Mano del Rey y Ser Harwin. Previamente les corta la lengua (imagino para que no la suelten si los pillan).
Los tres criminales provocan un incendio en el Castillo de Harrenhal, muriendo calcinados la Mano del Rey y Ser Harwin.
Valoración Final.
La serie va mejorando episodio a episodio. Estos dos últimos capítulos nos han dejado escenas impactantes, de las que se quedan en la retina. En este en cuestión, el Dracarys a Laena por parte de Vhagar (¿he percibido cierta pena en el Dragón al cumplir la orden?) y por último el incendio de Harrenhal. A propósito de la Mano del Rey muerta, ¿no sería lógico pensar que volviera al puesto el exiliado Otto Hightower, padre de Alicent?.
Luego tenemos a Daemon de vuelta a Rocadragón, lo que dará mucho juego en unas aguas ya de por sí muy revueltas.
La Danza de los Dragones está a la vuelta de la esquina. Estaremos informando.
Un saludo y sed felices.