Disney+ sigue empeñada en demostrar que es mucho más que Marvel, Star Wars o el propio mundo Disney. Fruto de esta intención es el estreno de Chino Americano, una serie que es una adaptación de la novela gráfica American Born Chinese de Gene Luen Yang, en la que se entremezclan elementos autobiográficos con la mitología china, inspirada por la novela clásica del siglo XVI de Viaje al Oeste. Toda esta amalgama de elementos sirve al autor para explicarnos la realidad del joven norteamericano Jin Wang con raíces chinas en su vida cotidiana hasta que un elemento inesperado da un giro a su vida.
El encargado de llevar a buen puerto esta adaptación es Destin Cretton que dirige los ocho episodios de unos 35 minutos de duración que tiene la serie. Teniendo en cuenta que Chino americano está plagada de acción y mitología china, la elección de Cretton es todo un acierto. No hay que olvidar que su anterior trabajo es Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos (2021).
La serie cuenta la historia del joven Jin Wang (Ben Wang), un chino nacido en EEUU que lucha por encontrar su lugar en el mundo y llegar a comprenderse a sí mismo mientras intenta encajar en su instituto. El problema llega cuando un nuevo alumno, Wei-Chen Sun (Jimmy Liu), se acerca a él con la intención de ser su amigo. Aunque el bueno de Wei-Chen Sun es realmente el hijo del mítico Rey Mono que ha llegado a la tierra en busca de un objeto de gran poder para ayudar a su padre a luchar contra una insurrección en el reino de los cielos. Y cree que la clave para encontrar dicho objeto está en Jin Wang.
La intención de los guionistas es tratar temas tan serios como la desigualdad, los problemas de integración de los inmigrantes de segunda generación o el bullying de una manera divertida y moderna gracias a los elementos fantásticos de la serie. Para ello nada mejor que acompañar a Jin Wang en su día a día, donde vemos los microrracismos que sufre y lo apartado que está de todo el mundo. Aunque como viene siendo habitual en este tipo de series, poco a poco el personaje va creciendo, superando todos los obstáculos y encontrando su lugar en el instituto. En este sentido, lo mejor de la serie es la mirada que ofrece sobre la vida de una familia china, con sus propios problemas, alejada la visión que siempre hemos tenido de la vida familiar norteamericana.
El problema es que todo esto nos suena a muy visto ya. Hay veces en que los institutos de EEUU parecen campos de tortura más que centros educativos y al menos ese no es el caso ya que los problemas de Jin Wang en su vida escolar no son tan graves como los que hemos visto otras veces y eso hace que sean más creíbles. Pero al fin y al cabo no deja de ser más de lo mismo.
La gracia entonces es la manera en que esa mirada a la vida cotidiana se entremezcla con el elemento fantástico que supone la llegada de Wei-Chen Sun. Pero el equilibrio entre las dos patas de la serie deja un poco que desear. La trama discurre de manera muy lenta, demasiado centrada en la vida de Jin Wang y su familia, con aportaciones alegóricas de una antigua serie donde un chino hacia de personaje gracioso y que no aportan demasiado a la historia más allá de subrayar el racismo inherente en el mundo del espectáculo. Solo al final, el elemento fantástico cobra fuerza logrando levantar un poco la serie, pero dejando un regusto amargo sobre lo que podía haber sido. Incluso el protagonista cae bastante “gordo” a veces, poniéndose del lado de los abusones y teniendo siempre una cara de pánfilo que hace que sea muy complicado empatizar con él.
Y es una verdadera pena ya que la serie lo tenía todo para ser un pelotazo, incluido un reparto con caras conocidas como las de Michelle Yeoh, Ke Huy Quan y Stephanie Hsu, muy de actualidad gracias a triunfar con la oscarizada Todo a la vez en todas partes (2022). También es cierto que coinciden muy poco en pantalla y que sus roles son secundarios.
En resumen, la serie acaba quedándose en el viaje de descubrimiento personal de Jin Wang pasando por una serie de acontecimientos que ya hemos visto mil veces y que el poco carisma del personaje hace aún más aburridos de lo que son. La trama levanta cabeza cada vez que aparece Wei-Chen Sun y sus locuras sobre el mundo mitológico chino, empeñado en que su amigo es la solución a unos problemas que tal vez debería enfrentar de otra manera. Al menos, las coreografías de artes marciales están bien trabajadas y su mirada fantástica deja secuencias interesantes. Lo justo para ser una serie que podría ser mucho más que al menos entretiene.
Por último hay que señalar que aunque la historia principal acabe cerrada, el final queda muy abierto de cara a una posible segunda temporada que aún no ha sido confirmada.
¡Hola! Empecé a ver esta serie por curiosidad, ya que me atrae todo lo oriental, y se me hizo entretenida, vi todos los episodios en poco tiempo. El mayor “pero” es justo el que mencionas, y es que el protagonista es muy soso. Se entera de que su amigo es hijo del mítico Rey Mono y se sorprende lo mismo que si le hubiera dicho que se a comprar pan a la esquina. Su actitud en general es muy pasota y no despierta mucha simpatía. Si los guionistas hubieran hecho al protagonista más majete la serie hubiera mejorado mucho. No sé si en el cómic será igual, ya que no lo conozco. Los demás personajes están mejor, en especial el amigo del prota (hijo de Sun Wu Kung). Lo que más me ha gustado es todo lo relacionado con el Rey Mono, aunque alguna licencia se han tomado. No hay muchas escenas de pelea, pero las que hay no están mal. Por cierto, el actor que hace de Rey mono, Daniel Wu, tiene muy buenas coreografías de lucha en la serie “Into the badlands”. En fin, si hay otra temporada, a ver si mejoran la actitud del prota para que resulte más salao. ¡Un saludo!
Gracias por comentar Jama¡ Veo que estamos más o menos de acuerdo y que el prota te ha parecido tan sosainas como a a mi. En cuanto a las licencias sobre la historia del Rey Mono hay que tener en cuenta que ya hay multiples historias de este personaje, así que las licencias pues tampoco son tantas. Me apunto de lo “Into the Badlands” para ver que tal. Un saludo¡¡¡¡