Analizamos un nuevo episodio de Star Trek: Picard, hoy el sexto de una segunda temporada que ya ha superado su mitad. La serie, que tiene como showrunner a Terry Matalas, puede ser vista en Prime Video.
Bienvenidos otra vez, trekkies y no tan trekkies. El episodio que hoy ocupa nuestro análisis de Star Trek: Picard es el sexto de esta segunda temporada y su título es Dos por Uno. Una vez más, está dirigido por el querido Jonathan Frakes a quien, en términos de presupuesto y producción, le debe haber tocado el episodio más barato de toda la serie. Una entrega con virtudes y defectos, pero entretenida y emotiva.
Pasemos ya mismo a analizarla, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordarles que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.
Acceso VIP
El episodio comienza con Picard inconsciente y de espaldas sobre el asfalto. Pasan de manera frenética imágenes de su infancia y de violencia familiar, así como otras que lo muestran internado y bajo atención médica.
La historia nos lleva treinta y cuatro minutos atrás y vemos a Agnes esposada a una silla en la sala de vigilancia del lujoso salón en que tiene lugar la gala para los astronautas de la Misión Europa antes de que entren en cuarentena. Entre ellos, desde luego, está Reneé Picard (Penelope Mitchell), cuya presencia hay que asegurar en la misma.
En interconexión permanente, Agnes habla todo el tiempo con la reina borg, a quien, claro, solo ve. Gracias a un aturdidor oculto en sus ropas, deja inconscientes a los guardias y logra, justo a tiempo, habilitar las pulseras para que puedan entrar el resto.
Una vez que acceden, a Siete se la ve hacer sociales y disfrutar de no lucir sus implantes borg, como si quisiera prolongar indefinidamente el momento. Ríos, en tanto, le ha tomado cariño al siglo XXI por la calidad de los puros o de la comida que no sabe a sintético. Raffi le replica que es más bien por Teresa y le advierte que no cometa el error de violar códigos de no interferencia temporal. Ella, por su parte, sigue viendo a Elnor por todas partes.
Sombras de la Noche
Ya han individualizado a Reneé en la fiesta: ahora deben, sin hablar con ella, evitar que renuncie a la Misión Europa. Tallinn descubre la joven se está comunicando con su psicoanalista, es decir con Q, quien sigue queriendo convencerla de que lo mejor es que abandone.
Entre los concurrentes a la gala, Jean-Luc se cruza con Adam Soong: momento impactante, pues reconoce en su rostro el de Data. El genetista le advierte que no va a permitir que se interponga. ¿Por qué le avisa en lugar de simplemente actuar? Seguramente porque está acuciado por las culpas y quiere evitar hacer daño tanto a Jean-Luc como a Reneé. Al no tener éxito en la persuasión, acude a los guardias de seguridad y les indica a Picard como peligroso.
Agnes, cada vez más, está cediendo su propio control a la reina borg: lo hace porque la ve como su único pasaje de regreso. Así, se siente paradójicamente “liberada” , al punto de entregarse al alcohol y, en un lapsus, estampar un beso en la boca a Ríos. Luego, para distraer la atención al momento de salir los guardias de seguridad a la caza de Picard, se apagan las luces y aparece cantando…
La escena puede parecer algo disparatada, pero se supone que es la reina borg quien está sacándole talentos ocultos. La canción que, con acompañamiento de orquesta, interpreta es Shadows of the Night, popularizada por Pat Benatar en los primeros ochenta. No es elección casual; la letra calza como anillo al dedo: “Corremos con las sombras de la noche; entonces, nena, toma mi mano y estarás bien. Rinde tus sueños ante mí esta noche: se harán finalmente realidad…”
Aprovechando la confusión general, Picard logra burlar a sus perseguidores y llegar hasta su antepasada. Contra toda recomendación, entabla conversación haciéndose pasar, paradójicamente, por personal de seguridad: no parece un empleo acorde a su edad y ella misma se lo señala.
Él le habla de lo lógico que es tener miedos y de que hasta las personas más brillantes tienen dentro suyo tristeza o melancolía: la idea es, dice, que la luz venza a la oscuridad. También, citando a su propia madre, le habla de “mirar hacia arriba”.
