Con la llegada a España de SkyShowtime por fin podemos disfrutar en nuestro país de una de esas series que por motivos incomprensibles todavía estaban inéditas a pesar de tener un remarcable interés. Nos referimos a Halo, La Serie, adaptación televisiva de un famoso videojuego que ha vendido 81 millones de copias y cuya saga comprende seis juegos principales además de multitud de obras secundarias.
Halo es principalmente un shooter en primera persona donde prima la acción ante todas las cosas y ambientado en un universo de ciencia ficción donde la humanidad está en guerra contra unas aterradoras criaturas conocidas que pertenecen a la alianza conocida como El Covenant. La principal arma a nuestra disposición es un grupo de soldados alterados genética y tecnológicamente a los que se conoce como Spartans y están bajo el mando del poderoso Jefe Maestro.
Está claro que con este argumento se puede armar una buena serie, sobre todo si además está implicado Steven Spielberg como productor ejecutivo a través de su compañía Amblin Television. Esto hace que estemos ante un nivel de producción elevado en el que hay presupuesto necesario para plasmar el universo del videojuego. Pero a pesar de todo, Halo, La Serie no ha logrado ser el éxito que se podía esperar. Algo que se debe a varios factores.
Lo primero que hay que señalar es que esta serie transcurre en Línea de Tiempo Silver, una realidad paralela a los videojuegos. Y esto, por supuesto, trae algunos cambios que nos gustarán nada a los fans. En principio esto no tiene por qué ser algo necesariamente malo siempre y cuando se respete el espíritu de la obra original. Pero siento decir que ese no es el caso.
La serie empieza cuando Madrigal, un desértico planeta del que se obtiene un recurso natural necesario para los viajes estelares, sufre un cruel ataque por parte de las fuerzas de El Covenant. Aunque el Jefe Maestro llega con sus Spartans para acabar con ellos, solo sobrevive Kwan Hu, la hija del caudillo local, aunque la fuerzas de la UNSC (Comando Espacial de las Naciones Unidas) logran hacerse con un artefacto antiguo que es lo que parece que quería El Covenant. El problema es que cuando John-117 toca el artefacto, empieza a recordar su vida pasada antes de convertirse en Spartan y descubre cosas muy turbias que le hacen replantearse su papel en la UNSC.
Así que deja huir a Kwan Hu, a la vez que dentro del seno de la UNSC empiezan las disensiones entre las distintas fuerzas políticas que la componen mientras se investiga qué es el misterioso artefacto que puede ser clave en la guerra. Poco a poco, John-117 va recuperando su humanidad perdida mientras se embarca en la búsqueda de un segundo artefacto que también persigue El Covenant, usando para tal fin a Makee, una humana a la que salvaron de niña y ahora trabaja para ellos.
Si estás deseando ver cómo el Jefe Maestro machaca aliens sin piedad, olvídate. En toda la serie solo hay batallas en el primer episodio, el sexto y el último, siendo el final el único momento donde se recuerda de verdad el ambiente del videojuego.
A los guionistas no parece importarles que Halo sea fundamentalmente un juego de acción en el que John-117 es una verdadera máquina de matar sin sentimientos. El problema es que en esta producción los guionistas se empeñan en presentar una versión muy diferente del Jefe Maestro que conocemos para mostrarnos su origen y cómo va recuperando su humanidad hasta que llega a fusionarse totalmente con Cortana, la IA que le acompaña en los juegos. Es cierto que justo al final, podemos intuir que, de cara a una posible segunda temporada, podremos ver al Jefe Maestro al que estamos acostumbrados, pero…
Esta idea de alejarse del espíritu del videojuego es algo que hemos visto en múltiples adaptaciones, por ejemplo, en la horrible Resident Evil de Netflix. No cabe en mi cabeza por qué los productores compran unos derechos para luego hacer un producto que poco o nada tiene que ver con su versión original. En la mayoría de los casos solo sirve para enfadar a los fans y es prácticamente garantía de fracaso.
El caso contrario lo tenemos en la estupenda The Last Of Us, una serie que demuestra un respeto y un mimo al material original que la hacen brillar sobremanera a pesar de tener algunos pequeños cambios.
Pensando en el público que no conoce los videojuegos
Dejando claro que Halo, La Serie no es un producto dirigido a los fans acérrimos del videojuego, ¿qué ofrece para el público en general? Al menos en este sentido la serie sí que funciona como un producto entretenido sin mayores pretensiones para los aficionados a la ciencia ficción. La historia funciona y mantiene el interés gracias a un acertado tratamiento de personajes y al misterio de los artilugios. No es que invente nada, pero al menos no es aburrida, aunque le falta y le sobran cosas para aspirar a algo más.
Todo el asunto de la joven Kwan Hu y la situación del planeta Madrigal saca al espectador de la trama principal. Y además recuerda muy mucho a un Dune de marca blanca (un planeta desértico que tiene un recurso natural necesario para la navegación en la que una misteriosa hermandad deja el futuro en manos de una joven huérfana después de que su familia sea brutalmente asesinada).
Está claro que tiene que haber una conexión entre las dos historias de cara a una posible segunda temporada pero, mientras tanto, lo que el espectador quiere ver es todo lo que sucede en torno al Jefe Maestro, la UNSC y la búsqueda de los artefactos.
Tampoco hubiera estado de más que hubiera más acción, quedándose un poco pobre en este apartado. Al menos hay unos guiños muy bien traídos en las batallas con esas tomas en primera persona que tanto recuerdan al videojuego. En cuanto al apartado técnico, no llega a deslumbrar ni tampoco es que sea horrible, con unos diseños de criaturas y de escenarios bastante logrados.
En resumen, Halo, La serie es una producción que seguramente decepcione a los fans acérrimos de los videojuegos pero que sí puede ofrecer un rato entretenido a los aficionados a la ciencia ficción, algo que en estos tiempos no es nada desdeñable.