Ya tenemos disponible al completo en Movistar+ la primera temporada de la serie El rey del invierno, una nueva interpretación del mito del Rey Arturo que adapta la magnífica novela de Bernard Cornwell del mismo título (con la que arranca su trilogía Crónicas del señor de la guerra).
La historia del Rey Arturo es una de las más adaptadas, contando su vida y milagros en libros, películas, videojuegos y todos los medios que uno pueda imaginar. Todos tenemos en mente los principales elementos del mito, el propio Arturo, Merlín, Ginebra Camelot, La Dama del Lago, Los caballeros de la mesa redonda, Lancerot, etc… Dependiendo de una versión u otra, estos elementos cambian y se trasforman, llegando a aparecer todos o solo algunos de ellos según la idea que el autor tenga en la cabeza. Por eso siempre es interesante acercarse a una nueva adaptación y ver si se ha logrado algo original e interesante y que a la vez, respete el espíritu del mito.
Dentro del panorama audiovisual son múltiples las películas sobre el Rey Arturo. Desde el despiporre de Guy Richie en Rey Arturo: La leyenda de Excalibur (2017) a la edulcorada visión de El primer caballero (Sean Connery y Richard Gere en 1995), pasando por la canónica y posiblemente más alabada por crítica y público como es el Excalibur de John Boorman (1981). Sin olvidarnos por supuesto de Los caballeros de la mesa cuadrada (1975) donde los Monty Python pasan por su tamiz ácido y cómico la leyenda de Arturo.
En los últimos tiempos también se ha querido dotar de un barniz de verosimilitud histórica la a leyenda y se han dado acercamientos que pretenden usar la historia y la arqueología para contarnos la vida de Arturo desde una perspectiva más realista. Podemos poner como ejemplo El rey Arturo (2004) de Antoine Fuqua en la que la que Arturo es un comandante romano (Artorius).
A esta corriente historicista pertenece precisamente la obra de Bernard Cornwell, divida en tres novelas: El rey del invierno (1997), a la que siguieron El enemigo de Dios (1998) y Excalibur (1998), la primera de las cuales es adaptada en la serie homónima que podemos ver completa en Movistar+.
La novela de Cornwell tiene como principal aliciente presentar una nueva visión del mito artúrico en el que se mezclan los elementos clásicos con otros nuevos que dan lugar a una trama apasionante. La historia sigue la vida de un Arturo que es el hijo bastardo repudiado del cruel rey Uther que tiene que volver a Dumnonia tras la muerte de su padre reclamado por Merlín para defender su tierra y ser el protector de Mordred, el hijo bebé de Uther y futuro rey.
Hay que destacar la importancia de la dicotomía que se establece entre las creencias paganas de los protagonistas con el auge del cristianismo, dando lugar a una situación de convivencia pacífica al principio que luego se va trasformando. Dentro de esta idea del paganismo también es muy importante como el autor introduce la magia en su universo, de una manera sutil y más centrada en las creencias que en el poder, de tal manera que no choca con el tono realista de la narración.
No faltan tampoco las cruentas batallas, sucias y realistas, ni las luchas por el poder, con varios reinos en conflicto sin llegar a acuerdos mientras los sajones amenazan con acabar con todos.
Es cierto que lograr plasmar todo esto en la pantalla es complicado. Y más cuando el nivel de producción de la serie deja un poco que desear, un delito en series de corte histórico. Pero a pesar de todo, la serie funciona ya que logra presentar muy bien las ideas principales de la historia. Las luchas de poder, la intriga política (que recuerda mucho a Juego de Tronos), la violencia y la oscuridad de la época… todo está bien tratado, sin escatimar detalles escabrosos (como la violación de Nimue, la Dama del Lago) y con un pulso narrativo firme que mantiene al espectador pegado a la pantalla durante los diez capítulos que tiene esta primera temporada. Una temporada donde vemos como Arturo intenta unir a los reinos para hacer frente a sus enemigos mientras tiene que aprender que no podrá hacerlo sólo, que necesitará la ayuda de sus amigos y compañeros si quiere triunfar.
Al igual que en los libros, el peso de las mujeres en la historia es muy importante, logrando que tenga voz y voto en un mundo violento de hombres duros y crueles. Por eso están tan bien tratados personajes como la citada Nimue o Morgana, que en esta ocasión es la hermanastra de Arturo y una de sus principales consejeras. Por otro lado, llama la atención que Merlín sea negro o Ginebra mulata, decisiones que pueden extrañar un poco, sobre todo por el tono realista del relato, pero ya se sabe que, en estos tiempos, la diversidad es un mantra demasiado importante.
En cuanto a la labor de los actores, la mayoría cumplen sin más. Siempre es más aconsejable que a la hora de dar vida a personajes tan icónicos se usen actores conocidos y con una buena dosis de carisma. Pero ya hemos comentado que esta serie no tiene un nivel de producción elevado así que lo contratar estrellas mejor lo dejamos. A este respecto Nathaniel Martello-White, sabe dotar a su Merlín del aura de poder y misterio adecuado, mientras que Valene Kane y Ellie James dan vida de manera muy convincente a Morgana y Nimue. Iain De Caestecker intenta dotar de profundidad y carisma a Arturo, lográndolo en algunas ocasiones, pero pecando de ser demasiado inexpresivo en otras. Stuart Campbell logra hacerse poco a poco con el personaje de Derfel y sin duda el que mejo está es Simon Merrells, dando vida a un villano tan depravado e interesante como Gundleus.
En resumen, en Rey del Inverno no esperes ver caballero en brillantes armaduras y enormes castillos. En su lugar tendrás fieros guerreros y asentamientos rocosos y oscuros, pero a cambio encontrarás una historia original, con muchos giros inesperados para los fans de los mitos artúricos. Una historia en la que las intrigas políticas, las sangrientas batallas y la lucha entre paganismo y cristianismo logrará mantenerte atento a la pantalla en una serie muy recomendable.