Sus palabras causan efecto en Reneé, pues logra convencerla de regresar a la fiesta para el brindis. Cortando camino, lo hacen por fuera del edificio cuando, súbitamente, un auto se les echa encima…
Advirtiéndolo a tiempo, Jean-Luc salva a Reneé, pero resulta embestido. El que conduce es Soong, que, una vez de regreso junto a su hija, pero hablando más para sí que para ella, repite una y otra vez que ha fracasado. Cuando se marcha, ella, intrigada, se dedica a investigar sus archivos y descubre imágenes de una infancia que no recuerda, así como escabrosas referencias a sujetos de prueba que fueron muriendo uno tras otro hasta que solo quedó ella.
La Mujer de Rojo
Llegamos así al inicio. Cuando el grupo encuentra a Jean-Luc tendido e inconsciente, Ríos dice que necesita un médico más que una cama biológica, por lo que convence al resto de llevarlo a la clínica de Teresa, único lugar de Los Angeles al que se puede llevar a un indocumentado. Suena lógico, pero también conveniente…
En la clínica, arrasada y sin personal tras la redada policial, solo encuentran a Teresa (¿esa muchacha trabaja full time?), quien aplica el fibrilador a Picard, pero advierte en su organismo reacciones extrañas y es lógico si consideramos que no se trata de un cuerpo fisiológicamente normal sino de un avatar sintético ¿Nadie pensó en ello?
Logra, no obstante, estabilizarlo, pero no vuelve en sí. Irritada, le pregunta a Ríos quiénes son y, como él no puede soltar palabra al respecto, simplemente busca tranquilizarla con que son “los buenos”, a lo que ella replica que eso es exactamente lo que los malos siempre dicen.
Teresa tiene que ir a atender a su hijo, así que los deja solos en la clínica (vaya confianza). Tallinn dice que puede utilizar las rutas sinápticas de Picard para llegar a su subconsciente (palabra ajena a Freud que gusta mucho a los americanos) y descubrir cuál es el recuerdo que lo atormenta para así liberarlo del mismo y traerlo de vuelta.
Raffi se opone, pero no hay alternativa y, tal como Tallinn dice, Picard es el único que los puede hacer llegar a Q. Acepta a regañadientes mientras admite que nada puede salir peor que todo lo que les ha pasado desde que llegaron.
La última imagen muestra a Agnes, que no está junto a ellos, caminando en la noche, de impactante rojo por las calles de Los Angeles mientras lleva en mano los zapatos que lució durante la fiesta.
Balance del Episodio
Ha sido una buena entrega, pero ha tenido un par de inverosimilitudes, así que vamos primero a ellas. Digamos que la seguridad asignada a la fiesta de gala es la peor del mundo: se les ha escabullido dentro del salón un señor octogenario y luego han dejado que, atropellado, sus compañeros se lo lleven como si nada: si planean algún evento, no los contraten. Además, se ve que los responsables del lugar no se preocupan mucho por posibles juicios de responsabilidad civil.
En segundo lugar, ¿no se supone que los orígenes de Picard son franceses? ¿Por qué Reneé habla sin el más mínimo acento? Por último y a riesgo de ser reiterativo, no cuadra que nadie entre la tripulación de La Sirena prevea que el cuerpo de Picard llamará la atención de cualquier médico del siglo XXI.
Si se dejan afuera esas cuestiones, el episodio ha tenido un par de momentos muy emotivos y bien actuados, respectivamente, por Patrick Stewart y Brent Spiner, que han tenido oportunidad de mostrar facetas que no siempre les vemos.
El primero, en una muy sentida conversación con su antepasada a la cual, paradójica y a la vez lógicamente, le habla como a una hija o nieta. En el segundo, por las culpas que atormentan a su personaje al tener que hacer, por amor a su “hija”, cosas reñidas con la ética. Y las comillas son porque aún no sabemos la verdadera naturaleza del vínculo como tampoco si los sujetos de prueba que fueron muriendo eran humanos o, como creo, clones.
Otra paradoja es la “liberación” que siente Agnes, la cual, sin embargo, se da promovida por la reina borg e intriga saber cómo irá a terminar esa sociedad de la que los demás nada saben y dan a la reina por muerta. La última escena en que camina por las calles está, además, muy bellamente filmada.
