Por fin se estrenó la esperada tercera temporada de Jack Ryan, la serie protagonizada por John Krasinski en Amazon Prime Tom Clancy y basada en el personaje creado por . Han pasado tres años desde su última aventura (¿por qué Amazon tarda tanto en entregar nuevas temporadas de sus mejores series?) así que os dejo con los enlaces a nuestros artículos de las temporadas anteriores, para que refresquéis la memoria, y vamos al lío.
Mi nombre es Ryan, Jack Ryan
La acción de la tercera temporada de Jack Ryan se traslada a Europa, a su frente oriental, a la frontera entre Rusia y la Republica Checa. Extremistas rusos han puesto en marcha un antiguo plan para enfrentar a Rusia y los EE.UU., una estratagema a base de desatar pequeños hechos aparentemente aislados entre si que desembocarían en un conflicto nuclear.
Jack Ryan se halla destacado en la central de la C.I.A. en Roma y un contacto le informa de que los rusos han puesto en marcha dicho plan y van a trasladar material radioactivo como para elaborar una pequeña bomba nuclear, un hecho que atribuirían a los norteamericanos.
Por desgracia, la jefa de Jack en Roma no está por la labor de dar crédito a las información y Jack, eterno boy scout, decide ir por su cuenta con la ayuda de James Greer (Wendell Pierce) y el recuperado Mike November (Michael Kelly), que ha dejado su puesto en la agencia y se ha pasado al sector privado. Echamos de menos a Harriet “Harry” Baumann, encarnada por Noomi Rapace, que apareció en la segunda temporada.
Jack y sus compañeros viajarán de Roma a Grecia, a Hungria, a la República Checa e incluso a Rusia, en un intento de abortar el plan de los extremistas rusos y salvar al mundo de la Tercera Guerra Mundial y pese a que el tráiler daba a entender que Ryan lucharía solo, sin el apoyo de la agencia, la verdad es que eso sólo sucede en los primeros episodios. Al final se impone la cordura y no les queda otra que reconocer que Ryan sigue siendo la última esperanza de la humanidad.
Como podéis ver, la acción de Jack Ryan se ha trasladado a Europa, en una trama mucho más cercana a los libros del personaje (más aun que en la segunda temporada) y mucho más tradicional, con los rusos como enemigos. La historia se vuelve mucho más enrevesada que en las temporadas anteriores, hay muchos más personajes y resulta mucho más fácil perderse si no se está atento. A cambio, Jack Ryan se ha vuelto mucho más apasionante, con más tensión e intriga y con un ritmo endiablado.
Hay que destacar el episodio final, donde acabar por encajar todas las piezas y con un enfrentamiento en el mar que nos recuerdo mucho, por la tensión generada, al que tenía lugar en La caza del octubre rojo, la primera aparición del personaje en la gran pantalla.
Eso se traduce en un menor desarrollo de los personajes, que ya fueron presentados en temporadas anteriores y que ahora pasan más a la acción. No hay tiempo para la introspección, para las emociones o los sentimientos. Si en las dos temporadas anteriores, Jack Ryan era mucho más humano, mucho más vulnerable, aquí han decidido que ya está bien de sentimentalismos y que mejor vamos a la acción pura y dura. Aceptamos pulpo.
Si en la temporada anterior se acercaron a Jason Bourne, en esta tercera temporada de Jack Ryan se sitúan más en la línea de James Bond, con traiciones, personajes que juegan un doble juego e incluso un argumento que se acerca (y mucho) a una de las cintas del agentes 007 más conocidas. También hay mucho de 24 en esta nueva temporada en cuanto al ritmo (superior a las dos anteriores), a que cada episodio presenta un problema que los personajes deben superar, enlazando el final con el episodio siguiente.
Desde Rusia con amor
No hay en la tercera temporada de Jack Ryan un personaje nuevo que destaque por encima de los ya conocidos. Repite John Krasinski como Ryan, Wendell Pierce como James Green y Michael Kelly como Mike November, personaje que bien merecería un spin-off para el solito.
En todo caso, destacamos el personaje de James Cosmo, el antiguo espia ruso Luka Goncharov, un reverso tenebroso del propio Ryan. Goncharov es el contraste de Ryan durante toda la temporada. Si Jack es el boy scout, Luka es quien actua en las sombras. Su destino final, pese a que ambos han hecho lo correcto, no puede ser más opuesto.
La serie presenta una producción impecable, como suele acostumbrar Amazon Prime con sus series. De verdad te llegas a creer que han viajado a Rusia, aunque lo hagan a velocidad de vértigo.
En cuanto a la historia de esta tercera temporada, hay que destacar el ojo que han tenido sus creadores al pegarse a la realidad, con los rusos como villanos, la amenaza que supone la expansión de la OTAN a sus fronteras, su idea de recuperar la supuesta grandeza de la U.R.S.S., las referencias a Ucrania,… Demasiados pegados a la realidad, que ha superado a la ficción una vez más.
En resumen, no os creáis algunas críticas agoreras que dicen que esta tercera temporada de Jack Ryan ha perdido fuelle. Jack Ryan ha regresado más Jack Ryan que nunca, mucho más cercano al original y en toda su gloria, combatiendo contra los malvados rusos y salvando el mundo de su destrucción.
No se si hace falta pero por si acaso y en vista de un comentario que nos rondó la crítica de la segunda temporada, hay que indicar que esta es una obra de ficción, no un documental. No pretende reproducir una situación real ni ser un tratado de historia. Jack Ryan es puro espectáculo palomitero, producido entre otros por Michael Bay, que nos ha deparado muchas horas de diversión y nos deja con los dientes largos para su temporada final. Un saludo, sed felices.