Reconozco no estar al tanto de la actualidad del mundo comiquero como algunos de los maestros de esta sacrosanta web. Pero incluso un humilde lector de cómics como yo se sorprendió ante la revolución que supuso en todo el mundo aquel Hail Hydra del capitán América. Pues bien, hoy es el turno de analizar Imperio secreto, el macroevento con el capitán América como villano que ahora estrena de forma integral Panini bajo el sello Marvel Now! Deluxe.
Imperio Secreto es la cumbre de todo lo orquestado por Nick Spencer durante su etapa a cargo del capitán América. Resulta que Steve Rogers es el que tejió los hilos tras la abdicación de Sam Wilson como Capitán América, la Segunda Guerra Civil de superhéroes y otros eventos menores. Mientras tanto, entre tanto enfrentamiento fratricida superheroico, el Capi adquiere más y más poder, entregado por el Gobierno, que confía ciegamente en su emblema más noble: el hombre que defiende la LIBERTAD, con mayúsculas. El humano que nunca se rinde, incluso ante Thanos.
Pero todo es una patraña. Resulta que Steve Rogers es un agente durmiente de HYDRA, la asociación fascista surgida de Cráneo Rojo, científico nazi y principal archienemigo del Capi. Gracias al Cubo cósmico, Rogers sufrió un “lavado de cerebro” que reescribió su propia realidad y orquesta el regreso de Hydra al poder.
Por lo tanto, Imperio Secreto narra las reacciones de todos los héroes al ver como su emblema, el héroe de los héroes, se convierte en el mayor de los dictadores, pervirtiendo el símbolo e implantando medidas fascistas en Estados Unidos.
Todo el evento fue escrito por Nick Spencer, autor de toda la etapa Capitán América (tanto Steve Rogers como Sam Wilson).
Spencer recibió un aluvión de críticas por pervertir al personaje del capitán con ese giro “inverosímil” del Hail Hydra. Es decir, convertir al mayor héroe en un agente durmiente de Hydra. Una vez leído el texto, se entiende poco tanta polémica. Al fin y al cabo, el giro es fruto de todo un deus ex machina, el cubo cósmico. Uno de tantos que abundan en el mundo del cómic. Y, por tanto, una causa que implica que este capitán América villano va a ser, al contrario que las desgracias de la vida real, reversible.
El escritor y hombre orquesta del evento se retrotrae ya desde su título a la Saga del Imperio Secreto, mítica saga donde el Capitán América abandona el escudo y se convierte en Nómada, descontento con la infiltración legal de miembros de HYDRA en el Gobierno de Estados Unidos. El que altos cargos políticos implanten políticas fascistas servía como crítica a la administración Nixon. Un ejemplo más de como Marvel se mojaba en temas políticos, como bien aclara el maestro Raúl Sánchez en su maravillosa serie de artículos.
Civil War, cómics y política parte I, II, III y IV.
Nuevamente, Hydra se infiltra en el gobierno de Estados Unidos. Pero, esta vez, el daño es doble. El principal artífice de la lucha contra el fascismo se convierte en su máximo emblema. Esto es lo que contemplamos en el magistral primer número, en el que podemos ver la caída de los héroes y el ascenso del Capitán América HYDRA.
Ante el caos frente al enfrentamiento de sus héroes, enfrascados en guerras por ver quién la tiene más larga, las instituciones entregan todo el poder a un hombre aparentemente inquebrantable. El planteamiento es interesante y emparenta con el ascenso de Trump como presidente de Estados Unidos.
Lástima que esta reflexión se quede ahí, en ese primer número, y vuelva a aparecer en el epílogo, cuando todo ha pasado.
Ambos, principio y final están muy logrados pero la ejecución de Imperio Secreto dista mucho de ser perfecta. Y esto se debe a la gran cantidad de números, personajes y tramas innecesarias que ablandan una trama que debería ser a prueba de bombas. Mientras leía el tomo, pensaba que Imperio Secreto debía ser un crossover similar a la etapa de Ed Brubaker, con la aparición del Soldado de invierno, y no un Civil War 3.0.
Vemos un auténtico desfile de personajes que no sabemos muy bien qué hacen allí más allá de lucir palmito. Los más importantes son los humanos. Es decir, Sam Wilson, Natasha Romanoff, Clint Barton, Tony Stark y los nuevos héroes, como Miles Morales.
Todos ellos reflexionan (tal vez de forma repetitiva) sobre la esperanza, siendo el capi el máximo exponente de ella. Incluso se recuerda aquella famosa escena frente a Thanos en la clásica Saga del infinito. Aparecen numerosos momentos en los que los héroes caen masivamente para ser salvados in extremis por alguna figura deus ex machina. Y esto se repite demasiado, salvo con una inteligente variante en el último número.
Como en todo evento superheroico reciente, Imperio secreto se ve lastrado por el baile de dibujantes. Para mí, el mejor es Steve Mcniven, magnífico en ese último número, el más épico de todos. Pero también contamos con un enorme y experimental Andrea Sorrentino que aporta un plus de calidad. Por lo demás, ni Rod Reis ni Daniel Acuña ni Leinil Francis Yu están a la altura.
En definitiva, Imperio Secreto es un macrosuperhipermegaevento superheroico destinado a cambiar el Universo Marvel pero que, al final, no influyó tanto como se preveía. Una reflexión política sobre el ascenso de Donald Trump que se queda en interesantes pinceladas al inicio y al final del tomo, con una ejecución basada en continuos combates con más y más personajes que poco tienen que aportar. No obstante, queda lo entretenido del argumento y lo sugerente de contemplar a un Steve Rogers villano.
Enlace de Marvel Now! Deluxe Imperio Secreto en Panini. La mejor manera de tener todo el arco integral en tu biblioteca.
Un saludo y sed felices!
Nos leemos en Las cosas que nos hacen felices!
Buenas, Fernando.
Buena crítica. Yo me leí esta saga en grapa en su día y la verdad es que me dejó muy satisfecho. Hay que decir que, más que un evento al estilo Civil War o Dinastía de M, que te lo puedes leer independientemente de cualquier otra cosa y punto, esto es la culminación de las tramas de Nick Spencer en sus años con el Capitán América. Por lo tanto, creo que pierde muchísima fuerza si no vienes con los anteriores números leídos (sobre todo los de Steve Rogers) y también creo que se queda un poco cojo si no te lees los números complementarios de las series regulares del Capi. Ahí, Nick Spencer explica con más tranquilidad el día a día de los EEUU de Hydra y ayuda a que el evento en sí no sea la sucesión de golpes y peleas que mencionas.
En general, recomiendo encarecidamente esta etapa a cualquiera, aunque no sea muy fan del Capi. Tanto por la trama de Hydra de Steve como por la muy interesante (al menos para mí) trama racial de Sam.