Con respecto a Soong y el posible origen de Khan del cual les hablé en el análisis anterior, se me ocurren algunas conjeturas, pero quizás quien me lea no guste de especulaciones que puedan, tal vez, constituir spoilers a futuro (aunque con iguales posibilidades de ser equivocadas de cabo a rabo). Por tal razón, me veo en la obligación de hacer una SEGUNDA ADVERTENCIA SPOILER en caso de que quieran seguir…
Como es sabido, el nombre Noonien se repite dos veces en la franquicia Star Trek: hace referencia tanto al icónico Khan Noonien Singh como al roboticista Noonien Soong, creador de Data. En un principio, no había relación entre ambos y la razón por la cual Gene Roddenberry repitió el nombre fue que quería dar con alguien de quien se había hecho amigo durante la segunda guerra mundial cuyo nombre era Kim Noonien Singh.
Con el tiempo, sin embargo, comenzaron a aparecer en la franquicia algunas vinculaciones entre ambos. La más fuerte de ellas en la cuarta temporada de la serie Star Trek: Enterprise (que, recordemos, transcurre cien años antes que la original).
Allí nos enteramos que el doctor Soong era descendiente de un delincuente genetista llamado Arik Soong, con lo cual pareciera tocarse el mundo de los experimentos genéticos que acabaron en las guerras eugenésicas con el desarrollo de la robótica que, por ejemplo, nos dejó a Data.
¿Es posible que, debido a su mal prontuario y a haber sido expulsado de los círculos científicos, haya Adam Soong cambiado en algún momento su apellido a Singh? De ser así, ¿podemos estar ante el creador de Khan, quien tomaría de él su apellido? Y especulando todavía más: ¿puede la sustancia azul que Q entregara a Soong en la emisión anterior guardar relación con el desarrollo de superhombres? Si es así, estamos ante un inmenso loop, pero repito que son especulaciones y solo nos queda esperar lo que los próximos episodios nos deparen.
Les espero, por lo pronto, para analizar el séptimo, con una buena noticia: se confirmó, en esta semana que pasó, la tercera temporada. Hasta pronto y sean felices…
Les dejo con Pat Benatar…
Un poco mas flojo este episodio que el anterior, aunque me tuvo intrigado todo el rato hasta ver que la pasa a Picard. Yo creo que si, que la hija del doctor Soong es un clon de varios que han salido fallidos anteriormente. No sé porqué, pero todo lo de la fiesta me recuerda a la escena de Star Trek Primer Contacto cuando Picard y Lily se meten en la holocubierta donde activa la novela La Gran Despedida. Y puede que si, que el doctor Soong sea el precursor de los experimentos que den origen a Khan. Aunque claro, habría que resetear todo lo conocido ya que entonces Khan seria creado después de cuando nos lo habían dicho.
Por cierto tenia entendido que la 2º y 3ª temporada se habían rodado seguidas porque Patrick Stewart ya tiene mas de 80 años.
Hola Juan: gracias por comentar! Es verdad la relación que haces con esa escena de Star Trek: Primer Contacto; no se me había ocurrido y no creo que sea casual siendo que el episodio y el rumbo que ahora la historia va tomando en general homenajean claramente a esa película.
Con respecto a resetear la cronología de la historia, claro, se impone como algo casi lógico porque el siglo XX, para nosotros, ya terminó, es decir que habría que correr todo hacia adelante. Las guerras eugenésicas, según recuerdo, se producían hacia los años noventa. Lo que pasa es que cuando eso fue planteado en la serie de los sesenta parecía un futuro muy lejano y además nadie apostaba un centavo a que la franquicia seguiría teniendo vida después de cincuenta y seis años. Así que en algunas cosas hay que barajar y dar de nuevo.
No sabía lo de que hubieran filmado juntas la segunda y tercera temporada. Por un lado me alegra porque eso significa que tendremos la tercera en tiempo y sin retraso; por otro, me entristece porque pareciera que están filmando rápido por si Stewart muere…
En fin, muchas gracias una vez más por los valiosos aportes de siempre. Nos encontramos en el próximo episodio. Un saludo!
Los orígenes de Picard se explican esta temporada como un guiño o broma privada porque siempre se ha hecho la gracia de si Picard es francés cómo habla con un perfecto acento británico… pues hacemos que su origen sea inglés y asunto arreglado.
Por dios, señores, esto es FICCIÓN, es una reverenda tontería ponerse a hacer árboles genealógicos científicamente elaborados de los personajes 🤦♂️
Por otro lado, las inconsistencias internas dentro del canon… otro tanto de lo mismo. Cuando en la curta película de Star Trek viajan a los años 80 estoy seguro que si nos ponemos a escudriñar encontraremos que se provocaron paradojas temporales que luego no han aparecido… y qué más da. Este tipo de coherencias dentro de una narrativa de ficción son irrelevantes, especialmente cuando se han hecho tantas series y películas. Es prácticamente imposible organizar todo y ordenarlo para que tenga sentido. Si se hiciera tal cosa, por un lado sería imposible avanzar a la hora de contar nuevas historias y por otro se vulgarizaría la narración hasta el punto de convertir cada serie y película en un episodio más de un diario. Y sin embargo esto muchos trekkies no lo tienen en cuenta, pretenden rellenar todas las entradas del “cuaderno de bitácora” como si esto fuer la vida real o una crónica histórica 🤦♂️🤦♂️
Hola viejotrueno, muchas gracias por comentar! No sé en qué parte del texto interpretas que yo veo como algo negativo el que tengan que hacer ajustes permanentes. No soy un fan del cánon ni del cuaderno de bitácora como pareces decir despectivamente y, de hecho, si lees atentamente, mi valoración de la serie es positiva. Si señalo algunos detalles es justamente atendiendo a pequeñas incongruencias que pueden aparecer pero que en ningún modo empañan el resultado final y así lo manifiesto todo el tiempo. Pero cuando propones una ficción, estás también proponiendo reglas de juego, cualquiera sea el género y, en este caso, la serie usa permanentemente la autorreferencia: es Picard y no yo quien cita la bitácora de Kirk aludiendo a la analogía con la cual me valoras despectivamente. Entonces: si vamos a jugar a la autorreferencia, hay que hacerlo con las reglas que uno mismo propone. Si señalo esas cosas es a nivel de nimiedades que no alteran el resultado final, como dije antes, porque la serie, como verás, me gusta y mucho.
Con respecto a lo del acento francés, es cierto que Picard nunca lo mostró, pero se suponía que llevaba unos cuantos años fuera de su tierra cuando asumió el liderazgo de la Enterprise. En el caso de Reneé, aparece con una bandera francesa en el traje cuando la vemos en su prueba fallida. Doy por sentado que su presencia en EE.UU. es reciente o que, incluso, tiene como motivo la misión. En ese caso, debería mostrar si no acento por lo menos algún rasgo que la identificara como francesa, pero no hay ninguno. Simplemente es entonces una cuestión no explicada y la señalo como tal.
Créeme que tiene sus complicaciones analizar un episodio por semana, pero lo hago con mucha dedicación y con mucho gusto, y, por supuesto, espero y valoro el aporte que ustedes puedan hacer siempre y cuando sea hecho con respeto y sin tratar a nadie de manera despectiva o queriendo sobrar la situación: a mí no se me ocurriría decir, por ejemplo, que tu crítica es “una tontería”. Hacer un análisis no es decir “qué buen episodio” y punto porque de ser así, como verás, alcanzaría con tres palabras. Todos sabemos que esto no es la vida real sino ficción, pero… sabes qué? Justamente por eso merece respeto y coherencia; lo que la vida real habitualmente no tiene. Y en modo alguno estoy diciendo que esta serie no lo tenga. Pero repito que cuando se construye una ficción, también se construyen sus reglas de juego: esas pequeñas cosas que señalo son simplemente cuestiones en las que pareciera que las reglas de juego han sido olvidadas por un momento. Te invito, si quieres, a leer otras críticas que circulan por ahí y verás que son infinitamente más destructivas mientras que en mi caso intento (no sé si lo logro) hacer un análisis más o menos objetivo poniendo en la balanza todo. Espero que quede claro. Una vez más, gracias por el aporte y, por supuesto, respeto muchísimo tu opinión, aun cuando parezca no valer la recíproca. Un saludo y que estés bien…